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Terapéutica

El papel de la Farmacia Hospitalaria en la personalización de tratamientos oncológicos

El Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, desarrolla un programa multidisciplinar para aplicar tratamientos personalizados en diversos tipos de cánceres
Arancha Alcácera, farmacéutica del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.

El desarrollo de las terapias dirigidas y las técnicas de secuenciación han abierto un nuevo campo de actuación en el tratamiento de diversas enfermedades, pero muy especialmente en la Oncología. En diversos centros se están lanzando iniciativas y programas de tratamientos de la llamada medicina personalizada, en las que el carácter multidisciplinar de la atención, implica la aportación de saberes y conocimientos desde diversos servicios, incluida la Farmacia Hospitalaria, que en este campo de la aplicación de tratamientos de precisión tiene un importante papel por desarrollar como agente esencial para la orientación del tratamiento y, en ocasiones, el acceso al fármaco.

Uno de los ejemplos más claros de esta interactuación entre servicios se da en Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, de Zaragoza, donde desde 2023 dispone en su cartera de servicios de la tecnología de secuenciación masiva de nueva generación (NGS) de alteraciones genómicas oncogénicas en tumores sólidos. El hospital maño cuenta ya con su programa de precisión en el que oncólogos, anatomopatólogos, genetistas, neumólogos, cirujanos y farmacéuticos colaboran en dar el servicio más preciso a cada paciente.

Arancha Alcácera, farmacéutica de este hospital explica que la llegada de las tecnologías NGS “genera una gran cantidad de información que muchas veces es compleja y supone un reto para identificar lo que es verdaderamente relevante”. Ello ha llevado a la creación de los denominados Comités Moleculares de Tumores (CMT), que es donde “los farmacéuticos tenemos una participación descatada”.

“En estos comités lo que se hace es analizar las características de los pacientes, antecedentes,  historia oncológica, el historial molecular, es decir, los resultados de estos test que se ha realizado, para al final interpretar todos los datos y reflejar en un informe la recomendación que se le da, siempre con el objetivo de proporcionar el mejor plan de tratamiento”, explica.

El flujo de trabajo se inicia con el proceso  de la evaluación clínica por parte del oncólogo, la obtención de la muestra y realización de la NGS. Los resultados de las técnicas de secuenciaciónse cuelgan en la historia clínica electrónica, de manera que antes de llegar al CMT “ya tenemos acceso a los resultados de estos test genómico realizados”, destaca la farmacéutica.

Posteriormente en el CMT se consensua entre los distintos especialistas toda esta información, se debate para finalmente establecer una recomendación. “Se discuten aspectos como la clasificación de la accionabilidad que sirve para conocer si estas alteraciones moleculares disponen de terapias dirigidas y que evidencia tienen estas recomendaciones”.

En el caso de que sea necesario el uso de fármacos, “es preciso acordar la obtención de los mismos, si esta terapia dirigida tiene la indicación aprobada y está comercializada o hay que obtenerla a través de un ensayo clínico, o mediante un acceso precoz a través de la AEMPS (Agencia Española del Medicamentos y Productos Sanitarios) , o bien son medicamentos off label (fuera de indicación)”.

En este campo el farmacéutico “tiene un papel muy importante para una correcta orientación hacia el tratamiento y el acceso al fármaco. Los farmacéuticos conocemos bien cuál es la regulación a nivel autonómico, a nivel del hospital, nacional…. Sabemos cómo pedir estos fármacos”, indica Alcácera.

Además de ello, el farmacéutico aporta su conocimiento “en otros aspectos como como interacciones farmacológicas, la adherencia, la farmacocinética, o sea, el farmacéutico, tiene que formar parte y conocer de primera mano el tratamiento y todas las recomendaciones que se dan al paciente”.

El objetivo final del proceso es que el comité elabora un informe y que todos los especialistas participantes lleguen a un consenso sobre cuál es la orientación terapéutica y la vía de acceso.

“Es un proceso muy enriquecedor”, asegura esta farmacéutica, pues se trabaja de la mano de otros profesionales y el objetivo es llegar a un fin común que es dar el mejor tratamiento posible a un paciente.

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