Acaba "e concluir el curso ‘Salud digital basada en valor: la hora de la atención personalizada’ en la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander. El encuentro se ha centrado en plantear nuevas vías de atención sanitaria personalizada y sostenible basadas en el aprovechamiento de las nuevas tecnologías y el uso masivo de datos de salud para favorecer la investigación y la atención al paciente.
El curso ha contado con la dirección de Santiago García Blanco, quien ha subrayado que la salud digital debe estar orientada al valor “y cuando decimos valor nos referimos a la calidad de vida de los pacientes”.
En su opinión, “la comunicación permite hoy en día que la atención sanitaria sea la más adecuada posible en función de las condiciones del paciente”.
Ha planteado ejemplos como la posibilidad de que el paciente pueda comunicar a sus profesionales sanitarios cómo se encuentra desde el hogar a través de su smartphone o dispositivos médicos. “Esto permite mejorar la atención de manera remota sin necesidad de que el paciente se desplace a consulta”, ha indicado.
Rocío Montalbán Carrasco, codirectora del curso y subdirectora general de Salud Digital, ha puesto el foco en la estrategia de salud digital del Sistema Nacional de Salud, basada en tres ámbitos de actuación claramente definidos: el desarrollo de servicios digitales, la interoperabilidad y el avance en la analítica de datos. La última jornada del curso se ha centrado en esta tercera prioridad: la regulación del Espacio Europeo de Datos.
Protección de datos
Ante esta nueva realidad, Amelia Martín Uranga, directora del Departamento de Investigación Clínica y Traslacional de Farmaindustria, ha destacado la posición de España como líder europeo en ensayos clínicos. “Nuestra Agencia Española de Protección de Datos es un ejemplo: busca el equilibrio entre el fomento de la investigación y la protección de datos” ha señalado.
Asimismo, Martín Uranga ha reivindicado el “valor de reutilizar los datos, compartirlos con garantías éticas y legales”. Ante este panorama ha concluido que nos encontramos frente a “una auténtica oportunidad de cambiar la sociedad europea” desde el mundo de la salud. Sin embargo, para ello, “es fundamental armonizar a nivel de autoridades europeas y legislación”.