Un nuevo informe elaborado por expertos de IQVIA analiza las restricciones a la libertad de prescripción y administración de vacunas en las oficinas de farmacia de Estados Unidos, calcula cuánto podrían haber aumentado las tasas de vacunación sin esas imposiciones y cuántas personas más habrían sido inmunizadas en el ejercicio de 2023.
En el año en cuestión había 20 estados que permitían la prescripción y administración de vacunas frente al virus respiratorio sincitial (VRS) para adultos en las oficinas de farmacia; otros 27 permitían a los farmacéuticos prescribir y administrar dentro de un protocolo más restrictivo que requiere la autorización de un médico. En el tercer esquema, los estados exigen una prescripción individual para cada paciente. Este último era el modelo vigente en 4 estados del país.
En cuanto a las vacunas frente al neumococo (PCV20) y herpes zóster, 23 estados concedían independencia a los profesionales de la farmacia; otros 28 lo hacían dentro de un protocolo en el que participaba un médico, y no había estados que exigieran una prescripción individualizada.
Para las vacunas frente al VRS en adultos mayores de 60 años, los estados con protocolos tenían una tasa de vacunación un 3% más baja que los que permitían libertad de administración, y aquellos en los que era necesaria la prescripción individual, un 14% inferiores.
En cuanto a la vacuna frente a neumococo, los protocolos hacían perder un 13% de tasa de vacunación en adultos mayores de 18 años, 9% en mayores de 65. Los adultos mayores de 50 tenían una tasa de vacunación un 10% menor en estados con protocolos.
Si las tasas de vacunación de los estados que exigen protocolos fueran comparables a las de los estados en los que hay libertad de prescripción y administración , aproximadamente 534.000 más personas mayores de 60 habrían recibido la vacuna frente al VRS; 828.000 más (mayores de 18) habrían estado inmunizadas frente al neumococo y 953.000 más (mayores de 50) habrían recibido la vacuna frente al herpes zóster, indica el informe.
En un cálculo similar, si las tasas de vacunación de los estados que requieren prescripción individual se hubieran acercado a las de los estados con libertad de prescripción y administración, 123.000 personas más (a partir de los 60 años) habrían estado vacunados.
Datos para la acción
Las vacunas son una de las intervenciones de salud pública con mejor perfil de coste-efectividad y un efecto significativo no solamente en la reducción de la mortalidad, sino también la enfermedad, hospitalizaciones, discapacidad e incluso desigualdad. A pesar de todos estos beneficios, las tasas de inmunización en adultos en Estados Unidos se mantienen alejadas de los objetivos deseados lamentan los autores.
De acuerdo con su visión, existen barreras estructurales, como la disponibilidad de vacunas, los desplazamientos y la falta de tiempo para lograr un compromiso efectivo de los pacientes, que han dado como resultado ‘cuellos de botella’ en el empleo extendido de las vacunas.
Para este grupo de expertos, los farmacéuticos son los profesionales sanitarios más accesibles a los ciudadanos estadounidenses, pero la política de los estados en cuanto a la administración de la inmunización en las oficinas de farmacia es irregular. Por ese motivo, han considerado “esencial” comprender cómo esa variabilidad impacta en la cobertura vacunal y qué mejoras cabe poner en marcha.
Al arrojar luz sobre la regulación de cada territorio y cómo puede limitar el potencial de los farmacéuticos para proporcionar vacunas, los resultados se han concebido como una guía para que las autoridades adopten decisiones informadas para sacar el máximo partido al papel de estos profesionales en el proceso de inmunización de la población, indican.