El proyecto ShapingBio, financiado con fondos europeos y del que forman casi 2.000 entidades, entre ellas la española AseBio ha publicado un exhaustivo informe de políticas que recoge recomendaciones clave para ayudar a la Comisión Europea (CE) a crear un marco óptimo para una bioeconomía europea sostenible y competitiva.
El objetivo, según explican es “responder a los retos actuales en materia de sostenibilidad, competitividad y autonomía estratégica”. A través de la innovación biotecnológica y el aprovechamiento eficiente de los recursos biológicos, “la bioeconomía contribuye a generar soluciones más verdes y circulares que impactan directamente en sectores clave como la alimentación, la energía, la salud o la industria”, aseguran desde AseBio.
En un contexto marcado por la crisis climática, la necesidad de avanzar hacia una economía baja en carbono y la creciente competencia global, el desarrollo de una bioeconomía sólida y cohesionada resulta esencial.
La Comisión Europea ha identificado varios pilares estratégicos que probablemente serán clave en la futura estrategia de bioeconomía de la UE.
Los integrantes de ShapingBio considera que la bioeconomía europea “tiene un gran potencial para generar innovación, crecimiento económico y soluciones sostenibles, apoyándose en materias primas diversas, infraestructuras consolidadas y una industria de transformación de biomasa fuerte”.
Sin embargo, aseguran, “persisten diferencias entre Estados miembro en innovación, I+D y políticas, lo que limita su competitividad global. Por ello, se recomienda reforzar el conocimiento del concepto de bioeconomía, impulsar políticas integrales y coordinar acciones a nivel europeo, nacional y regional, así como fomentar el intercambio de buenas prácticas con el objetivo de mejorar la coordinación horizontal y vertical e intensificar los diálogos entre las partes interesadas”.
“Las start-ups, spin-offs y pymes juegan un papel clave en esta transición, pero necesitan un clima empresarial sólido y apoyos adaptados a su etapa de desarrollo, incluyendo acceso a financiación pública y privada”, señala el informe. El desarrollo de mercados bio-basados “es esencial para traducir la innovación en productos viables, aunque estos enfrentan costes más altos y barreras regulatorias.
Se aconseja combinar incentivos a productos bio-basados y desincentivos a productos fósiles, y armonizar regulaciones para facilitar la llegada al mercado”.
Finalmente, la transferencia de tecnología del laboratorio a la industria requiere colaboración academia-industria y acceso a infraestructuras de pilotaje y demostración (PDIs, por sus siglas en inglés), que permiten reducir riesgos y acelerar la biomanufactura. Desde ShapingBio, se propone fortalecer mecanismos de cofinanciación, asegurar apoyo público continuo y promover asociaciones público-privadas que faciliten la escalada de innovaciones a gran escala.
Europa cuenta con fuertes activos en la bioeconomía, desde diversos recursos de biomasa hasta una investigación e innovación líderes. Pero las estrategias fragmentadas y las capacidades de innovación desiguales nos frenan. Para seguir siendo competitivos a nivel mundial y cumplir los objetivos de sostenibilidad, necesitamos políticas coherentes que promuevan una colaboración más sólida entre todos los Estados miembros, una mejor financiación y garantizar el liderazgo de Europa en biofabricación sostenible. Nuestras recomendaciones tienen como objetivo garantizar que Europa no solo desarrolle soluciones de base biológica, sino que también cree las condiciones adecuadas para que prosperen”, declara Sven Wydra, coordinador del proyecto ShapingBio.
Las aportaciones del proyecto ShapingBio han sido bien recibidas por los responsables políticos de la Comisión Europea que están preparando la Nueva Estrategia de Bioeconomía de la UE. Con la innovación de base biológica en el centro del Pacto por una Industria Limpia y el Plan de Acción para la Economía Circular de Europa, la implementación de estas recomendaciones podría reforzar la resiliencia, la competitividad y la sostenibilidad de Europa en las próximas décadas.
Las recomendaciones se basan en un amplio compromiso con casi 2.000 partes interesadas clave de la bioeconomía, incluidos responsables políticos, líderes de la industria, investigadores y representantes de la sociedad civil, a través de encuestas, entrevistas y 45 eventos celebrados entre 2022 y 2025.













César Hernández, director general de Cartera y Farmacia del Ministerio de Sanidad:
Kilian Sánchez, secretario de Sanidad del PSOE y portavoz de la Comisión de Sanidad del Senado.:
Rocío Hernández, consejera de Salud de Andalucía:
Nicolás González Casares, eurodiputado de Socialistas & Demócratas (S&D - PSOE):
Juan José Pedreño, consejero de Salud de Murcia: