La sanidad no será el mayor obstáculo para el acuerdo de PP y Vox en Extremadura

Con los resultados electorales ya encima de la mesa, Vox y PP han realizado este lunes la situación política en la que queda Extremadura tras la noche electoral del pasado domingo. Desde el PP, fuerza más votada, aunque no mayoritaria, su presidenta, María Guardiola, ha lanzado un llamamiento a Vox para hacer una “lectura sosegada” de los acontecimientos, mientras que desde Vox, a la espera aún de definir los equipos negociadores, se dejan abiertas todas las puertas, incluida la entrada en el próximo gobierno autonómico.

Dentro de las diferencias que mantienen ambas formaciones políticas, la sanidad no será el principal eje de disenso, al menos, en función de lo que PP y Vox han consignado en sus respectivos programas electorales.

Desde Vox además de su mensaje habitual en todos los compromisos electorales dirigido a “superar el modelo autonómico para crear un Sistema Nacional de Salud único y coordinado”, se ha planteado una auditoría de del sistema sanitario, creación de un programa para la reducción de listas de espera, ampliar servicios en varios centros sanitarios, la protección de la objeción de conciencia de los profesionales y la mejora de las condiciones laborales de todos los trabajadores.

Por parte del PP, las citas a la sanidad autonómica han sid constantes durante la campaña. Guardiola ha defendido también la necesidad de reducir las listas de espera y ampliar la dotación de profesionales, especialmente en el área de atención primaria. También ha anunciado una apuesta clara por la digitalización y la telemedicina, y la equidad en el acceso a la salud para todos los ciudadanos, y la necesidad de la creación de un sistema de atención sociosanitaria integrada .Salud mental, infraestructuras y garantizar la sostenibilidad del modelo sanitario son otros de los ejes estratégicos que defienden los populares.

En suma, unas líneas muy similares de actuación que no hacen pensar en que la sanidad sea un eje de confrontación en un proceso negociador que PP y Vox iniciarán en los próximos días y que tendrán su primer escalón  a superar en la investidura de la propia María Guardiola. Una investidura que previsiblemente se realizará en segunda vuelta en la que solo es necesario obtener una mayoría simple (más síes que noes) y en la que el PP deberá conseguir la abstención de Vox.

Por el momento, Guardiola tiene previsto iniciar las reuniones con todos los líderes de los partidos que han concurrido a las elecciones por orden, en función de sus resultados. Así que el primer encuentro será con el PSOE, si bien su interlocutor no será el candidato Miguel Ángel Gallardo, que ha anunciado ya su dimisión como secretario general de los socialistas extremeños, después de los malos ratos cosechados el pasado domingo.