Buenas noticias: Varivax regresa a las farmacias

Artículo de opinión de José María López Alemany, director de Diariofarma

La vacuna de la varicela va a volver a las farmacias. Esto no es ni mi opinión ni un deseo, aunque esté en un artículo de opinión, es información. Las autoridades sanitarias al más alto nivel de Ministerio de Sanidad y comunidades autónomas en el ámbito de la Salud Pública ya están avanzando en el procedimiento te permitirá incorporar las vacunas de la varicela dentro del calendario vacunal infantil, con una pauta de 12 meses más un recuerdo.

Una vez decidido esto, el regreso de la vacuna de la varicela a las farmacias comunitarias no tiene por qué esperar. Ya no se darían los riesgos de los que ha alertado continuamente la Agencia Española del Medicamento (Aemps) ya que sí que estaría al alcance de la mano una elevada inmunización.

No cabe duda de que el aspecto político ha tenido mucho que ver en la decisión que formalizará próximamente el Ministerio de Sanidad. El ministro, Alfonso Alonso, ya estaba harto de que le preguntaran por la vacuna de la varicela en cada entrevista a la que iba, tal y como en alguna ocasión ha mostrado incluso ante los micrófonos. Y los consejeros de Sanidad de las comunidades autónomas veían como esta les podía afectar en sus expectativas electorales. Además, el riesgo de un brote incontrolado de varicela que pudiera dar lugar a algún desenlace fatal a pocas fechas de las elecciones ha podido ser clave para la decisión.

La decisión es buena se mire por donde se mire. En julio de 2013, cuando se retiró de las farmacias, se hubiera podido dar solución a las alertas de la Aemps fácilmente, incluyendo la varicela en el calendario infantil a los 12 meses. Pero ni había dinero ni interés político en dar ese paso. Ahora, el olfato político de Alonso y el secretario general de Sanidad, Ruben Moreno, junto con una mejoría en la economía y, por supuesto, la cercanía de diversas citas electorales, han posibilitado el inicio de la solución al ‘Caso Varivax’. Un caso que, además de las polémicas y, según muchos, poco ajustadas a derecho decisiones de la Aemps, provocó ‘tráfico’ de vacunas desde los pocos lugares donde en los primeros meses se podía adquirir y posteriormente, procesiones de los padres a países vecinos con el objeto de conseguir la ansiada dosis de vacuna. Tercermundista.

De este modo, más pronto que tarde, espero que sean semanas más que meses, las farmacias podrían empezar a recibir de nuevo sus dosis de vacuna de la varicela. Eso sí, previamente debe estar clara y cerrada  la incorporación de la vacuna en el calendario. Y eso requiere de varios pasos a dar: Comisión de Salud Pública, Ponencia de Vacunas y Consejo Interterritorial. No sé si dará tiempo a que todo esté listo para el Interterritorial de mayo. Con impulso político, seguro que se ve la manera de hacerlo.

Ahora habrá que establecer la manera por la que todos los niños que en estos dos años no se han podido inmunizar por la falta de vacuna, puedan hacerlo. Igualmente, los que recibieron una primera dosis, tendrán que serle administrada la de recuerdo. Estos niños serán los que se beneficiarán en primer lugar del regreso de la vacuna a las farmacias ya que la incorporación al calendario no les incluirá a ellos por no estar en la edad elegida.

Otro efecto colateral será la relajación en las relaciones entre las sociedades científicas de pediatría y vacunología con la Aemps. Unas relaciones que en los últimos tiempos se habían vuelto a enturbiar. Algo que no es positivo para nadie.

Por último, me parece importante destacar que la inclusión de la vacuna en el calendario ofrece a la Aemps una salida digna al lío en el que estaba metida. No cambia de opinión, sino que se cumple una de las dos premisas que ellos ponían: o a nadie o a todos, pero no en medio.

Con esta ya son al menos tres las decisiones de Ana Mato que Alonso corrige en los escasos cuatro meses que lleva en el Ministerio: copago hospitalario,  la atención a inmigrantes y ahora la vacuna de la varicela. Eso, además de terminar de desenmarañar el asunto de la hepatitis C con un brillante plan que pasa de atender a 5.000 pacientes para hacerlo con 50.000. Decisiones todas ellas que me parecen acertadas y contra las que he estado batallando, desde mi humilde teclado, a lo largo de los últimos años. Por esos cuatro motivos, creo que Alonso y su equipo se merecen un reconocimiento que yo les doy con estas líneas.