Alfonso Alonso no buscará un pacto por la Sanidad porque no le da tiempo y a pocos meses de las elecciones sería poco menos que algo imposible, pero el ministro de Sanidad considera que "el futuro de la sanidad española dependerá de nuestra capacidad para generar un gran pacto político y social, también con los profesionales, el tejido empresarial y los pacientes en favor de la sanidad española". Así lo ha explicado durante su intervención en el desayuno informativo organizado por Europa Press que ha protagonizado este lunes.
El ministro, que ha pedido "dar una oportunidad al diálogo" considera además que es necesario despolitizar la Sanidad. Según ha explicado, le parece "igual de absurdo" que la oposición le achaque haber destruido el Sistema Nacional de Salud, como que si él dijera que "antes era muy malo y ahora es muy bueno". Para Alonso, el SNS español es excelente, "uno de los mejores del mundo". Y si eso es así es "porque ha habido trabajo de muchos años y de muchos profesionales". Por ello, ha criticado a la clase política por utilizar la sanidad como arma arrojadiza y como "elemento de discordia". Tal y como ha explicado, eso "dificulta extraordinariamente el camino del futuro al establecer el debate político sobre prejuicios, descalificaciones del adversario o simplemente con descalificaciones que no se ajustan a la realidad".
Para tratar de cambiarlo, el titular del Ministerio de Sanidad se ha mostrado convencido de que para "afrontar los retos del futuro, conviene pacificar las cosas, dibujando un escenario en el que podamos reconocer el papel del otro". Por ello, y emulando a algunos de sus antecesores como Bernat Soria, Trinidad Jiménez o Ana Mato, ha explicado que "el futuro de la sanidad española dependerá de. nuestra capacidad para generar un gran pacto político y social, también con los profesionales, el tejido empresarial y los pacientes en favor de la sanidad española".
Entre los retos que ha expuesto para el futuro se encuentra el de la equidad, "que no es menor", ha dicho. Una equidad que tiene que ser entre personas y que actualmente se puede ver comprometida, por ejemplo con la inversión sanitaria que cada ciudadano recibe, en función de su lugar de residencia. El ministro ha puesto encima de la mesa la diferencia existente entre el País Vasco y Andalucía en inversión per cápita en Sanidad: 1.500 euros por persona y año frente a 1.000, teniendo que ofrecer la misma cartera de servicios y las mismas prestaciones.
Otro de los retos del SNS pasa por lograr una "una mayor integración de estrategias comunes, centradas en el paciente y con más integración de los profesionales". Por ello, Alonso ha remarcado que "hace falta también una reflexión sobre los elementos para garantizar la cohesión". En este sentido, el titular de Sanidad ha remarcado que si el principal elemento es el CISNS, "hay que ver como garantizar la lealtad en el cumplimiento de esos acuerdos". Alonso considera que quien se separe de la línea marcada debería, recibir "al menos una sanción por parte del paciente, de la sociedad".
Caso de la hepatitis C
El ministro de Sanidad no ha querido dejar pasar el caso del a hepatitis C para explicar le "enseñó mucho". Según Alonso, esa "minicrisis" le ha permitido mirar las políticas desde "la necesidad del ciudadano". Por ello, se ha mostrado dispuesto a lugar porque "lo necesario sea posible, por difícil que parezca". Y es que, Alonso ha indicado que los costes delos tratamientos inicialmente eran muy caros, "prácticamente imposible de financiar", pero eso, para él no tiene que ser un problema, sino una oportunidad. "Eso nos permitió descubrir innovaciones en la negociación con la industria farmacéutica", ha indicado.
El ministro ha querido dejar claro que "tenemos que ver qué es lo que necesita la gente y los políticos tratar de avanzar hacia ahí".