Política

Las herramientas para optimizar el uso de antibióticos, claves del PRAN

Cuando aún asistimos a los devastadores efectos de un único patógeno en la salud humana en todo el planeta, la actividad del PRAN (Plan Nacional de Resistencia a Antibióticos) retoma su actividad con fuerzas renovadas para responder a la amenaza de los agentes infecciosos resistentes.

El coordinador del PRAN (Plan Nacional de Resistencia a Antibióticos), Antonio López Navas, ha participado en la jornada ‘Diagnóstico rápido y uso eficiente de antibióticos’, en la que ha expuesto el estado de las líneas de acción actuales y lo que está por venir en este esfuerzo por luchar contra la resistencia de antimicrobianos, con el foco en las necesidades de profesionales, pacientes y el uso de herramientas como las pruebas de diagnóstico rápido (PDR) para apoyar a los clínicos en la adopción de decisiones terapéuticas para el mejor empleo de los antibióticos.

Antonio López ha asegurado en este foro organizado por Diariofarma, en colaboración con Abbott, que la intención del plan es promover el empleo de las PDR, concediéndoles “la importancia que merecen” como herramientas de ayuda en la toma de decisiones en la optimización del uso de antibióticos. En esta labor se incluyen, entre otras muchas, la identificación de las PDR coordinada por la Cartera Básica de Servicios, su evaluación por la red de evaluación de tecnologías sanitarias RedETS, labores de coordinación en la Comisión de Prestaciones Aseguramiento y Financiación (CPAF) y el trabajo colaborativo con comunidades autónomas, Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) y mutualidades de funcionarios para promover el uso racional de las pruebas de diagnóstico microbiológico, las PDR, evaluando su efectividad y coste-efectividad de forma que se incluyan en la cartera de servicios, además de adaptar los sistemas de prescripción ligados al resultado de PDR para determinadas patologías. 

En el transcurso de la jornada, clínicos, evaluadores, gestores e investigadores han coincidido en referirse a las PDR como una herramienta útil a la hora de tomar decisiones orientadas al uso racional de antibióticos. Los participantes han sido, junto con Antonio López; Juan Antonio Blasco-Amaro, coordinador científicode la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía; José María Molero, facultativo del Centro de Salud San Andrés de Madrid; Ana Alonso, facultativo del Centro de Salud Covaresa de Valladolid; Carmen Encinas, directora general de Planificación, Ordenación e Inspección Sanitaria de Castilla-La Mancha; Alfonso Alonso Fachado, subdirector general de Ordenación Asistencial e Innovación del Sergas; y José Manuel Izquierdo, de la Subdirección de Farmacia y Productos Sanitarios del Servicio Madrileño de Salud

Antonio López ha recordado en su intervención que en la actualidad está en vigor el segundo PRAN (el primero fue de 2014 a 2018), y está a punto de finalizar la fase de borrador del siguiente (2022-2024) para su aprobación formal. El actual a acusado de forma intensa los problemas de la pandemia con una interrupción de su actividad, pero el nuevo vendrá con nuevas acciones y un enfoque global. En él colaborarán diez ministerios bajo la etiqueta OneHealth, se implicarán todas las CCAA, 70 sociedades científicas, organizaciones colegiales, universidades, asociaciones profesionales y un total de 300 expertos. Los Programas de Optimización del Uso de Antimicrobianos (PROA) y la elaboración de guías son parte de esta intensa actividad.

Antonio López Navas, durante su intervención, vía teleconferencia.

Una de las funciones del PRAN es la coordinación a través de grupos de trabajo que también elaboran campañas formativas e informativas. La próxima tendrá lugar el 18 de noviembre. El seguimiento de las iniciativas es también labor del PRAN, ha añadido.

En su valoración de los efectos de iniciativas anteriores, se ha mostrado cauto. A pesar de haber registrado un acusado descenso (-32%) en el empleo de antibióticos -que llevan a cabo como parte de su función de vigilancia-, López ha indicado que la reducción de la actividad asistencial por efecto de la pandemia puede haber alterado la actividad propia de un año normal. También se ha dado la circunstancia de que ha sido un año con pocas infecciones respiratorias al margen de las causadas por SARS-CoV-2. Su proyección de cara al futuro,  “que no deja de ser una estimación” es un descenso en el empleo de antibióticos entre el 4% y el 5%. 

En su balance, destaca como logros del plan la implantación de equipos PROA, la prescripción diferida, la elaboración de guías nacionales de terapéutica antimicrobiana (Guía PRAN) y las PDR. 

Tras la implantación, se trabaja en la evaluación del impacto de los PROA, pendiente de aprobación en el Consejo Interterritorial del SNS (CISNS), con gradación de normal, avanzado y excelente para cada centro. La prescripción diferida ha mostrado poder reducir las prescripciones de antibióticos hasta un 50%. Se avanzará en su implantación en la próxima fase del PRAN. Las guías, ya aprobadas, han sido adoptadas por todas las sociedades científicas. La aplicación móvil para su empleo y la versión web también se presentarán el 18 de noviembre. 

Sobre las PDR, el responsable del PRAN ha señalado que se ha avanzado en el establecimiento de los estándares de calidad (en colaboración con cartera básica y evaluadores. En su primer análisis de la situación se documentaron los efectos secundarios del mal uso de los antibióticos, constatando también que, cumpliendo ciertos criterios y con el apoyo de una prueba rápida, el elevado número de intervenciones innecesarias se vería reducido de forma sustancial. 

Un criterio objetivo frente a la incertidumbre

José María Molero y Ana Alonso han ofrecido la visión de los clínicos. Molero ha partido de los retos que hay que superar para el óptimo aprovechamiento de las PDR: la saturación de los servicios asistenciales, la falsa creencia de que no prescribir antibióticos aumenta el riesgo de complicaciones y la inercia terapéutica, entre otros. Para este clínico, es crucial considerar que en patología infecciosa, la incertidumbre va ligada a la elección de antibiótico. Por ese motivo respalda con convicción el empleo adecuado de PDR como soporte a la decisión sobre tratamiento. “Basándonos en criterios como signos, síntomas, edad del paciente, comorbilidad y el grado del conocimiento que tenemos del individuo, seguimos dejando gran parte de la decisión descansar sobre elementos subjetivos. Una prueba objetiva afianza la decisión, para nosotros como profesionales y también para el paciente”, ha explicado.

José María Molero y Ana Alonso

Alonso ha añadido que el mal empleo de antibióticos ha llegado a extremos en los cuales el riesgo de resistencia se ha hecho presente en unidades de neonatos, consultas de pediatría de Atención Primaria y otros espacios tradicionalmente al margen de esas sospechas: “Tengo infecciones banales que no son mortales ahora mismo, pero quizá sí a largo plazo por efecto de las resistencias”. A este elemento de riesgo para la salud pública ha añadido el impacto económico de las complicaciones. Para ella, disponiendo de herramientas objetivas, “no se puede seguir haciendo la medicina que hacíamos hace 30 años”.

Para los dos, la presión del paciente (y la propia) por prescribir antibióticos cede ante la evidencia del resultado de una prueba de diagnóstico. “Son pruebas muy cómodas, el profesional tiene que estar formado para realizarlas, pero son muy gratificantes para el médico y para el paciente, que se queda más tranquilo y ya no tiene esa inclinación a demandar antibiótico”, ha dicho Molero.

Impulso a los planes regionales

Carmen Encinas, Alfonso Alonso Fachado y José Manuel Izquierdo han ofrecido la perspectiva de los gestores. Izquierdo percibe un elevado grado de concienciación “tanto en gestores como en clínicos”, y celebra la buena acogida del plan en la Comunidad de Madrid, con un PROA ambulatorio, no solo en Atención Primaria sino también en urgencias hospitalarias y residencias. En coordinación con el plan nacional, la experiencia de las CCAA se aprovechará para avanzar en esta dirección, ha declarado.

Encinas ha hablado también de la concienciación sobre la necesidad de promover el uso racional de los antibióticos como un logro, y en el apartado de retos a los cuales dedicar un esfuerzo adicional ha señalado la coordinación de trabajo en las organizaciones. Su plan regional, aún joven y con el paréntesis de la pandemia, tiene incluida la línea de trabajo orientada a combatir las resistencias con el empleo de PDR entre sus estrategias más importantes.

Carmen Encinas, Alfonso Alonso Fachado y José Manuel Izquierdo.

Alonso ha subrayado cómo el problema de la resistencia es algo muy presente entre los profesionales, particularmente en los hospitales, donde la participación en iniciativas y actividades formativas ha sido muy elevada. La inercia, los tiempos de atención y el factor cultural son a su modo de ver tres elementos sobre los que habrá que trabajar con más ahínco. En Galicia el trabajo del coordinador retoma ahora su ritmo tras el “parón” de la pandemia. Elaborará protocolos, acciones de información orientadas a la población y formación para profesionales.

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