El consejero de Sanidad, Jesús Fernández, participó en el II Foro Sociosanitario de Castilla y León, organizado por El Norte de Castilla bajo el lema 'Financiación y sostenibilidad del sistema sanitario’, y ha reivindicado la vinculación de la financiación sanitaria autonómica a criterios demográficos y geográficos, también a la innovación y la renovación tecnológica.
En esta línea, además, expresó la opinión de su Gobierno de que "se debería invertir un punto más de PIB en los presupuestos en Sanidad de los próximos años" si se quiere hacer "sostenible" un sistema sanitario que es, dijo, "de los mejores del mundo". Del gasto actual en Sanidad, aseguró que, de cada euro, el 50% se destina a personal, el 21% a Farmacia, el 15% a compras, el 10% a conciertos y el 4% a inversiones.
El consejero destacó que realidades como el envejecimiento de la población, el aumento de las enfermedades crónicas y la despoblación de las zonas rurales "están transformando nuestra propia realidad social y económica, y por tanto, la forma en que prestamos la asistencia sanitaria y llevamos a cabo las políticas de prevención y promoción de la salud". Precisó que, en Castilla-La Mancha, el 71% de las consultas de Atención Primaria lo copan pacientes con enfermedades crónicas.
Atención Primaria y digitalización, claves
Como consecuencia de esta nueva realidad, en esta comunidad autónoma, y en otras con características similares, se ven obligados a "concentrar esfuerzos en materia presupuestaria de medios y de personal en la Atención Primaria". No obstante, además de esta concentración de recursos, Fernández apuntó a "la interoperabilidad y la digitalización" como herramientas necesarias para que el sistema siga siendo sostenible, a la vez que se mantiene "la equidad en el acceso". Es preciso, dijo, disponer de "información precisa, completa y oportuna en el lugar de la asistencia".
Fernández concluyó apuntando que el contexto actual requiere organizaciones que sean capaces de trascender el modelo basado en el crecimiento a corto plazo, afirmando que un modelo sostenible es a la vez "una responsabilidad social de largo alcance", y reconoció que el desafío es "orientar a los profesionales y ciudadanos en una dirección común y alineada con la estrategia general de la organización" sanitaria. En ese sentido, hizo referencia a la apuesta de Castilla-La Mancha por "estimular los hábitos de vida saludable y la educación para la salud", clave, opinó, "para la correcta utilización del sistema por parte de ciudadanos y profesionales".