Terapéutica

MCDA: proponen 26 criterios para incorporar el valor en evaluación

El documento ‘Síntesis de información relevante de apoyo a los MCDA (análisis de decisión multicriterio) para la toma de decisiones’ identifica 26 criterios “necesarios” para adoptar decisiones en materia de salud.

El documento ‘Síntesis de información relevante de apoyo a los MCDA (análisis de decisión multicriterio) para la toma de decisiones’, de la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, identifica 26 criterios “necesarios” para adoptar decisiones en materia de salud si quiere tenerse en cuenta el valor de las tecnologías evaluadas.

Los autores del texto tienen clara la conveniencia de adoptar modelos basados en análisis multicriterio, incluyendo variables adicionales a las consideradas clave (core en la nomenclatura inglesa).

Transparencia, transparencia y transparencia

Su propuesta se basa en el empleo de MCDA en procesos públicos (o “deliberativos”) para decidir. A su entender, estos modelos pueden servir de referencia en un debate sistemático y estructurado, basado en criterios individuales y en la evidencia disponible sobre los mismos.

Además, sostienen que los modelos abiertos, estructurados e informados son mejores que los procesos de adopción “cerrados y no informados”, porque hacen transparente el razonamiento que sustenta la decisión final.

No obstante, vista la disparidad de los MCDA que se han implantado hasta el momento, los autores, del Servicio de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del País Vasco (OSTEBA), hanelaborado una propuesta propia. Se basa un análisis de los estudios al respecto, el trabajo de un grupo de consenso, y tras consultar con la red internacional de agencias públicas de evaluación de tecnología sanitarias (INAHTA).

En el grupo de consenso participaron consumidores, proveedores, gerentes y académicos, entre otros grupos.

Seleccionaron un total de 26 criterios, aplicables en aspectos éticos, legales, medioambientales, sociales y organizativos. Todos ellos deberían ser tenidos en cuenta por las agencias evaluadoras al recopilar y sintetizar información para la adopción de decisiones en salud, aseguran.

Han descartado que ninguna de esas categorías deba ponderarse por encima de otras, ni que unos criterios puedan ser considerados más importantes que otros.

Los 26 criterios

Dentro del dominio ético, se han seleccionado la transmisión adecuada de información al paciente o quien le represente; la equidad, imparcialidad, justicia e inclusión de la perspectiva de género; la reducción de pobreza y desigualdad; el empoderamiento de la ciudadanía o el paciente y los conflictos éticos relacionados con el uso de la tecnología.

Desde el punto de vista legal, los criterios serán la necesidad de desarrollo de normativa; la de verificación del cumplimiento de la normativa; la coherencia con planes, protocolos o líneas estratégicas; la verificación del cumplimiento de principios de protección de datos y la verificación de respeto a la autonomía del paciente.

En los criterios relevantes desde el punto de vista organizativo se han seleccionado el impacto de la tecnología y la capacidad de implementación técnica; la organización de cuidados centrada en el paciente y la coherencia con las prioridades del contexto, así como el impacto a largo plazo de la tecnología que se esté evaluando.

En la vertiente social de la evaluación -prosiguen- deberán considerarse los siguientes criterios: determinantes sociales sobre la salud y su impacto; los riesgos y beneficios socioeconómicos para los colectivos afectados por la tecnología evaluada (con especial atención en el impacto sobre los grupos vulnerables); el impacto sobre la prevención y la participación del paciente (con el valor de sus experiencias y necesidades en la adopción de la decisión).

Respecto al medioambiente, se consideran relevantes la necesidad de gestionar residuos, el impacto medioambiental de la fabricación y el uso de la tecnología en cuestión, su obsolescencia programada y el impacto medioambiental de la eliminación de la tecnología por parte de los usuarios.

En la categoría de “otros” se incluyen la oportunidad y utilidad, la coherencia con el plan Profarma y la contribución al Producto Interior Bruto nacional, la innovación de la intervención, la tecnovigilancia y la ciberseguridad de la tecnología que se está evaluando.

Un análisis complejo

La adopción de decisiones en el ámbito sanitario es, de por sí, un proceso complejo en el cual influyen múltiples factores. Por eso es necesario que las evaluaciones sean exhaustivas y den cabida a criterios múltiples, argumentan los autores.

El modelo más extendido, basado en análisis de coste-utilidad fundamentado en AVAC (años de vida ganados ajustados por calidad) en relación con el coste, no está equipado para dar cabida a las múltiples dimensiones de valor de la tecnología que se evalúa.

“Una herramienta complementaria para la decisión que puede incorporar sistemáticamente, además de costes y beneficios de las innovaciones médicas, otras dimensiones como los aspectos éticos, organizativos, legales, medioambientales y sociales, junto con las perspectivas de las distintas partes interesadas es el análisis de decisión multicriterio (MCDA en inglés)”, aclaran.

No obstante, han matizado que para que dichos modelos funcionen deben recibir información sobre evidencia de todos los dominios a considerar.

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