El director general de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), Ion Arocena, ha presentado el Informe Asebio 2018, del que se desprende la consolidación cada vez mayor del sector biotecnológico en nuestro país y su proyección fuera de nuestras fronteras. Muestra de lo primero es, por ejemplo, el crecimiento del número de empresas (9% más que en 2017), hasta las 713, siendo además, del conjunto de las ramas de actividad industrial, la que más creció en aportación de valor añadido (31,9%), seguida de otras como el refino del petróleo (23,5%), o las actividades relacionadas con el empleo (19,6%). Los últimos datos que se ofrecen, no obstante, son del INE de 2017.
También se vio en las mismas estadísticas un aumento en el número de empleados de estas empresas, concretamente en torno al 10,6%, hasta los 25.000 empleos directos, por detrás de la categoría 'Otras actividades profesionales, científicas y técnicas' (17,1%), y del refino del petróleo (11,5%), así como la escalada del sector biotech a la cuarta posición en cuanto a intensidad investigadora, con un gasto del 4,9% sobre la producción, por detrás de sectores como el de los prestadores de servicios de I+D (25,1%), la Educación (5,5%), o el sector puramente farmacéutico (4,6%).
De esa actividad se desprende un buen nivel de producción de conocimiento científico, de modo que el sector biotecnológico español ocupa la 9ª posición mundial, con 134 publicaciones en 2018, siendo empresas como BTI y Pharmamar fueron las que más publicaciones generaron. Unido a esto, se solicitaron 537 patentes -"cada vez más ante organismos internacionales como la Oficina Europea (EPO por sus siglas en inglés) o por el procedimiento PCT", aclaró Arocena-, de las que 299 terminaron siendo concedidas. El director de Asebio destacó que es "el sector empresarial el que sigue liderando esta actividad, aunque las solicitudes se presentan en ocasiones en régimen de cotitularidad". De hecho, en 2018 se formalizaron 198 alianzas (un 47% más).
Pero toda esta investigación y esta producción científica e industrial (se lanzaron 86 productos y/o servicios en 2018) requiere recursos, y de eso también habló Arocena durante su intervención. En general, señaló que "la atracción de inversiones por parte del sector ha mejorado en 2018". En total, se produjeron 29 ampliaciones de capital, por un importe total de 95 millones de euros, frente a los casi 94 millones de 2017. Sin embargo, el volumen de las ampliaciones de capital llevadas a cabo por compañías biotech cotizadas (Oryzon, ADL Bionatur, Solutions y Atrys Health son las que estuvieron implicadas) fue un 8% menor al del ejercicio anterior.
Financiación pública
También evolucionaron en negativo (un 52% menos) las financiaciones complementarias, término que describe a los fondos obtenidos mediante préstamos o participaciones en el capital procedentes de entidades de desarrollo empresarial regionales y nacionales, mientras que la financiación pública, concretamente los fondos aportados por el CDTI, mantuvo una relativa estabilidad, tras aumentar, no obstante, el número de proyectos aprobados. La buena noticia, subrayó el director de Asebio, fue "que el tramo no reembolsable se situó en máximos históricos, lo cual nos parece muy positivo, ya que siempre hemos defendido que los préstamos no eran el vehículo de apoyo ideal al sector".
Precisamente, a esta cuestión de la financiación pública se refirió el presidente de la Asociació, Jordi Martí, quien opinó que "invertir en I+D es invertir en el futuro de la sociedad". Por eso, tendió la mano a las autoridades para, sobre la base del diálogo, crear las condiciones para que el sector de la biotecnología despliegue todo su potencial. Según Martí, "cada vez más lejos del entorno europeo " en financiación pública para la I+D, por lo que "se necesitan acciones urgentes". "Necesitamos una visión compartida de país, que priorice la I+D", concluyó.
Volviendo a la captación de inversiones habría, que destacar el retroceso en la cuantía comprometida y desembolsada por los fondos de capital riesgo, que terminaron desembolsando 21 millones en 2018, frente a los 30 de 2017, aunque Arocena prefirió ver el vaso medio lleno haciendo balance de "los 600 millones levantados entre 2008 y 2019". En la arena internacional, cabe destacar los 74 millones captados en rondas de capital extranjero, ligeramente por encima de los 70 y 68 millones obtenidos en los dos ejercicios inmediatamente anteriores.
Expansión internacional
Esta proyección internacional de las biotech españolas se ve mejor en los datos de implantación, con un total de 148 filiales repartidas por todo el mundo. En este sentido, llama la atención la caída de Reino Unido del segundo al sexto en el ránking de lugares preferidos para establecer oficina por parte de las empresas del sector. Y es que, en una encuesta interna, más del 50% de los socios de Asebio preveía consecuencias por el Brexit y un alto porcentaje reconocía, también, cierta preocupación por ello.
Vistos los principales datos, Ana Polanco, directora de Market Access y Corporate Affairs de Merck y vocal de Asebio, destacó la buena evolución del sector y puso en valor su potencial para "aportar soluciones a los retos que se le plantean a la sociedad". Seguidamente, dio paso a Andrés Álvarez, de la European Innovation Council Task Force de la Comisión Europea, quien se refirió al desafío que plantea "la falta de inversiones, tanto pública como privada", y apuntó a la gran oportunidad que se desprende de la nueva estrategia que sucederá a Horizonte 2020, denominada Horizonte Europa, y que podría traer consigo un total de "100.000 millones de euros para reforzar la I+D pública", de los cuales, 10.000 millones irán a parar al organismo para el que trabaja, desde donde se plantean "ayudar a agentes innovadores". Actualmente, tienen en marcha un proyecto piloto con 3.000 millones para innovaciones disruptivas que sirvan para hacer frente a los retos que se prevén para los próximos 20-30 años, ha dicho.