Farmaindustria ha emitido una nota de prensa, con motivo de la conmemoración del cuarto aniversario del establecimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible por parte de los más de 150 jefes de Estado y de Gobierno reunidos en la histórica Cumbre de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas (ONU), para destacar su contribución a la consecución de los mismos.
"La industria farmacéutica, en la medida en que trabaja para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas y fomenta un modelo económico basado en el empleo cualificado, la investigación, el desarrollo y la innovación, constituye uno de los sectores clave a escala global a la hora de lograr que en 2030 los Objetivos de Desarrollo Sostenible sean una realidad", indican desde la patronal.
Así, en lo que se refiere a la Salud y el Bienestar (Objetivo 3), las empresas del sector jugarían un papel "protagonista", hasta el punto de que casi la totalidad de los medicamentos disponibles son producto de su I+D y de que, apuntan, "la introducción de nuevos medicamentos es responsable del 73% de la prolongación de la esperanza de vida lograda en las últimas décadas". En este punto, destacan "progresos antes impensables" en el abordaje de las enfermedades más graves y prevalentes, logrando en algunos casos la curación, como ha ocurrido con la hepatitis C, y en otros, como el sida, la cronificación. De hecho, acabar con la epidemia de sida y combatir la hepatitis figura como unas de las prioridades en el punto 3.3 de este Objetivo.
En cuanto a la meta de lograr la cobertura sanitaria universal para 2030, y en particular el acceso a medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad para todos (punto 3.8), la industria dice llevar tiempo "firmemente comprometida", aunque desde la asociación mundial que agrupa a los laboratorios innovadores apuntan al reto de reforzar "la acción colaborativa", la cual, dicen, "es necesaria para ampliar el acceso de los pacientes a los tratamientos y, al mismo tiempo, lograr la sostenibilidad del sector sanitario a largo plazo". El sector, por su parte, "sigue comprometido en hacer su parte a la hora de ayudar a los Estados a lograr el objetivo de la cobertura sanitaria universal y avanzar en la búsqueda de un diálogo constructivo que asegure su implementación".
Destacan también su contribución a la meta 3.b del Objetivo de Salud, que persigue apoyar las actividades de investigación y desarrollo de vacunas y medicamentos para las enfermedades transmisibles y no transmisibles que afectan primordialmente a los países en desarrollo y facilitar el acceso a medicamentos y vacunas esenciales asequibles. Indican, a este respecto, que los laboratorios son uno de los primeros contribuyentes netos a la investigación de enfermedades tropicales desatendidas, "con unos 500 millones de euros al año, desarrollando más de 200 proyectos de investigación anuales". Fruto de este esfuerzo, apuntan, "se logró reducir en casi un 80% la mortalidad por sarampión en África entre 2000 y 2014 gracias a las vacunas".
Además, la industria farmacéutica estaría intensificando sus esfuerzos para facilitar el acceso de los habitantes de países en desarrollo a los nuevos medicamentos y reforzar la I+D de medicamentos de especial interés para los más desfavorecidos, tal como reflejaba recientemente un amplio estudio de la Fundación para el Acceso a los Medicamentos, que analizó el comportamiento de 20 de las mayores compañías farmacéuticas del mundo a lo largo de los últimos años en 106 países en desarrollo que acogen al 83% de la población global. "El informe destaca cómo las compañías farmacéuticas están cambiando su forma de proceder y están poniendo en marcha nuevos modelos de negocio inclusivos para llegar a las poblaciones de los países con menos ingresos", prosigue la patronal.
Contribución al resto de objetivos
Más allá de los objetivos relacionados con la salud, Farmaindustria subraya la aportación del sector a otros como la igualdad de género (Objetivo 5), el trabajo decente y el crecimiento económico (Objetivo 8), entre otros.
De cara a la consecución del primero de ellos, hacen alusión a los programas dedicados a la igualdad y diversidad, la conciliación laboral, el acoso y la violencia de género "en cada compañía de forma individual". Añaden a esto el hecho de que el sector presente "uno de los índices más altos de presencia femenina en puestos directivos y la menor brecha salarial del conjunto de la economía española". Así, los comités de dirección de las compañías farmacéuticas contarían actualmente con un 41,3% de mujeres, lo que supone 3,4 veces más que la media de las grandes empresas del IBEX-35, que es del 12,1%.
En cuanto al otro objetivo, la industria, señalan, es "líder en inversiones en I+D y en empleo de calidad, y constituye uno de los sectores tractores para las economías desarrolladas que cumple además con metas como la 8.2, centrada en "lograr niveles más elevados de productividad económica mediante la diversificación, la modernización tecnológica y la innovación".
Destacan, a este respecto, que las empresas fabricantes de productos farmacéuticos que hay en España generan una producción valorada en más de 15.000 millones de euros (el 24% del conjunto de la alta tecnología del país), y que el sector mantiene en España uno de los modelos de empleo de mayor calidad, caracterizado por su estabilidad (un 94,2% de los empleos son indefinidos), su alta cualificación (un 62,4% son titulados universitarios) y su tipo de dedicación (sólo el 1,5% de los empleados indefinidos trabaja a tiempo parcial), siendo además el colectivo de menores de 30 años el que ha experimentado un mayor crecimiento en los últimos años (un 12,5% más en 2017), de forma que más de uno de cada cuatro nuevos contratos (27,8%) corresponde a jóvenes.
Otros objetivos donde consideran que la aportación de la industria puede ser relevante son son el 9, que se centra también en la vertiente económica y productiva, destacando la importancia de las infraestructuras de calidad, la contribución de la industria al empleo de calidad (reflejado ya en el punto anterior), el aumento de la investigación científica y la mejora de la capacidad tecnológica, señas de identidad todas ellas de la industria farmacéutica; el 12, que persigue también crear ganancias netas de las actividades económicas mediante la reducción de la utilización de los recursos, la degradación y la contaminación, logrando al mismo tiempo una mejor calidad de vida, y el 17, que apela a la capacidad de lograr alianzas para alcanzar objetivos conjuntos.