Terapéutica

Farmaindustria reivindica el valor del medicamento más allá de la salud...

Farmaindustria y la Fundación Max Weber han presentado el informe 'El valor del medicamento desde una perspectiva social', que, mediante una recopilación de datos y literatura científica, pretende servir de base para una visión más integral de la contribución de los fármacos.
Imagen de la presentación del informe sobre el valor social del medicamento elaborado por la Fundación Max Webber con el apoyo de Farmaindustria.

Farmaindustria y la Fundación Max Weber han presentado el informe 'El valor del medicamento desde una perspectiva social', elaborado con el objetivo de "dar una visión sobre el valor económico, clínico y social que han aportado los medicamentos a las sociedades occidentales", para lo que se ha sintetizado una parte de la literatura científica publicada al respecto que muestra, reza el documento, "las aportaciones que han supuesto los medicamentos más innovadores a lo largo del tiempo".

...mientras Cruz y Crespo piden más implantación en España y evidencia

 

La presentación ha corrido a cargo de Álvaro Hidalgo, presidente de la Fundación Weber y director del informe, quien ha detallado la contribución de los medicamentos en varios niveles. Por un lado, ha señalado al sector industrial que tiene detrás como un importante "generador de empleo cualificado, siendo, con 39.000 trabajadores, el sector de alta tecnología que más empleo genera en España" (cabe destacar, a este respecto, que el informe recoge datos de 2006). Asimismo, ha resaltado la alta productividad por empleado, situada cerca de los 115.000 euros en 2015, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Seguidamente, el director del informe ha asegurado que el análisis identifica claramente a la industria farmacéutica como "un referente en I+D", con una inversión de más de 1.000 millones, siendo, en este sentido, "el sector industrial líder de la economía española". En lo que respecta a la generación de competitividad para el país, ha cifrado en un 45% el aumento de las exportaciones en los últimos 10 años, "aunque España sigue siendo, en este sentido, un país netamente importador", ha matizado (el documento recoge un saldo comercial negativo de 3.044 millones en 2016). Finalmente, en lo que respecta al pago de impuestos, Hidalgo ha calculado que la industria desembolsa unos 490 millones en concepto de Impuesto de Sociedades, y otros 900, aproximadamente, por su actividad, con la que generó una cifra de negocio de unos 13.672 millones en 2015, según el INE.   

Además de la contribución a la economía del país, el documento trata de destacar también, como explicó el presidente de la Fundación Max Weber, "el ahorro de costes directos e indirectos que generan los medicamentos en el sistema sanitario, sobre todo a largo plazo". Para ello, citan algunos estudios internacionales, centrados en la evitación de complicaciones, hospitalizaciones y visitas a las urgencias, así como en la reducción del grado de discapacidad, con el consiguiente aumento de la autonomía personal, o del absentismo.

Impacto en la salud

Finalmente, el informe recoge datos sobre el impacto de los medicamentos en la calidad y la cantidad de vida. En este sentido, Hidalgo puso en valor que "la reducción de muertes por VIH sida, que ha pasado a ser una enfermedad crónica; el aumento de la supervivencia en cáncer con las terapias dirigidas; la curación de la hepatitis C; la evitación de hospitalizaciones por enfermedades CV, o la mejora del cumplimiento terapéutico en diabetes, además de la reducción de enfermedades infecciosas gracias a las las vacunas". Dentro de los datos que recoge el informe, aunque son del periodo 2000-2009, su director declaró que "del aumento de 1,4 años de vida en la OCDE, el 70% se atribuye a los nuevos medicamentos".

Estas mejoras en la cantidad y la calidad de vida fueron también destacadas por el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, que citó, entre otras cifras, "las más de 15 millones de muertes evitadas por los antirretrovirales, la elevación de un 73% de la supervivencia en cáncer, la reducción de la mortalidad por las vacunas, así como en enfermedades cardiometabólicas, o la erradicación de la hepatitis C que van a permitir los nuevos tratamientos". No obstante, como Hidalgo, quiso poner también en valor su aportación en ahorros por hacer innecesarias otras intervenciones sanitarias, o su contribución a la economía, afirmando que "un año de incremento de esperanza de vida en los países desarrollados implica elevar el PIB un 4%". 

Además de reseñar lo logrado, Arnés avanzó que "los avances en genómica y proteómica ya están permitiendo desarrollar nuevas terapias, más personalizadas, más precisas, que configuran un nuevo paradigma que permite pensar en la curación de muchas enfermedades que hasta ahora tratábamos como crónicas". Por eso, destacó la importancia de "que lleguen al ciudadano, compatibilizando ese acceso con la sostenibilidad del SNS", un equilibrio que, dijo, "es responsabilidad de la industria, los profesionales, los gestores, las autoridades sanitarias y los propios pacientes".

Conciliación de acceso y sostenibilidad

Precisamente, sobre este asunto giró buena parte de la mesa de debate posterior. En ella, Toñy Gimón, presidenta de Fecma, se preguntó si es lógico que "por una limitación presupuestaria se pueda condicionar el acceso a estos avances". El resto de participantes (José Luis Andreu, presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER); José Soto, gerente del Hospital Clínico San Carlos, y José Antonio Sacristán, director Médico de Lilly) dieron respuesta a esta cuestión con la propuesta de algunas soluciones.

Así, Andreu habló de "elaborar algoritmos de compensación, de modo que si se sabe que un tratamiento va a ahorrar una cantidad, se compense con ese dinero al sistema sanitario", así como de ahondar en la fórmula del acuerdo con la industria (puso como ejemplo el caso de la hepatitis C", para llegar "a formas que hagan que el SNS siga siendo sostenible".

Por su parte, Soto defendió "el No a la guerra contra el la industria", así como una mayor desregulación de este mercado. También reclamó "un nivel de transparencia máximo, la incorporación de los pacientes a la toma de decisiones, una evaluación integral de los resultados, de salud y también sociales, así como una prescripción inteligente con uso de incentivos para los profesionales", entre otras medidas. 

Finalmente, Sacristán abogó por una política "más centrada en la eficiencia, y no tanto en el gasto", para lo cual es preciso que se avance, dijo, en la "medición de resultados". Y, en esa línea, defendió que comience a darse más valor a los patient reported outcomes (PRO), ya que muchas veces "medimos cosas que son poco relevantes", concluyó.

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