Martín Sellés, nuevo presidente de Farmaindustria, participó en 'The Spain Summit', un encuentro organizado por The Economist, para poner en valor la aportación que realiza la industria farmacéutica a la sociedad en términos de mejora de la salud, generación de empleo de calidad, impulso de la I+D biomédica y fortalecimiento de la economía.
Así, en opinión de Sellés, el sector es, "sin duda, uno de los que tienen mayor capacidad de influencia beneficiosa sobre la sociedad española, empezando por su contribución a mejorar la salud de las personas, ya que su razón de ser es, precisamente, la investigación, desarrollo y puesta a disposición de los profesionales sanitarios y los pacientes de nuevos medicamentos, cada vez más precisos y eficaces, para curar enfermedades o mejorar la calidad de vida". Citó, en este punto, los medicamentos curativos para la hepatitis C, o los que han conseguido cronificar enfermedades que antes eran mortales, como el VIH/sida. También se refirió a los fármacos oncológicos, algunos de los cuales, dijo, "están siendo claves para lograr tasas de supervivencia cada vez más altas". "Hasta el punto", prosiguió con respecto al cáncer, "de que el 83% del aumento de la esperanza de vida de estos pacientes registrado desde 1980 se debe a los nuevos tratamientos".
En cuanto a la aportación al empleo, recordó que la industria genera en España más de 40.500 puestos directos, que superan los 200.000 si se tiene en cuenta también el empleo indirecto e inducido. Además, subrayó que el empleo que se crea en el seno del sector se caracteriza por la estabilidad, con un 94,2% de contratos indefinidos, y por la integración de la mujer, ya que, en la industria, el 52% son trabajadoras. En este apartado, destacó también el hecho de que el 43% de los miembros de los comités de dirección sean personas del sexo femenino, que ocupan el 21,5% de los cargos como primeros ejecutivos en las empresas farmacéuticas.
Pero, es que además, según Sellés, la industria del medicamento ofrece un modelo de referencia para favorecer la transformación del modelo productivo en España. Ese modelo, además de basarse en un empleo cualificado, estable, y con tendencia a la igualdad entre hombres y mujeres, tiene en la I+D+i su principal seña de identidad. Y, en este sentido, Sellés, se refirió, como muestra, a la inversión de 1.150 millones de euros que realizó la industria el pasado año, cantidad de la que la mitad se destinó a proyectos de investigación en colaboración con hospitales y centros de investigación públicos y privados por toda la geografía española. "Esto nos convierte en el sector líder en I+D industrial en España, con más de un 20% del total”, subrayó el presidente de Farmaindustria.
En lo que respecta a la aportación del sector a la economía del país, Sellés recordó que es el sexto sector productivo en exportaciones, con casi 11.000 millones de euros anuales, y genera una producción valorada en más de 15.000 millones de euros. Además, las exportaciones farmacéuticas suponen el 27% del total de exportaciones nacionales de productos de alta tecnología, lo que le convierte en el sector de la economía nacional más importante en esta área tan estratégica para cualquier economía.
Compromiso con la sostenibilidad
En el foro el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, quien profundizó en el papel de la industria como agente del Sistema Nacional de Salud, y destacó su responsabilidad y su compromiso con la necesidad de "que los medicamentos lleguen a los pacientes que los necesitan". Por lo tanto, dijo, "estamos concernidos con la calidad y sostenibilidad del sistema sanitario, porque es clave para garantizar el acceso a la innovación”.
En este sentido, destacó la apuesta por la colaboración y el "diálogo constante" con las administraciones, con las que el sector está implicado para la búsqueda y aplicación de las medidas necesarias para conciliar estos aspectos a través de herramientas como el Convenio por la sostenibilidad, el acceso y la innovación suscrito con la Administración General del Estado o los acuerdos de riesgo compartido y de techos de gasto.
Por último, tanto Sellés como Arnés abordaron los retos de futuro para un sector que tiene como principal desafío "mantener sus elevadas tasas de calidad asistencial manteniendo su carácter universal y asegurando el acceso de los pacientes a las innovaciones, contando para ello, como hasta ahora, con profesionales sanitarios altamente formados y con sus conocimientos actualizados, y manteniendo al mismo tiempo un tejido investigador que permita a nuestro país seguir en el grupo de cabeza de la I+D biomédica”. Para lograrlo es necesario, a su juicio, un cambio de paradigma en la financiación de la innovación, superando la visión meramente presupuestaria, cortoplacista, para empezar a considerar a los medicamentos innovadores como una inversión generadora de importantes ahorros en el medio y largo plazo, y no sólo como un gasto en el corto plazo. Eso conlleva, en opinión de Farmaindustria, la aplicación de un enfoque basado en los resultados en salud de las innovaciones, que ayude a calibrar el verdadero valor que aportan y los ahorros que suponen para la sociedad en términos sanitarios (al evitar hospitalizaciones y consultas y mejorar la adherencia), económicos (al reducir bajas laborales y absentismo y mejorar la productividad) y sociales (reduciendo o evitando, por ejemplo, la carga de cuidados de la dependencia en el hogar).