Silvia Berisa, responsable del Servicio de Farmacia del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, recogió el segundo premio de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) para proyectos innovadores y colaborativos. El suyo, concretamente, ha consistido en el desarrollo de un programa de calidad farmacéutico para la producción de un medicamento de terapia avanzada (MTA) para Oftalmología en un sistema alternativo a las salas blancas convencionales.
Está centrado, como ha explicado Berisa a Diariofarma, en "la protocolización de actuaciones para mantener la calidad en el proceso de producción y el producto final". Básicamente, han establecido una serie de medidas para cumplir las normas de correcta fabricación, cumplimiento que tendrá que ser supervisado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), y que se dirigen a garantizar la adecuación de la instalación, el personal, la documentación, los registros, las validaciones de producción, la cualificación de los aparatos y los controles ambientales.
En cuanto a la instalación, cuentan con un aislador, denominado mini sala blanca, situado en el laboratorio del Servicio de Farmacia, que está acreditado para la elaboración de fórmulas magistrales y preparados oficinales estériles, incluido el plasma rico en factores de crecimiento (PRGF) para la vía oftálmica.
El aislador cumpliría con la clasificación ISO 4 requerida, cuenta con "presión positiva" y además es "estanco". Los resultados del ensayo de laminaridad habrían demostrado que ésta cumple con la norma y la monitorización de los parámetros físicos, así como los recuentos de partículas viables y no viables se mantuvieron "dentro de los límites permitidos, no registrándose desviaciones".
Berisa sitúa los beneficios de contar con esta instalación, frente a una sala convencional, en la inversión que se requiere. Esta segunda opción es "más "económica" y su instalación es "más fácil". En el apartado de las desventajas, apunta "la necesidad de entrenamiento" adicional, ya que, añade, "los guantes de un aislador son infinitamente más gruesos y estamos trabajando con materiales muy minuciosos, que requieren un trabajo es muy fino".
Además, se trata de un espacio más reducido que el convencional, aunque al tratarse de Oftalomología resulta aceptable. No sería así para la producción de otras terapias avanzadas, que "exigiría contar con más de un aislador", reconoce. Admite que también que no tienen constancia de experiencias previas, aunque asegura con las validaciones realizadas "quedarían despejadas todas las incertidumbres". Para eso, como se decía, necesitan la acreditación de la Aemps, que es el paso que les queda "para empezar a producir" y tener tratamiento disponible para administrarlo a sus pacientes.
A la innovación que supone el diseño del modelo de producción hay que sumar la del propio procedimiento de fabricación de las células. Más allá de que éste se vaya a hacer en un aislador dentro de una mini sala blanca, cabe destacar el empleo de tecnología PRGF Endoret, patentada por una compañía privada con la que han colaborado estrechamente. "En todas sus publicaciones", concluye Berisa, "aparece mención al Instituto Oftalmólógico Fernández-Vega". El uso de PRGF como único suplemento al medio de cultivo se evita el uso de productos xenogénicos (derivados de animales) durante la producción, aumentando así la seguridad de uso en humanos de este medicamento, explican.
Alternativa para pacientes con insuficiencia límbica
Igualmente novedosa es la terapia que van a administrar. Está basada en células limbares expandidas para tratar la insuficiencia límbica. Para ello se servirán de limbo procedente de córneas aptas para trasplante procesadas por el Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias.
Sobre la evidencia que respalda la utilización de este medicamento de terapia avanzada, esta farmacéutica precisa que "los resultados obtenidos, tanto in vivo, como in vitro, con células limbares expandidas ex vivo para el tratamiento de la insuficiencia límbica" les ha hecho plantearse "el traslado a la práctica clínica". Su uso, añade, "está consolidado en Europa". Antes de que eso sea posible, no obstante, la Aemps tendrá que autorizar su uso.
De momento, no tienen fecha, ni para la certificación del cumplimiento de las normas de correcta fabricación, ni para la autorización de uso de este medicamento de terapia avanzada. Si finalmente la autoridad regulatoria les reconoce esta potestad, comenzarán a tratar a pacientes de Asturias y de otras comunidades autónomas con un coste para éstos que "se asemejará al de una intervención quirúrgica". El tratamiento comercial disponible ronda los 90.000 euros. Además, concluye, “la producción podría ser accesible para administrar este medicamento en otros centros, haciendo llegar el medicamento a los pacientes que lo necesiten”.