España es de los países con mejores indicadores en enfermedad hepática para conseguir los objetivos de la OMS en el horizonte de 2030; sin embargo, diversos expertos consideran que “es necesario continuar con las estrategias de detección del virus de la hepatitis C”.
Esta es una de las principales conclusiones destacadas durante la jornada ‘Retos en Salud Pública para la Enfermedad Hepática’, dirigida por José Luis Calleja, del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, y apoyada por Gilead, en el marco de la celebración de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en San Lorenzo de El Escorial.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha fijado 2030 como el año clave para la eliminación de la hepatitis C. Ante este reto, España se posiciona como uno de los líderes europeos, tan solo por detrás de Islandia, para alcanzar este objetivo.
Desde la implantación del Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C, se han tratado cerca de 150.000 pacientes y se estima que aún quedan más de 80.000 personas infectadas por el virus C sin tratar. Por ello, para alcanzar la eliminación del virus C en nuestro país es clave incidir en la importancia de la búsqueda activa de pacientes y del diagnóstico precoz, así como la derivación para cuidado y tratamiento a los centros hospitalarios de todas las personas que estén infectadas.
“La enfermedad hepática es, además, una enfermedad frecuente, que está, en muchos casos, infradiagnosticada”, según explica Calleja “disponemos desde el año 2015 de un tratamiento efectivo para la curación de esta enfermedad; se han tratado en España a casi 150.000 pacientes y estamos intentando conseguir diagnosticar y tratar a los pacientes que todavía tiene la enfermedad pero que no se le ha diagnosticado”.
La mayor parte de los pacientes que tienen enfermedad hepática crónica proceden fundamentalmente de dos grupos de enfermedades: Pacientes infectados con hepatitis C y pacientes con enfermedad hepática metabólica. Este Curso, a lo largo de diferentes mesas redondas, ha servido como plataforma de debate sobre los logros alcanzados para conseguir los objetivos de eliminación o cómo la pandemia generada por el SARS-CoV-2 ha impactado en los esfuerzos de eliminación de la hepatitis C.
“Hemos retomado los programas de microeliminación; y en este curso hemos analizado con representantes de las Comunidades Autónomas, el Gobierno, representantes de los partidos políticos, asociaciones de pacientes y hepatólogos cuáles son los siguientes pasos que hay que dar para eliminar la hepatitis C”, ha destacado Calleja.
Javier García-Samaniego, coordinador de la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (AEHVE), ha apuntado que “desde marzo de 2020 estimamos que el número de diagnósticos ha disminuido en un 60% y, probablemente, el número de tratamientos en más de un 50%” por lo que es necesario “recuperar el tiempo perdido” para lograr el objetivo de la OMS. Según ha indicado, a día de hoy “casi uno de cada tres pacientes que se diagnostican nuevamente de hepatitis C está en estadios avanzados de la enfermedad, lo que supone un inconveniente adicional; porque estos pacientes van a requerir cuidados médicos, controles, cribados de cáncer de hígado prácticamente de por vida”.
Igualmente, los expertos han destacado que España está entre los primeros países del mundo en cuanto al número de personas tratadas, gracias al éxito de las estrategias de microeliminación del virus C llevadas a cabo por todo el país. Sin embargo, Rafael Esteban, jefe de Servicio de Medicina Interna y Unidad de Hígado del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona, ha explicado que para seguir avanzando es indispensable que “los políticos tomen la responsabilidad de colaborar y de organizar planes de macroeliminación, que significa realizar cribajes poblacionales a personas que no tienen antecedentes específicos de infección”.
Por tanto, además de seguir promoviendo políticas activas de cribado, con especial atención en poblaciones de alta prevalencia de la infección y reforzando la coordinación sociosanitaria, porque “muchos de estos pacientes con hepatitis C tienen una desvinculación con el sistema sanitario y hay que favorecer el tratarlos en sus centros de reducción de daños o en sus centros de drogodependientes”, ha confirmado García-Samaniego,
El hecho de ir a buscar a los pacientes que previamente han sido diagnosticados y que no han sido tratados es muy importante. Tal y como ha descrito Esteban “no hay un problema de protección de datos y podemos acceder a las historias clínicas de estos pacientes y poder recuperarlos para ser tratados”. Además, es muy importante realizar este procedimiento “en todos los hospitales para conseguir que todos estos pacientes que en su momento tuvieron un diagnóstico pero no recibieron un tratamiento puedan ser recuperados”.
Finalmente, en el segundo bloque de la jornada se ha tratado “la enfermedad hepática por depósito de grasa, de origen metabólico y que está asociada fundamentalmente a la obesidad y diabetes con una incidencia creciente en los últimos años en nuestro país. Con la participación de expertos en el campo del hígado y asociaciones de pacientes, hemos discutido sobre la importancia de contar con nuevas opciones terapéuticas y diagnósticas de la enfermedad”, ha explicado Calleja.