El Comité Económico y Social Europeo (CESE) ha adoptado un dictamen en el que alerta sobre el riesgo para la salud y el bienestar de los ciudadanos de la UE “debido a la excesiva dependencia de importaciones de principios activos farmacéuticos y medicamentos terminados procedentes de Asia”.
El Comité pide un plan de acción urgente y sólido que tenga por objeto atraer a la Unión Europea la producción de principios activos y medicamentos. Así, insta a la Comisión Europea a que cree un nuevo mecanismo integral de la UE destinado a apoyar la producción de principios activos farmacéuticos, el mercado de dichos principios y los medicamentos acabados en la UE.
La dependencia de ingredientes críticos, como los ingredientes farmacéuticos activos (API), se hizo evidente, durante la pandemia, cuando China e India limitaron las exportaciones. Según los datos actuales, hasta el 80% de los API utilizados en Europa y aproximadamente el 40% de los medicamentos terminados vendidos en Europa proceden de China o la India. La creciente dependencia de la Unión Europea del suministro de API ha provocado una pérdida parcial de capacidad para fabricar sustancias activas de forma independiente, lo que supone una amenaza potencial para la salud pública en los países de la Unión Europea.
“Los fabricantes europeos están siendo expulsados de los mercados nacionales y extranjeros debido a los mayores costes laborales y la necesidad de cumplir normas medioambientales estrictas, lo que lleva a una pérdida de competitividad de precios y volúmenes de ventas”. El coste de implementar la producción de una única sustancia activa, dependiendo de la tecnología de síntesis requerida, se estima entre 50 y 180 millones de euros y el tiempo necesario para su implementación es de 3 a 6 años. En este contexto, se requieren inversiones específicas para restablecer la producción de API en Europa en la escala necesaria para garantizar la seguridad de los medicamentos en la UE.
Al mismo tiempo, “observamos cambios sustanciales en la industria farmacéutica, p. crecimiento de la biotecnología o el paso a medicamentos personalizados. Los formuladores de políticas han identificado la necesidad de abordar las necesidades insatisfechas y la resistencia a los antimicrobianos”, señala el Consejo.
En los últimos años, la industria farmacéutica ha experimentado amplias reestructuraciones, fusiones y adquisiciones; Recientemente, varios actores importantes han cerrado o anunciado el cierre de centros de producción europeos.
“La reubicación de la fabricación de productos farmacéuticos a la UE estimularía el desarrollo económico y generaría nuevos puestos de trabajo. Ubicar y apoyar la producción en la UE no sólo aumentaría la competitividad de los productores con sede en la UE frente a sus homólogos de fuera de la UE, sino que también reduciría significativamente los costos de producción farmacéutica”. A largo plazo, esto “aumentaría la resiliencia de la UE ante futuras crisis que impliquen escasez de productos medicinales y ayudaría a restaurar el estatus de Europa como líder industrial”, asegura.