Vox se ha quedado solo este martes en su defensa de una tarjeta sanitaria única e interoperable común para toda España, después de que el Pleno del Congreso de los Diputados rechazara su PNL en este sentido, con los votos en contra de los partidos que sostienen al Gobierno, PSOE y Sumar, y sus socios en el hemiciclo. El PP se decantó por la abstención.
Fue el diputado David García el encargado de defender la propuesta de la formación conservadora, bajo el argumento de que este documento podría por un lado “eliminar barreras burocráticas” y por otro garantizaría un pleno acceso universal al Sistema Nacional de Salud. Con ello además se persigue también la interoperabilidad de estos documentos en el conjunto del país y que los historiales clínicos sean accesible a los profesionales sanitarios en todo el país.
García considera que esta proposición elimina actuales desigualdades y abogó por equiparar sus finalidades al Documento Nacional de Identidad: “La unificación de la tarjeta sanitaria no solo es una cuestión de vigencia, es una cuestión de justicia y de equidad”, aseguró el diputado.
Ahora mismo, según sus datos que explico provienen del Gobierno, “el 30% de las recetas electrónicas no son válidas fuera de la comunidad”, lo cual supone “una burocracia inútil” especialmente en el caso de los pacientes crónicos, cuando salen de su comunidad.
Vox ha criticado además que “en ciertas regiones de España hay quien emplea la lengua cooficial de territorio, en detrimento del español”.
Los argumentos de David García no han convencido al resto de la Cámara. Desde el PSOE, María Sainz ha asegurado que los datos aportados por Vox no son exactos. Sainz ha recordado que son millones de datos los que cada día se realizan con las tarjetas sanitarias vigentes y que “existe un servicio compartido que lo mantiene el Ministerio de Sanidad”. Igualmente Sumar ha destacado su defensa de la interoperabilidad de la tarjeta.
Además, la socialista ha recodado en cuanto a la interoperabilidad, que “existe una historia clínica digital del Sistema Nacional de Salud”.
Desde el PP se ha mostrado en relación a la interoperabilidad una visión más medida que la ofrecida desde el PSOE y ha apostado por “avanzar hasta la interoperabilidad total y práctica de la tarjeta sanitaria, la historia clínica y también la receta electrónica”, en palabras de su diputado Rafael Benigno Belmonte. Ese avance, explica, “debe conseguirse con el consenso de las CC.AA., los representantes de los profesionales y de los pacientes”. El diputado popular reconoce que existe “una sobrerregulación” y que el camino debe hacerse siguiendo “lo que la ley ya dice”.
Por su parte los nacionalistas han centrado sus críticas al diputado de Vox en la cuestión idiomática. “Garantizar el uso de las diferentes lenguas oficiales mejoraría la atención y el tratamiento, incluso la redacción del historial médico”, asegura la diputada del PNV Maribel Vaquero. Desde ERC, Etna Estrems propone el uso de la IA para traducir el historial clínico, “sería muy fácil de solucionar”, asegura.