El director de la Unidad de Supervisión Deontológica (USD) de Farmaindustria, José Zamarriego, ofreció una de las charlas del XIV Seminario de Industria Farmacéutica & Medios de Comunicación, y en ella hizo un llamamiento a los laboratorios a "mantener la tensión", aunque, señaló, se hayan producido importantes avances en los últimos años en lo que tiene que ver con el cumplimiento del código de buenas prácticas y las nuevas obligaciones en transparencia en la relación con el resto de agentes, incluidos profesionales sanitarios y organizaciones de pacientes.
Muestra de esa mejora, señaló Zamarriego, es el hecho de que de los 5.382 eventos científicos analizados por la USD en 2016, 5.110, un 94,95%, pasaran la evaluación sin incidencias. Este dato contrasta con el de 2004, fecha en la que se creó la propia USD y en la que se comenzó a registrar esta actividad. En aquel año, entre abril y diciembre, se revisaron 945 eventos y en el 25% (227) se percibió alguna irregularidad. También se ha percibido una evolución positiva en las incidencias encontradas en el ámbito de la investigación clínica, donde las prácticas adecuadas han pasado de representar sólo el 57,79% en 2009 al 88,33% en 2016. En la prestación de servicios, en cambio, sigue siendo alta la necesidad de intervención de la USD, con una tasa de adecuación que se ha mantenido en el entorno del 80% en el mismo periodo.
Esta evolución positiva del comportamiento de los laboratorios es, en opinión de Zamarriego, "muestra de nuestro compromiso, que se basa en la tolerancia cero". Y añadió: "No obstante, es importante que se mantengan los controles, las inspecciones in situ, como hemos venido haciendo hasta ahora. Hay que mantener la tensión, ya que además en las compañías suele haber rotación y eso implica que haya que formar sistemáticamente a nuevos profesionales para que puedan cumplir con las obligaciones que nos hemos dado".
Ese mantenimiento de la tensión es además necesario porque, pese a la tónica general, se siguen dando comportamientos que exceden los límites marcados desde la patronal. Muestra de ello es que en 2016 la USD tuvo que llevar a cabo 1.483 acciones preventivas, así como denunciar dos hechos concretos (desde 2004 ha intervenido de esta forma en 109 ocasiones). En lo que respecta al motivo de las denuncias, Zamarriego afirmó que suelen ser variopintos y, aunque reconoció que pueden darse casos más graves, hizo referencia a uno que, dijo, "puede parecer menor, pero no carece de relevancia: fue algo tan simple como poner en un congreso científico un granizado de limón. Cuando nadie lo pone, el que lo hace se convierte en un punto de atracción, recibe un importante flujo de médicos. Unos y otros compiten entre sí en el mercado, por lo que, si nos damos unas normas, tenemos que aplicarlas en igualdad de condiciones".
Formación a sanitarios por entidades privadas
Tras la charla, Zamarriego respondió a algunas preguntas de los periodistas presentes. Una de ellas tuvo que ver con la opinión de algunos partidos políticos y sociedades científicas, que defienden que la formación de los profesionales sanitarios no debería ser provista por la parte interesada en vender sus medicamentos. En este sentido, el director de la USD se mostró de acuerdo con los que piensan que el "empleador (la Administración) debería apoyar más la formación". Sin embargo, frente a la desonfianza mostrada con respecto a la que ofrece la industria matizó que "ésta cumple estándares de independencia y se rige siempre por un único elemento, el científico. Nuestro interés es los sanitarios tengan la mejor formación. A través de ella, el médico prescriptor adquiere el mejor conocimiento para realizar su labor", dijo.
Para concluir, también se refirió a la publicación, a partir de julio de 2018, de la información individualizada sobre las transferencias de valor a los sanitarios, que ha levantado algunas ampollas por el hecho de que se pueda dudar de la honestidad de aquellos que reciban mayores sumas de los laboratorios. Para Zamarriego, la individualización es un principio irrenunciable. A partir de ahí, "los profesionales podrán decidir con libertad si aceptan el pago de la industria. Si lo aceptas, tienes que asumir esas consecuencias, ya que nosotros tenemos que ser coherentes con los parámetros en los que nos movemos".