La amoxicilina es un antibiótico del grupo de las penicilinas. Supone actualmente en nuestro país más del 50 por ciento de los antibióticos utilizados, tanto sola como en combinación con ácido clavulánico.
La amoxicilina impide la formación de la cobertura externa de las bacterias favoreciendo, por tanto, su destrucción. Va a ser activa frente a gran cantidad de bacterias.
Es muy importante recalcar que, al igual que otros antibacterianos, no va a tener ningún efecto ni sobre virus ni sobre hongos. Y también es importante recordar que pueden existir bacterias que sean resistentes a sus efectos.
Está indicada, entre otras, en infecciones respiratorias como pueden ser sinusitis, faringitis, amigdalitis, otitis media o neumonía, también infecciones de orina y, por ejemplo, en infecciones dentales. No obstante antes de utilizarla y comprobar que la bacteria causante de estos procesos sea sensible a sus efectos.
La dosis y la duración del tratamiento van a depender tanto del lugar de la infección como también de su gravedad. Podemos encontrar en el mercado múltiples presentaciones de amoxicilina, tanto en administración oral, en forma de comprimidos, cápsulas, suspensiones orales o sobres, como también en presentaciones inyectables para su administración por vía intramuscular o por vía intravenosa.
Una de las reacciones adversas más características de la amoxicilina es la aparición de diarrea. Si observas que después de utilizar la amoxicilina experimentas diarrea intensa, o de varios días de duración, es recomendable que consultes con tu médico y no utilices un antidiarreico sin que éste lo recomiende. También es conocido el riesgo de reacciones alérgicas que puedan producirse por la amoxicilina. Si eres alérgico a la amoxicilina recuerda que puedes también tener reacciones de alergia otros antibióticos similares.
Siempre que vayas a utilizar un antibiótico recuerda tu médico, tu odontólogo, tu farmacéutico, enfermero o cualquier otro profesional sanitario, que eres alérgico a estas sustancias y puede ser conveniente que lleves contigo una chapa identificativa que advierta eres alérgico a la amoxicilina.
Finalmente, el principal riesgo del amoxicilina se debe al mal uso y el abuso que hacemos de la misma. Este mal uso y abuso puede dar lugar a la aparición de resistencias a sus efectos, haciendo que las bacterias dejen de ser sensibles a la amoxicilina. Por esta razón, el Ministerio de Sanidad ha establecido, junto con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, un grupo de expertos para tomar una serie de medidas con el objetivo de reducir el riesgo de aparición y diseminación de resistencias a los antimicrobianos. Entre las medidas para reducir el riesgo de aparición de resistencias antimicrobianas, te quiero recordar, entre otras cosas, que no debes utilizar nunca un antibiótico sin receta médica. También es muy importante que respetes tanto la pauta que te haya establecido tu médico, como la duración del tratamiento.
Y, por último, recuerda que los envases los sobrantes de los envases que no hayas utilizado debes eliminarlos en el punto Sigre de tu farmacia más cercana.
Y recuerda, consulta siempre con tu farmacéutico de confianza, el que informará sobre cómo debes utilizar la amoxicilina y cualquier otra duda que tengas.