Marta Trapero, profesora titular de Economía de la Universidad Internacional de Cataluña y miembro vocal de la Junta Directiva del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, lideró un estudio, publicado en junio de 2018, en el que se analizaron, desde el punto de vista del coste-efectividad, las distintas alternativas de tratamiento para dejar de fumar. Los resultados de aquel trabajo, en el que participaron investigadores de diferentes países recibieron financiación del 7º Programa Marco de la Comisión Europea, indican que financiar la vareciclina es, frente a los parches de nicotina y bupropion, la alternativa más coste-efectiva, tesis que apoyaría la decisión del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
El estudio, aclara, no ha sido elaborado por petición el Departamento que dirige, ahora en funciones, María Luisa Carcedo, sino que supone la continuación de un trabajo que iniciaron en Reino Unido, donde desarrollaron una herramienta para la toma de decisiones sobre estos tratamientos, y que han desarrollado después para varios países como España, Alemania o Hungría.
En el trabajo específico para nuestro Sistema Nacional de Salud analizan los beneficios y costes que se podrían obtener de ampliar el actual modelo de intervención, basado en la consulta médica, sumándole otras opciones, como son las llamadas telefónicas de refuerzo, los parches de nicotina mono y combo, la vareciclina o el bupropion.
Los resultados indican que la mejor relación de coste-efectividad es la que ofrece la vareciclina, con 2.215 de euros por año de vida ajustado por calidad (AVAC) en un horizonte de 10 años. La opción de los parches sube hasta los 23.816 euros por AVAC, mientras que la de bupropion asciende hasta los 4.241. Y eso, pese a que si se miran los costes unitarios, la primera de estas alternativas aparece como la más cara, con 298,33 euros, solo superada por los parches combo (554,19). Sin embargo, con ella se consigue el ratio más alto de cesación por cada 1.000 fumadores: 20,03.
Estos datos, y otros contenidos en el estudio, servirían para apoyar la financiación de la vareciclina, y no del resto, aunque a la larga, asegura Trapero, "todos los tratamientos analizados resultan coste-efectivos, porque terminan generando ahorros para el sistema". Recuerda, no obstante, que estamos en un escenario de "recursos escasos, lo que nos obliga a priorizar y financiar aquello que es más coste-efectivo". "¿Para qué financiar todo si sabemos que con una opción podemos curar a más gente? Esto es generar eficiencias para el sistema. Lo contrario sería despilfarrar recursos", asegura esta experta, quien pone de ejemplo esta situación para que se entienda que "medicamentos con precios altos pueden ser coste-efectivos, porque aportan a la sociedad y ahorran más costes al sistema".
No descarta, no obstante, que la decisión del Ministerio de financiar vareciclina únicamente pueda producir una reducción de precios en el resto de competidores. La posibilidad de que las compañías que comercializan las otras opciones bajen sus precios para hacer éstas sean más coste-efectivas permanece abierta.