Los autores de este análisis sostienen que algunos países de Asia y Europa (Corea del Sur, Japón, Hong Kong, Singapur, Vietnam y Alemania son los que nombran) han mostrado qué tipo de intervención contiene los contagios a niveles más sostenibles. Son medidas que reducen las avalanchas de pacientes en los centros de salud y hospitales y, sobre todo, las tasas de mortalidad.
Para identificar las intervenciones más eficaces, el Grupo Técnico Asesor de Amenazas Infecciosas de la OMS ha recopilado datos de países de todo el mundo y ha publicado un artículo en The Lancet.
Epidemiológicamente -advierten- la enfermedad no se comporta como la gripe, y continúa reapareciendo en forma de brotes, no siempre como oleadas de amplia y rápida extensión a transmisión comunitaria.
Por ese motivo una respuesta basada en la salud pública para el rastreo de casos, contactos y pruebas de diagnóstico estratégicas puede contener la transmisión comunitaria, manteniéndola a niveles “manejables”, escriben los autores.
Tres pilares
Este tipo de respuesta se basa en tres principios: la comprensión, la confianza y la participación de todos los grupos de población; la reducción de la transmisión del virus basada en intervenciones de salud pública y la admisión de que las vacunas y los tratamientos solo van a ser una parte de la solución: como mejor funcionan es cuando se combinan con estrategias de salud pública a largo plazo.
“Los elementos de esta respuesta basada en la epidemiología son conocidos para los especialistas en salud pública, pero se han ignorado o entendido mal en algunos países, tanto por las autoridades como por el público en general”, escriben los autores.
Además de este tipo de respuesta, hace falta evaluar de forma continua qué medidas están surtiendo efecto y cuáles no, añaden.
Incógnitas
Las evidencias indican que los niños pasan la enfermedad, como la mayoría de los adultos, sin presentación clínica grave. Es algo que solamente se ha podido estudiar debidamente con el paso de los meses.
Sigue sin comprenderse del todo el nivel de inmunidad que genera la infección ni la respuesta inmune, tampoco sus secuelas a largo plazo ni la posibilidad de reinfección. En consecuencia, no se sabe con seguridad si la enfermedad acabará siendo endémica.