Opinión

El reto de los Cuidados Paliativos ante la eutanasia

Artículo de opinión de Boi Ruiz es director de la Cátedra de Gestión Sanitaria y Políticas de Salud de la Universidad Internacional de Cataluña y ex-consejero de Salud de Cataluña sobre el Proyecto de Ley de Eutanasia.

Artículo de opinión de Boi Ruiz, director de la Cátedra de Gestión Sanitaria y Políticas de Salud de la Universidad Internacional de Cataluña y ex-consejero de Salud de Cataluña.

Uno de los retos a que deben responder también los sistemas sanitarios de los países es el alcanzar una atención al final de la vida que responda de forma adecuada a los postulados de la OMS de mejora de la calidad de vida de las personas ante enfermedades a las que no podrán sobrevivir. También teniendo en cuenta el entorno familiar y afectivo de esas personas.

La evaluación y tratamiento efectivo del dolor y de otros problemas físicos, psicológicos, sociales o espirituales son los objetivos que perseguir mediante los llamados cuidados paliativos.

Como en muchas otras cuestiones disponemos de muchos proyectos propositivos en forma de estrategias con desigual desarrollo e implantación. También disponemos de valiosas aportaciones de las sociedades científicas sobre el qué, el cómo y el cuándo de un final de la vida sin sufrimiento.

Las estrategias pasan a ser planes cuando se traducen en disponer de los medios precisos mediante la financiación suficiente y la planificación adecuada de su ubicación, para alcanzar los objetivos propuestos. Todo ello dotado del correspondiente sistema de evaluación. Planes como tales, y no como actuaciones parciales, hay menos.

Si nos centramos en nuestro país y en el ámbito del Sistema Nacional de Salud y los Servicios de Salud, su organización y asignación de recursos divisional dificulta una asignación clara de medios para una atención como la paliativa que debe gozar de amplia transversalidad e integralidad. Ello con independencia de que la atención sea prestada en un centro de salud, en un hospital en régimen ambulatorio o de internamiento, o en el domicilio. Ello se compensa hoy parcialmente con mecanismos de coordinación entre niveles y también entre la atención sanitaria y los servicios sociales. De no ser así, el medio en donde se presta la atención sería aún más condicionante de los procesos.

Tampoco existe una exposición pública de resultados que permita un análisis de situación. En Cataluña se publican algunos indicadores en el informe de la Central de Resultados relativo a los centros sociosanitarios.

En el ámbito de la sanidad privada se dan iniciativas de carácter singular, pero es una actividad poco sistémica y de difícil identificación en las prestaciones del aseguramiento.

Pero los cuidados paliativos no deben asociarse solo con los cuidados en la fase terminal de una enfermedad y menos confundirnos con el actual debate sobre la legislación de la eutanasia. Ésta, al fin y al cabo, es consecuencia del no haber alcanzado los objetivos perseguidos por unos servicios de cuidados paliativos en la atención a una persona.  De lograrse esos objetivos, la petición voluntaria de acortamiento de la vida tendría otro contexto y no la deberíamos considerar como una indicación última en el proceso de atención al final de la vida.

Los cuidados paliativos deben tener una mayor implantación y presencia en las políticas sanitarias, tanto en el ámbito público como el privado, con la finalidad de tener una   actuación lo más precoz posible en ayudar a disminuir el impacto físico y emocional de la evolución de una enfermedad sin posibilidad de supervivencia. La dura afirmación de ser una “persona desahuciada” en la actualidad debería hacer referencia solo a esa imposible supervivencia.

El sistema sanitario requiere de una profunda revisión de la organización actual por niveles asistenciales y adecuar ésta a las actuales necesidades, como innumerables informes de expertos recomiendan. Los cuidados paliativos deben tener un papel más temprano de actuación, más ligado al momento diagnóstico, más anticipativo y menos reactivo frente a la evolución clínica de la enfermedad. Requiere también de capacitaciones profesionales formalmente reconocidas y de la construcción a su alrededor de liderazgos, como las sociedades científicas sugieren, con un alto grado de iniciativas innovadoras sobre los procesos. Tampoco debemos dejar de lado una investigación efectiva que permita disponer de más y mejores medios terapéuticos.

No se trata de cuidados paliativos o eutanasia. Se trata de cuidados paliativos y que el debate sobre sus necesidades presentes y futuras no quede enmascarado por el de la eutanasia. Esta debe quedar fuera del debate sobre estas necesidades y este debate no debe tener interpretaciones reactivas sobre algo que remueve conciencias.


Boi Ruiz es director de la Cátedra de Gestión Sanitaria y Políticas de Salud de la Universidad Internacional de Cataluña y ex-consejero de Salud de Cataluña.

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