España es el segundo país de Europa que más antibióticos emplea. Estudios epidemiológicos en humanos han comprobado que la exposición a antibióticos durante los primeros seis meses de vida aumenta el riesgo de sobrepeso a los siete años.
“El empleo de antibióticos durante los primeros meses de vida es necesario. Ha sido capital en la reducción de la mortalidad infantil. Sin embargo, es un factor que condiciona el posterior desarrollo de nuestra microbiota y puede incrementar el riesgo de padecer diferentes enfermedades”, advierte Guillermo Álvarez Calatayud, presidente de la Sociedad Española de Microbiota, Probióticos y Prebióticos (SEMiPyP).
Más allá, en estudios con animales, se ha observado efectos metabólicos a medio-largo plazo, como el incremento del tejido adiposo, obesidad, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y enfermedades hepáticas y se ha comprobado que algunos de estos efectos metabólicos se producen incluso cuando la disbiosis es corregida tras cesar el tratamiento antibiótico. “En el adulto, los antibióticos reducen la diversidad microbiana de manera temporal y podrían llegar a debilitar la eficacia del sistema inmunitario, también de modo transitorio. Sin embargo, se teme que, en la infancia, el uso de antibióticos antes de los 10 años pueda provocar unos efectos más persistentes sobre la microbiota”, explica Francisco Guarner, investigador del Vall d'Hebron Institut de Recerca y miembro del Instituto Danone.
Además del uso de antibióticos, factores como el tipo de parto, la exposición a microorganismos del ambiente, el tipo de alimentación o la prematuridad pueden influir en la colonización temprana y el desarrollo de la microbiota intestinal, donde reside entre el 70% y el 80% de las células inmunitarias del ser humano.
Por esta razón, el Instituto Danone en colaboración con Danone Specialized Nutrition ha puesto en marcha el curso “Cuidando la microbiota desde el comienzo de la vida”. La formación, de carácter íntegramente online, está dirigida a pediatras, médicos de atención primaria y de cualquier otra especialidad, personal de enfermería, nutricionistas y farmacéuticos, entre otros. “Nos parece fundamental una formación continuada de los profesionales en este campo y este curso cuenta con los mejores expertos en el área del microbioma humano. El objetivo es repasar la documentación disponible sobre el impacto de la microbiota en la salud global del ser humano”, explica Manuel Blanco, director médico de Danone Specialized Nutrition. A través de los ocho capítulos de los que se compone este curso también se profundizará en la evidencia científica que respalda los beneficios para la salud del uso de los probióticos, prebióticos, simbióticos y postbióticos. La formación cuenta con el aval de la SEMIPYP y está pendiente de su acreditación por parte de la Comisión de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias del Sistema Nacional de Salud.
La modulación y el cuidado de la microbiota es clave en todas las etapas de la vida, ya que supone un factor fundamental para el desarrollo y crecimiento óptimo del bebé y, en el adulto, para alcanzar y mantener un estado saludable. “Es fundamental cuidar nuestra microbiota desde el primer momento. Un parto por vía vaginal, la promoción de la lactancia materna, una dieta equilibrada y un uso racional de los antibióticos nos aseguran que el desarrollo de nuestra microbiota sea estable”, indica Álvarez Calatayud, quien además es uno de los coordinadores de esta formación.
Cada vez se da mayor importancia a la modulación de la microbiota intestinal en Pediatría mediante el empleo de probióticos, prebióticos, simbióticos y postbióticos para tratar diversas enfermedades, principalmente problemas gastrointestinales, como diferentes tipos de diarreas (de la comunidad, asociadas a los antibióticos, del viajero, intolerancia a la lactosa, etc.) o trastornos funcionales (cólico del lactante o síndrome del intestino irritable). Además, se ha valorado su efecto en las alergias como la dermatitis atópica y en la prevención de infecciones (desde el recién nacido prematuro hasta el adolescente).
En esta línea, Guarner, también coordinador del curso, señala: “está plenamente establecido el beneficio del empleo de probióticos en recién nacidos, especialmente cuando hay problemas de bajo peso o para prevenir complicaciones derivadas del uso de antibióticos”. Ya en la edad adulta, el experto señala que es fundamental valorar la introducción de bióticos en momentos clave en los que se considere que puede haber un beneficio claro. “Hemos observado que cuando una persona adulta tiene que tomar muchos antibióticos, su sistema inmunitario puede fallar, en parte, porque al haber limpiado tanto la microbiota intestinal su sistema inmunitario se debilita”, concreta.
El estudio de la microbiota es un área con 20 años de desarrollo, pero tan compleja que sus investigadores todavía tienen un largo camino hasta lograr definirla al completo. “En la actualidad, en cada muestra de heces solamente conseguimos identificar completamente la especie del 10% de las bacterias; el 90% restante se adscriben solo a géneros o familias, pero aún se desconoce su especie”, concluye Guarner.