La Consellería de Sanidad de la Comunidad Valenciana ha publicado la Instrucción 2/2018, que entró en vigor el pasado 10 de julio, para la implantación de los programas de optimización de uso de los antibióticos (PROA) en los departamentos de Salud de la Comunidad Valenciana, tanto en el ámbito hospitalario como comunitario.
La medida tiene su origen en la reunión mantenida en noviembre de 2016 por las direcciones generales de Salud Humana y Sanidad Animal de las comunidades autónomas (tras la puesta en marcha, por parte del Ministerio de Sanidad, del Plan Nacional de Resistencia Antimicrobiana -PRAN-), cuyas conclusiones fueron ratificadas en el Consejo Interterritorial del SNS de junio de 2017. Además, es fruto del trabajo de un grupo de expertos en las áreas de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, Medicina Preventiva, Cuidados Intensivos, Medicina Familiar y Comunitaria, Medicina de Urgencias y Emergencias, Enfermería, Farmacia Hospitalaria y Farmacia de Atención Primaria que se puso en marcha, con el liderazgo de la Dirección General de Farmacia y la participación de representantes de las direcciones generales de Salud Pública y Asistencia Sanitaria, en 2016.
La misión de la instrucción es "optimizar el uso de antibióticos en los diferentes procesos asistenciales tanto en pacientes hospitalizados como ambulatorios", con el objetivo de "mejorar los resultados clínicos de pacientes con infecciones, minimizar los efectos adversos asociados a la utilización de antimicrobianos y garantizar la administración de tratamientos coste-efectivos".
Concretamente, de lo que se trata, en el ámbito hospitalario, en relación con la mejora de los resultados clínicos, es de "adecuar diagnóstico, tratamiento, y seguimiento de las resistencias; mejorar el manejo de las bacteriemias, así como optimizar el manejo de las infecciones del paciente crítico y de las de especial relevancia en el ámbito hospitalario por su difícil manejo". En el ámbito comunitario, con pacientes con infecciones que no requieren ingreso, el propósito debe, prosiguen, el de "adecuar diagnóstico y tratamiento", con especial énfasis, en el caso de este último, "en las infecciones no graves", en las que se debe "potenciar el uso de los de espectro reducido y ajustar la duración de los mismos, potenciando pautas cortas".
La idea es que cada Departamento de Salud "diseñe, implante, evalúe y mejore" su PROA. Para ello, tendrán que definir objetivos y acciones tanto a nivel departamental como en los diferentes niveles asistenciales. Ésta será la labor de los equipos PROA, multidisciplinares (en hospitales estarán compuestos, como mínimo, por un facultativo de la Unidad de Enfermedades Infecciosas o un clínico con experiencia en diagnóstico y tratamiento de éstas, un microbiólogo, un farmacéutico especialista en Farmacia Hospitalaria, un facultativo del Servicio de Medicina Preventiva y un enfermero asistencial, y en Primaria por un facultativo de Medicina Familiar y Comunitaria con formación específica en estas cuestiones, un facultativo del Servicio de Urgencias, un farmacéutico del Área de Salud, un microbiólogo, un facultativo del Servicio de Medicina Preventiva y un enfermero asistencial) y coordinados siempre por una persona elegida entre sus miembros.
Programa de soporte a la decisión de tratamiento
Entre otros fines, la idea es que el programa sirva de soporte a los facultativos en la toma de decisiones de diagnóstico y tratamiento. Para ello, se definirán indicadores cuantitativos y de calidad sobre la utilización de estos medicamentos, y otros que den información sobre resultado clínico y generación de resistencias. Asimismo, la Instrucción, en su anexo I, recoge una serie de medidas de apoyo a la prescripción, como es la elaboración y actualización de la guía de tratamiento empírico local. También se contemplan actividades formativas y de comunicación para los profesionales y para la población general, y de investigación.
La idea es que los equipos PROA estén coordinados con el resto de "estructuras, comisiones o programas con objetivos relacionados con la utilización de tratamientos antimicrobianos en cualquiera de las etapas del proceso" y, en este sentido, la Instrucción recoge la necesidad de compartir las mejores prácticas. Para ello, el grupo de experto analizará las memorias remitidas por los diferentes equipos y propondrá a las direcciones generales implicadas aquellas que deban ser difundidas al resto, "pudiendo ser adoptadas como corporativas por la Consellería, atendiendo en su selección a criterios de efectividad e innovación".