Terapéutica

Humanización: los expertos coinciden en que ‘podemos hacer mucho más’

La incorporación de la humanización en la labor asistencial ha sido el tema central de la última de las mesas celebradas en el XII edición del Congreso Nacional de Atención Farmacéutica organizado por Pharmaceutical Care.
José Luis Poveda, Rafael Borrás y Martha Milena Silva-Castro.

La incorporación de la humanización en la labor asistencial ha sido el tema central de la última de las mesas celebradas en el XII edición del Congreso Nacional de Atención Farmacéutica organizado por Pharmaceutical Care. Bajo el título ‘Podemos hacer mucho más’ los ponentes que han participado han abordado el papel del profesional farmacéutico como derivadores ante las necesidades sociales. Además, han ensalzado la necesidad de incorporar la humanización como objetivo común en la labor asistencial. De este modo, todos los participantes han coincidido en resaltar que la humanización mejora los resultados en salud. 

El director de Comunicación y Relaciones Institucionales del Grupo Teva, Rafael Borras, moderador de la mesa, resaltó que constantemente se habla de poner al paciente en el centro; pero, según dijo, “el paciente debe ser un verdadero colaborador en todo el proceso”. Así, desde el punto de vista de la industria, señaló que “es muy importante, desde la parte de la efectividad, la proximidad de los farmacéuticos en materia de medicamentos”, por lo que tal y como explicó “todo lo que sea humanizar el trato y realizar un mejor seguimiento beneficia a la terapéutica”. A este respecto, Borras destacó que, “en cualquier proceso terapéutico hay una parte emocional que es muy importante”.

Tras la intervención del moderador, la mesa continuó con la exposición de Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) y coordinador de la Escuela de pacientes. Este experto, que participó a través de videoconferencia, quiso dejar claro que “son tiempos para hacer las cosas de otra forma” y consideró que no solo hay que poner al paciente en el centro, “es más que eso, necesitamos que el paciente ayude y colabore”.

March señaló que la clave en la relación paciente-profesional sanitario tiene que estar basada en la “dignidad y el respeto”, por lo que es esencial “escuchar con los cinco sentidos, para procurar avanzar en ese sentido”, recalcó.

March hizo referencia a las demandas de los pacientes y apuntó que, entre ellas, señalan que “les llamen por su nombre, que les expliquen las cosas y las puedan entender, que les den tiempo para digerir noticias difíciles, que practiquen la escucha activa y que tengan paciencia, que les digan la verdad, pero que cuiden cómo la dicen”. Para los pacientes, “las palabras y los silencios son importantes”, aseguró. Además, demandan que los sanitarios sean “empáticos y también, si es posible, simpáticos, cuidando el lenguaje no verbal”, no olvidando “que no siempre se va a poder curar, pero siempre podemos cuidar”. En este sentido, indicó que sea el profesional quien se adapte y mejore la manera de comunicarse, aseguró este experto. “Las interacciones con el paciente no solo pueden ser técnicas, también tienen que ser afectivas, por tanto tienen que contar con la comprensión y la escucha para buscar una relación que ayude a avanzar, ya que las emociones son la clave del éxito”, resaltó March. 

Cada paciente es único

Por su parte, el jefe de Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario Politécnico La Fe, José Luis Poveda, señaló que “hablar de humanización de profesionales sanitarios parece extraño, ya que cualquier profesión sanitaria sería humanizadora”. Además, resaltó que “cualquiera de los profesionales sanitarios, y farmacéuticos también, realizan una actividad humanizadora, más allá de que sus conocimientos, aptitudes y competencias permitan desarrollar más acciones humanizadoras”.

Este experto explicó que hace más de cuatro años empezaron a desarrollar un ‘Manual de prácticas de Humanización en los servicios de Farmacia para pacientes con enfermedades raras’ y resaltó que eligieron a este colectivo por su propia idiosincrasia. En este sentido, apuntó que “las enfermedades pueden ser raras pero los pacientes son únicos”, por lo que en este ámbito aceptar la situación de las personas es lo “conduce a entender la humanización”. De hecho, Poveda señaló que debería cambiarse el propio título y se debería hablar de ciudadanos, no de pacientes, ya que “la enfermedad no categoriza a las personas”, mientras que el concepto de paciente “clasifica”. Por ello, consideró que se debería empezar a hablar de “personas con enfermedades y no de pacientes con enfermedades”.

Poveda resaltó que dentro de los motivos que les llevaron a realizar este trabajo se encontraba que consideraron necesario “escuchar a los pacientes” y realizarlo de forma estructurada “ayuda a identificar sus necesidades”. De esta forma, escucharon las demandas de los pacientes e intentaron reflejar todas sus necesidades en el manual. En este contexto, Poveda hizo hincapié en resaltar que un aspecto clave que debe tenerse en cuenta es “cuidar a los profesionales” ya que “es la única forma de que su talento pueda seguir hacía delante”.

El jefe del Servicio de Farmacia de La Fe también expuso que los profesionales deben interiorizar su propia actuación, contrastar y verificar si lo están haciendo bien, ya que partiendo de estas premisas “se podrá hacer mejor”. Poveda aseguró que “queda muchísimo margen de mejora en la cultura de la humanización y también en la adecuación de los espacios así como cuidar a nuestros profesionales”, aunque se haya mejorado en la organización. “Lo importante es que sea un proceso de mejora y aprender de los demás. De esta forma se conseguirá tener las farmacias con una ‘H’ que no solo sea de hospitalización, sino también de humanización”, concluyó.

El impacto emocional afecta a los resultados en salud 

La humanización de la Atención Farmacéutica en colectivos con necesidades psicosociales, fue abordada por la responsable de investigación de la Sociedad Española de Optimización de la Farmacoterapia, Martha Milena Silva-Castro. Para esta experta la enfermedad es un proceso biopsicosocial en la que se establecen “muchas relaciones asimétricas y donde las personas que están enfermas siempre están en desventaja”.  Esta experta explicó que cuando hablamos de humanizar es necesario entender el sufrimiento y padecimiento de los pacientes y, de esta forma, los profesionales “se abren a una dimensión humana y colectiva de la sociedad”, ya que según dijo, las enfermedades deben considerarse que no solo afectan al paciente, sino también a su familia y su entorno. 

La ponente explicó que los antropólogos de la salud se dedican a sumergirse en la vida de los enfermos y a entender cómo se sienten. En sintonía con March, resaltó que “el impacto emocional afecta a los resultados en salud” y rememorando la pandemia hizo especial hincapié en que con el confinamiento ha habido “una fuerte ruptura de la socialización y de las prácticas comunitarias  ya que ha vulnerado lo que ya era vulnerable”.

El abordaje desde las oficinas de farmacia 

Silva-Castro aconsejó cómo realizar un abordaje de humanización desde las oficinas de farmacia, donde “la polimedicación es un problema real y los pacientes necesitan ser escuchados”. Para ella es esencial tener claro que “no es una cuestión de números, sino de calidad”, por lo que debe entenderse “qué es lo que ocurre en el mundo de esa persona”.

En este contexto, apuntó que “la realidad de los pacientes es muy compleja y las ciencias humanas ayudan a abordarlas”. A este respecto, consideró que lo que ha pasado en estas profesiones y, en particular, en la profesión farmacéutica, es que “realizan evaluaciones muy potentes e interesantes, pero a la hora de tomar decisiones en salud sobre la medicación, se ha abandonado a los pacientes”. Además, resaltó que en la formación sanitaria se enseña a considerar que “el conocimiento tiene más validez que la persona que está utilizando el medicamento”. Al final, en consonancia con March reiteró que “los pacientes hacen lo que quieren y al final están tomando sus decisiones en soledad y con sus propios recursos”. 

Por lo expuesto, para Silva-Castro “si queremos aproximarnos a la complejidad y realidad de los pacientes desde el modelo psicosocial, debe abordarse con un trabajo conjunto entre farmacéuticos, psicólogos y antropólogos, con el fin de trabajar en el proceso asistencial.

El paciente decide cómo gestionar su salud 

La intervención del psicólogo José Luis Bimbela sirvió como colofón para destacar la importancia de avanzar hacía la humanización. Bajo el título de su ponencia ‘Yo decido gestionar mi salud’, y en calidad de “paciente activo”, que tuvo lugar por videoconferencia, Bimbela fue contundente al destacar que “ser paciente es algo realmente inevitable”. En este contexto, destacó que “ningún instrumento, ninguna metodología, ningún proceso, ni guía es buena per se; todos y cada uno de ellos deben pasar la criba ética”, incluso “la maravillosa empatía”. 

Según expuso, es esencial pasar “a la acción” ya que si no se hace, incluso los manifiestos dejan de ser buenos, aseguró. Por tanto, este experto resaltó que “ejercer como paciente activo implica dos cosas: asumir la necesidad del empoderamiento y, por otro lado, compromiso''. Además, apuntó otro elemento clave: “la confianza”, cuestión que se debe  incorporar en la relación paciente y sanitario. Esta confianza hace que “esa suma de poder y compromiso sea fundamental”. 

Para Bimbela la mejor tecnología disponible en la relación paciente-sanitario sigue siendo la comunicación, que, además es “la más compleja y más apasionante”. No obstante, es necesario llevarla a la práctica, apuntó.

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