Lucía Díaz, directora de Drug Design, y Alexis Molina, director de Inteligencia Artificial (IA), ambos en la compañía Nostrum Biodiscovery, explican en el marco del encuentro Biospain 2023 que se celebra estos días en Barcelona que a la hora de aprovechar las nuevas tecnologías la clave está en encontrar el equilibrio entre los abordajes convencionales y la química computacional.
Evitando una dependencia total de la IA, en sus equipos promueven la búsqueda de sinergias entre ambos mundos, “cada cual con sus retos y sus ventajas” para apoyar a compañías farmacéuticas, hospitales y equipos académicos en el área de ciencia básica a identificar nuevas dianas, compuestos dirigidos a ellas e incluso modular algunos para adaptarlos al objetivo terapéutico que se persigue.
“Las nuevas tecnologías han acelerado todos los procesos de forma exponencial, pasando del análisis de 10 millones de compuestos en un día a 5 billones en periodos de solo 6 o 12 horas”, ha explicado Molina en un encuentro con los medios.
En términos de eficacia, la inteligencia artificial ha permitido elevar la tasa de éxito de los compuestos “rastreados” del 1-2% al 20%, han añadido.
Innovación frente a los retos del futuro
Con más de 300 medicamentos aprobados para alrededor de 250 indicaciones, y un millar de moléculas en distintas fases de investigación destinadas a encontrar nuevos principios activos terapéuticos, o nuevas aplicaciones para los ya existentes, la biotecnología está marcando el paso de la medicina del futuro, convirtiéndose en un actor clave en la lucha contra los principales desafíos sanitarios a los que se enfrenta el mundo como, por ejemplo, las resistencias antimicrobianas, las enfermedades raras o las patologías mentales.
En el campo de las patologías poco frecuentes es donde la industria biotecnológica está adquiriendo un mayor protagonismo, como se ha destacado durante la sesión ‘Drug discovery for rare diseases: bringing new hope to patients’, donde se ha subrayado la importancia de la estrategia basada en la idea de que fármacos ya aprobados, o cuyo desarrollo ya está avanzado, pueden ser una terapia eficaz para ciertas patologías poco frecuentes.
“Esta estrategia puede proporcionar un potencial tratamiento para enfermedades raras y reducir los costes de desarrollo de los estudios clínicos, ya que estos medicamentos son seguros porque han sido aprobados por las agencias americana (FDA) y europea (EMA) del medicamento”, ha informado el Data Science Director en Almirall, Francesc Fernández Albert.Por otro lado, en el congreso se ha evidenciado la utilidad de usar vectores lentivirales para el desarrollo de terapias génicas y celulares modificadas genéticamente, las cuales también pueden ser eficaces en las enfermedades raras.
En concreto, según ha explicado el CEO de VIVEbiotech, Gurutz Linazasoro, durante la sesión ‘Lentiviral vectors for gene and gene-modified cell therapies’, cada vez se están usando más los vectores lentivirales para entregar material genético y, de hecho, ya constituyen un producto farmacéutico en sí mismos. “Los vectores lentivirales tienen la particularidad biológica de que se integran en el genoma de las células. Por este motivo son el vehículo ideal para terapias génicas dirigidas al tratamiento de enfermedades oncohematológicas (terapias CART que han revolucionado el tratamiento de leucemias, linfomas y mielomas con resultados muy positivos) y algunas enfermedades raras”, ha detallado Linazasoro.