El Sistema Nacional de Salud (SNS) enfrenta una variedad de retos en los ámbitos organizativo, profesional y económico, y se ve sometido a una creciente presión tanto en términos de oferta como de demanda. Ante esta situación, César Pascual, el consejero de Salud de Cantabria, considera que la forma habitual de gestionar estos desafíos no es suficiente. En su lugar, apuesta por la innovación: “No nos queda otra que innovar; es la gran apuesta, la gran palanca que tenemos para asegurar la sostenibilidad”.
Pascual identifica tres elementos clave para la acción de la consejería de Salud en los años venideros: innovación, talento y sostenibilidad. Está convencido de que es necesario implementar cambios significativos en diversos ámbitos del sistema, y que estos deben estar fundamentados en la innovación. “La transformación que se requiere es muy profunda y debemos avanzar poco a poco, a fuego lento, consiguiendo hitos”, explicó durante un desayuno informativo organizado por Executive Forum, con la colaboración de Chiesi y Sobi.
La necesidad de innovación es una constante en la agenda del consejero cántabro. Señala que las organizaciones sanitarias actuales operan en un “entorno rígido” y aboga por un cambio de enfoque, pasando de una cultura centrada en la producción a una orientada a gestionar y adaptar la demanda mediante nuevos modelos de atención. Además, señala los desafíos legales que enfrenta la gestión sanitaria, que con frecuencia se ve obstaculizada por el derecho administrativo, como la ley de contratos, la cual limita la eficiencia en las compras y la modernización de las organizaciones.
Pascual enfatiza la importancia de involucrar a los profesionales en este proceso de transformación. Observa una desconexión actual, en donde, a pesar de contar con profesionales altamente calificados, se ha perdido talento debido a la falta de compromiso con las organizaciones. Indica que los profesionales más veteranos se encuentran desgastados y sufren de "burn-out", mientras que los más jóvenes poseen un modelo de compromiso “diferente” que las organizaciones sanitarias no logran comprender. Para Pascual, es esencial “motivar el compromiso de los profesionales para recuperar el talento que había antes”.
Por esta razón, el responsable cántabro sostiene que es esencial potenciar la creatividad inherente en las organizaciones para transformarla, a posteriori, en innovación. Pascual argumenta que gran parte de la creatividad que contribuyó a gestionar de manera más efectiva la pandemia de la covid-19 se ha disipado debido a un retroceso y falta de consolidación en las estrategias implementadas. Cita como ejemplo la discontinuación del trabajo multidisciplinar y colaborativo entre diferentes profesionales, una práctica que se volvió común durante la pandemia.
Cantabria ya se encuentra en proceso de implementar algunos de estos cambios. Aunque son a largo plazo, Pascual enfatiza la necesidad de establecer hitos concretos para monitorear el progreso, especialmente considerando que las administraciones públicas operan en ciclos de cuatro años. “Para lograr un impacto visible a largo plazo, es necesario legitimar los esfuerzos con logros a corto plazo”, afirma. El consejero está convencido de que los cambios se sostendrán en el tiempo si se promueven con una estrategia bien planificada, ya que “cuando la administración coge inercia, es difícil frenarla”.
Pascual también identificó áreas de mejora en el sector sanitario. Según él, muchas de las transformaciones organizativas previamente implementadas no respondieron a las necesidades sanitarias reales. Aboga por iniciar la innovación en el modelo asistencial y, luego, adaptar la estructura organizativa acorde a ello. En este contexto, destaca la laparoscopia como una de las pocas transformaciones sanitarias que ha conllevado cambios significativos en la gestión.
Proyectos de Innovación
En términos de proyectos específicos, Pascual señaló que se están esforzando por revitalizar el centro de innovación del Hospital Valdecilla. También mencionó la incorporación de los Patient-Reported Outcome Measures (PROMs) a través de la aplicación ‘Mi Salud’; una iniciativa que involucra a los pacientes en los procesos de compra pública, iniciando con un concurso de diabetes. Además, los médicos prescriptores tendrán acceso a información sobre biomarcadores de un paciente en el momento de la prescripción.
Además, Pascual ha dado detalles sobre la unidad de protonterapia que se instalará en el Hospital de Valdecilla, la cual no forma parte de las donaciones hechas por Amancio Ortega. Esta unidad se centrará en la investigación de nuevas aplicaciones de esta tecnología para indicaciones que actualmente no están incluidas en la cartera de servicios. Esto se considera una innovación adicional, ya que la inversión ya estaba comprometida, a pesar de que el hospital no será reconocido como Centros, Servicios y Unidades de Referencia (CSUR) del SNS para esta especialidad. Pascual anticipa un enfoque similar para las terapias avanzadas, aunque no proporcionó detalles específicos.
En cuanto a los recursos humanos, también serán foco de innovación. Pascual ha destacado que no siempre será necesario recurrir a las oposiciones para satisfacer las necesidades de personal. En su lugar, planean utilizar concursos para ocupar plazas de difícil cobertura o aquellas que requieren habilidades y experiencias específicas, una estrategia que también podría ayudar a atraer talento.
La colaboración público-privada es otro pilar de la estrategia de innovación de Cantabria. Pascual indica que desean fortalecer la marca Valdecilla, considerada como una “marca de referencia” a la que quieren dar un “valor diferencial”. Este esfuerzo será crucial para atraer socios para colaboraciones público-privadas y para gestionar innovaciones.
Pascual también es consciente de los desafíos políticos asociados con la implementación de sus planes. Su intención es realizar cambios sin imponerlos a los profesionales. En sus palabras, no se trata de sacar a la gente de su zona de confort, “sino de trasladarla a un espacio donde se sientan aún mejor”. En cuanto a las críticas potenciales sobre la privatización, Pascual afirma que “no tiene miedo a las acusaciones de privatizar” y añade que la gestión indirecta “es una forma de gestión pública, es legal y está contemplada en la legislación”. Aclara que la atención a pacientes crónicos y personas con enfermedades mentales “siempre ha sido de gestión indirecta”, apoyándose en acuerdos concertados “desde el inicio”. Además, considera que la conflictividad política “es inherente al cargo”.
En el ámbito farmacéutico, Pascual aboga por innovaciones significativas, no meramente incrementales, para garantizar la sostenibilidad del sistema. En relación con el acceso a medicamentos, afirma que en Cantabria son “bastante ágiles” y que existen métodos alternativos para introducir medicamentos mientras se completan los procedimientos de fijación de precios y reembolso. Dada la naturaleza a largo plazo de estos procedimientos, sostiene que “no pueden permitirse retrasar aún más el acceso” a tratamientos innovadores.
