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La formación médica en farmacogenómica, clave para su aplicación en la práctica clínica

La Fundación Instituto Roche y la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial se unen para organizar el curso ‘La farmacogenómica en la prescripción, una responsabilidad del médico’

El Pleno del Consejo Interterritorial aprobó el pasado 23 de junio el catálogo de pruebas genéticas a incluir en la Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud, en la que se incluye un grupo específico de pruebas farmacogenómicas, con el fin de garantizar a los pacientes un acceso más equitativo y homogéneo a las mismas en todo el territorio nacional. Este acuerdo posiciona a España como uno de los primeros países que incorpora un programa de farmacogenética transversal a todas las especialidades y extrapolable al resto de sistemas de salud.

En este contexto en el que la incorporación en la práctica clínica de la información derivada del avance en el conocimiento de la farmacogenómica es un hecho, surge la necesidad de profundizar en la formación en esta disciplina entre los profesionales sanitarios, como responsables de la prescripción. Por este motivo, la Fundación Instituto Roche y la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial han organizado el curso, ‘La farmacogenómica en la prescripción, una responsabilidad del médico’, en el que diferentes expertos a nivel nacional abordan el marco de implementación de la farmacogenética y farmacogenómica.

El curso, avalado por la Sociedad Española de Farmacogenética y Farmacogenómica, está estructurado en tres sesiones online los martes 14, 21 y 28 de noviembre, y tiene solicitada la acreditación a Seaform/UEMS, con equivalencia de Créditos Españoles de Formación Continuada del Sistema Nacional de Salud, para médicos.

En palabras del coordinador del curso, presidente de la Sociedad Española de Farmacología y Farmacogenética (SEFF) y director del Instituto de Investigación Biosanitaria de Extremadura (INUBE), Adrián Llerena, la organización del curso es un gran ejemplo de colaboración entre instituciones: “Hay que celebrar que ambas organizaciones se hayan anticipado a ofertar una formación que va a ser muy necesaria para la correcta implementación de la cartera común de servicios en las diferentes Comunidades Autónomas”.

Para la directora gerente de la Fundación Instituto Roche, Consuelo Martín de Dios, jornadas formativas como estas suponen un paso adelante en la implementación de la Medicina Personalizada de Precisión en el Sistema Nacional de Salud. “La farmacogenómica se posiciona como una de las herramientas clave en la medicina del futuro, que contribuye al desarrollo de nuevos medicamentos más seguros y eficaces, aportando información sobre la predicción de respuesta a un fármaco, la selección del fármaco y la dosis que mejor se ajuste a las necesidades de cada paciente”, destaca.

El objetivo general del curso es avanzar en la implementación de la farmacogenética de una manera generalizada dentro de la práctica clínica. En este sentido, la vicepresidenta primera del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), M.ª Isabel Moya, señala que este curso responde a “un compromiso firme y decidido del CGCOM para impulsar la formación y actualización de conocimientos y competencias con un único objetivo: que la Medicina esté a la vanguardia siempre y se practique con la máxima seguridad y calidad para los pacientes”. “No hay mejor forma de actualizar nuestros conocimientos en la Medicina Personalizada de Precisión que con el ejemplo paradigmático de la prescripción por biomarcadores”, reafirma. Por ello, desde la corporación, según manifiesta la Dra. Moya, “promoveremos la formación entre todos los colegiados y colegiadas de España en la aplicación de biomarcadores para realizar una mejor prescripción, evitar los efectos adversos y elegir la dosis y el tratamiento farmacológico ajustado al perfil específico de cada persona”.

Esta rama de la farmacología se fundamenta en que cada persona reacciona de manera diferente a los fármacos. Para algunas personas, una misma dosis de medicamento es eficaz, mientras que para otras puede no ser la idónea e incluso causar reacciones adversas. Se estima que, hasta en un tercio de los casos, la variabilidad en la respuesta a fármacos se debe a la presencia de variantes genéticas comunes denominadas polimorfismos. La farmacogenética y la farmacogenómica tienen como objetivo la identificación de dichas variantes que proporcionan la información necesaria para la identificación de un tratamiento farmacológico individualizado basado en el perfil genético de cada paciente, contribuyendo así a la aplicación de la Medicina Personalizada de Precisión.

Según afirma Llerena, es necesario que los profesionales sanitarios profundicen en el conocimiento en este campo. De acuerdo con su argumentación, pese a que esta ciencia se ha desarrollado en ambientes de investigación y se ha introducido en determinadas especialidades médicas, todavía representa un área completamente nueva para algunas áreas sanitarias. “Puede haber profesionales sanitarios que posean un cierto conocimiento de la disciplina, pero que necesiten profundizar en su marco regulatorio y su uso para la práctica clínica”, explica. A modo de ejemplo, el coordinador del curso menciona la oncología o la hematooncología como algunas de las especialidades que están más “familiarizadas” con esta ciencia, pero únicamente en relación con los fármacos específicos de su especialidad: “La farmacogenética no consiste únicamente en elegir el fármaco antineoplásico ideal para el paciente con cáncer, sino que, además, facilita información para ajustar el tratamiento analgésico o el tratamiento antiemético”.

Mayor eficacia y seguridad

Por otra parte, “evitar el sufrimiento y disminuir las reacciones adversas es parte de la obligación que tenemos como profesionales sanitarios”. El presidente de la SEFF incide en que la farmacogenética contribuye a la optimización del binomio eficacia y seguridad. Tal y como explica, “al aumentar la seguridad disminuimos las reacciones adversas y aumentamos la eficacia de algunos fármacos”. Asimismo, recuerda que parte de la presión que asume el sistema sanitario viene derivado del tratamiento de las propias reacciones adversas, un “efecto secundario” de la propia terapia. “Podríamos intervenir sobre ese problema e intentar disminuir el daño que se genera en una intervención”, arguye. Aún con todo, el especialista recuerda que todavía tenemos una serie de retos que afrontar. El primer gran desafío es la formación de los profesionales sanitarios, mientras que el segundo corresponde al manejo de nuestras expectativas con respecto a las capacidades de la farmacogenómica. Así lo argumenta Llerena: “Nunca vamos a poder evitar que algún paciente experimente alguna reacción adversa, siempre hay alguien que es la excepción, pero vamos a reducir ese porcentaje”.  Por otro lado, asevera que el siguiente paso es trasladar los fármacos a la práctica clínica para observarlos y optimizar su uso. Finalmente, de cara al futuro, subraya que la implementación de la Medicina Personalizada de Precisión, secundariamente, va a conllevar la necesidad de formarse en otras disciplinas, como la

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