El Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos (Cacof), a través de las Vocalías de Alimentación y de Oficina de Farmacia, está desarrollado el proyecto ‘Pysmasarco’, con el que se pretende mejorar la salud y calidad de vida de las personas mayores de 60 años, en especial de aquellas que tienen obesidad y problemas de movilidad y autonomía, y riesgo de padecer obesidad sarcopénica –es decir, la disminución de la masa muscular que puede terminar afectando la capacidad funcional del paciente y su autonomía.
La iniciativa cuenta con la adhesión de hasta quince farmacias de la provincia de Almería, concretamente: en Almería capital son Farmacia Plaza de Toros, Farmacia Restoy, Farmacia Zapillo, Farmacia Lcdo. Juan Carlos Robles Gutiérrez, Farmacia Lcda. Pilar Acuyo Iriarte, Farmacia Lcda. María del Carmen Zapata Sánchez y Farmacia Mª Luján Jiménez Pranteda; y en la provincia, Farmacia Bagur González (Lucainena de las Torres), Farmatíjola (Tíjola), Farmacia Lcda. Claribel Gallego García (Fiñana), Farmacia Giménez (Huércal-Overa), Farmacia Lcda. Mónica Muñoz Peramo (Pampanico, El Ejido), Farmacia Lcdo. Fco. Jesús García Herrero (Rágol), Farmacia Lcdo. José Ignacio de la Fuente Gaita (San Juan de los Terreros, Pulpí) y Farmacia Venta Carmona (Santa María del Águila, El Ejido).
Su objetivo es facilitar la detección precoz de la obesidad sarcopénica a través de la intervención y ayuda de los farmacéuticos comunitarios, controlando los factores principales de su progresión (como la obesidad) y ofreciendo consejos de alimentación, ejercicio físico y vida saludable, para mejorar la salud y prevenir problemas y enfermedades en estas personas (fragilidad, osteoporosis, discapacidad, riesgo de caídas y fracturas, etc.).
En concreto, en la iniciativa se evalúa la salud y calidad de vida de las personas mayores durante un periodo de tres meses, en los que se realizan mediciones y registros de varios parámetros como el peso, la talla, el porcentaje de grasa, la fuerza muscular de los miembros superiores, el desempeño físico de los miembros inferiores, la ingesta de proteínas y un cuestionario sobre el riesgo de obesidad sarcopénica. Además, se incluye un seguimiento y control al paciente cada quince días en la farmacia, de manera que se vayan registrando de nuevo los parámetros y analizando su evolución.
La iniciativa, desarrollada por el CACOF y la Universidad de Cádiz, y liderada desde el grupo de investigación CTS-258 de la Junta de Andalucía, tuvo semanas atrás una fase formativa previa, celebrando dos sesiones en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Almería.
En las sesiones, se profundizó en las características del estudio, que cuenta con parámetros de obesidad y sarcopenia a partir de los cuales se realizará el estudio trasversal durante un periodo de doce semanas, “en las que se les va a dar a las personas que participen unas notas de alimentación saludable, rica en proteínas, y una serie de ejercicios relacionados con caminar y con un poco de fuerza. Durante las doce semanas se hará un seguimiento de esos parámetros y al final del estudio lo que se espera es que esos resultados hayan mejorado, lo que redunda en la calidad de vida de esos pacientes, que van a disminuir su proporción de niveles de grasa, de porcentaje de grasa corporal, y aumento de musculatura”, explicaban los ponentes.
Para realizar el estudio se emplearán dos dispositivos. Un bioimpendaciómetro que mide peso, grasa corporal, grasa visceral y cantidad de musculatura en el cuerpo, gracias a sus seis electrodos, y el otro es un dinamómetro para medir la fuerza de miembros superiores. Si las mujeres están por debajo de diez y los hombres por debajo de los quince kilos de fuerza tienen sarcopenia.
A partir de los cincuenta años se empieza a perder masa muscular, entre otras cosas por inactividad y mala alimentación. Este descenso de masa ósea vinculada a la obesidad, desarrolla la obesidad sarcopénica. En términos de salud, puede derivar en un aumento de la resistencia a la insulina, estrés oxidativo, lipotoxicidad y disfunción mitocondrial. Tanto el estrés oxidativo como el aumento de la resistencia a la insulina, puede dar lugar a una inflamación crónica de grado bajo, dando lugar a patologías como la dislipemia o la hipertensión arterial, entre otras.