KPMG ha publicado el Barómetro 2015, que recoge la perspectiva de los directivos de empresas farmacéuticas sobre medicamentos y tecnología sanitaria de cara al año 2015. Operaciones empresariales, rentabilidad, innovación, ciberseguridad y transparencia son algunos de los parámetros sobre los que se ha realizado el estudio.
Uno de los datos más relevantes que marcan la tendencia positiva del sector para el periodo 2015 es el hecho de que el 78% de los directivos prevé que sus compañías serán protagonistas de operaciones corporativas como fusiones, adquisiciones, comercialización de licencias y alianzas estratégicas. Una actitud dinámica y optimista para este año que se traduce también a la hora de evaluar la rentabilidad de las empresas. En este sentido, el 63% de los encuestados afirma que mejoraron la rentabilidad respecto al año anterior, un porcentaje superior al que el barómetro arrojó en 2014, cuando solo un 8% de los directivos señaló haber mejorado en este campo.
El informe muestra la mejoría del sector farmacéutico respecto al año anterior en un momento clave de cara a la transformación de su modelo de negocio, donde han destacado medidas para dinamizar la industria en la compatibilización del acceso a los nuevos fármacos y la nueva tecnología con la sostenibilidad presupuestaria. Los directivos también apuntan a la necesidad de avanzar en la adecuación del sistema de precios a los nuevos escenarios y reducir los plazos de evaluación, autorización y aprobación de medicamentos y productos sanitarios.
“Se observa un gran dinamismo en el mercado dirigido a la reorganización de los modelos de negocio de las empresas para adaptarse a los cambios que se producen en el entorno de la Salud y a los derivados de la rápida evolución tecnológica, de las nuevas exigencias regulatorias y de los requerimientos de transparencia”, según José Ignacio Rodríguez Prado, socio responsable de Ciencias de la Salud de KPMG en España.
El barómetro también analiza la innovación, la transparencia y la ciberseguridad en estas compañías, concluyendo que siete de cada diez directivos piensa que su compañía mejorará en este aspecto en el 2015. El 90% considera que agilizar los trámites de evaluación y autorización de los medicamentos y productos sanitarios es una cuestión muy relevante a la hora de facilitar el acceso a la innovación. Para evaluar la transparencia, se ha preguntado sobre el nivel de implantación del Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica en España que entró en vigor en 2014 y que pretende la autorregulación del sector y adquirir compromisos éticos y de responsabilidad en sus prácticas. La mayoría de los directivos encuestados (47%) afirma que se están creando e implementando normas, mientras el 21% asegura que se están optimizando procesos de negocio, otro 21% declara haber completado la revisión la unificación de los datos globales de la compañía, el 7% manifiesta que se ha planificado un proceso de revisión que aún no ha comenzado y el 4% mantiene que se están analizando proveedores externos para realizar la revisión.
Los avances y la instalación de las nuevas tecnologías para la innovación de los procesos, han generado una nueva área de trabajo para las compañías, como es la ciberseguridad, donde aún queda mucho por aprender. Contrasta el dato que sitúa en un 86% los directivos que han percibido un incremento de los riesgos de ser víctimas de un ciberataque, sin embargo, solo un 26% considera estar preparado para gestionar los riesgos de un ataque cibernético. Rodríguez Prado explica que “la creciente incorporación de la tecnología en los procesos de negocio de las organizaciones no sólo aporta ventajas, sino que también conlleva la existencia de responsabilidades y riesgos asociados al uso de estas tecnologías. Saber que estos riesgos pueden afectar a la confidencialidad, integridad o disponibilidad de la información con consecuencias en reputación, económicas o regulatorias es algo que la industria farmacéutica y de tecnología sanitaria tiene dentro de sus agendas”.
En líneas generales, el barómetro muestra una mejora en el sector farmacéutico que es acogido con una perspectiva optimista de cara al futuro por los directivos. Aunque también señala la seguridad tecnológica como uno de los puntos débiles.