Aunque en los últimos años la farmacia española ha puesto el foco y el trabajo en el desarrollo de la vertiente asistencial de la farmacia, la declaración de Córdoba ha sido la plasmación de esa intención. Para hablar de ese futuro asistencial de la farmacia española, el secretario general del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), Luis Amaro, ha explicado a Diariofarma su visión.
Pregunta. ¿Por qué es tan importante para la farmacia española apostar por la farmacia asistencial, por esa vertiente más sanitaria en la existencia y la relación con los pacientes?
Respuesta. En primer lugar porque el farmacéutico es un profesional sanitario y como tal, es como debe de actuar en su día a día, en su trabajo, en su relación con los pacientes. Es un profesional que maneja los medicamentos que van a utilizar y, por lo tanto, una parte importante, la más importante de su actividad, es precisamente preocuparse por que los pacientes utilicen correctamente su medicación, que cuando surjan problemas en relación con ella, que lo detecte, que lo comunique y si es posible incluso, corrija. Alcanzar la mejor calidad de vida del paciente, y que los medicamentos consigan el objetivo para los cuales se les ha prescrito.
P. ¿No es algo novedoso entonces?
R. No, no es novedoso.
P. ¿Lo novedoso es la protocolización?
R. Lo novedoso es eso, efectivamente. Porque es cierto que el farmacéutico, en su día a día, es lo que ha hecho siempre. Hemos hecho muchas cosas que se perciben como una actuación del día a día con los pacientes de una forma espontánea, de una forma natural, pero que no se produce de acuerdo con una forma más protocolizada, con los registros correspondientes.
P. ¿Pero hay que registrarlo todo de todos los pacientes?
R. No, no es que haya que registrarlo todo, pero es cierto que para que algo se perciba debe de ser recogido, debe ser documentado; no digo que sean todas las actividades de todos los pacientes, de cada una de las actuaciones, pero sí que hay muchos casos en los cuales debería de establecerse, una forma de trabajo protocolizada, y documentarla.
P. ¿Lo que no se registra, no existe?
R. Exactamente. Las palabras se las lleva el viento, y cuando tienes que demostrar lo que estás haciendo, la única forma de demostrarlo es mediante resultados, con datos, con objetivos cumplidos. Eso es lo que formaría parte de esa demostración de esa actividad. Tenemos mucha actividad de esta, pero bueno, queremos dar un paso más. Y este paso más es lo que estamos intentado conseguir y que el farmacéutico se implique de una forma mucho más reglada, con procedimientos consensuados, con una forma diferente de trabajo.
P. ¿Y avanzar en eso es esencial para que el modelo farmacia tal cual está en España se mantenga?
R. A mí me parece imprescindible, porque la farmacia es un establecimiento sanitario, muy importante y absolutamente imprescindible, pero que aquí todos tenemos que demostrar día a día nuestra necesidad, tenemos que demostrar que el farmacéutico, está aportando a la sanidad, está aportando a los pacientes, está verdaderamente integrado en un sistema sanitario, y que es una parte absolutamente imprescindible de él.
P. Si no es asistencial la farmacia del futuro, ¿no será?, ¿o será otra cosa?
R. La farmacia tiene que ser asistencial para que exista. La farmacia debe ser asistencial en mayor medida, y cuanto más asistencial sea, más garantizado tiene su futuro.
P. Algunas farmacias no se ven capacitadas por falta de personal, falta de tiempo, medios… para impulsar esa actividad asistencial ¿Qué les diría?
R. Estamos trabajando muchísimo precisamente para llegar a todos los farmacéuticos. Sabemos que para poder hacerlo de una forma mucho más automática, es precisa una formación continuada, una formación previa y una formación seria y rigurosa. Estamos muy comprometidos con la formación continuada, para que este farmacéutico pueda poner en marcha todas estas campañas, que lo que sirven, básicamente, es para entrenamiento, para normalizar este tipo de actuaciones. Se trata de campañas, como las que estamos haciendo de farmacovigilancia, campañas como ‘Aspira’, para estudios de la actuación de farmacéuticos en relación con los inhaladores, etc. Ya más avanzado, programas como el ‘conSIGUE de investigación, etc. Todo esto, va a servir para que el farmacéutico se vaya entrenando en todos aquellos procesos relacionados con la implicación, con la dispensación, con el seguimiento farmacoterapéutico. Lo que hay que hacer es perder el miedo, poco a poco irse implicando y ponerse en marcha.
P. Entonces, ¿no son actividades y servicios exclusivos de las farmacias grandes?
R. Ni mucho menos. Yo entiendo que cualquier farmacéutico allí donde se encuentre, y siempre que esté con un paciente o un medicamento, puede actuar de forma perfectamente profesional, y aplicando estos principios de farmacia asistencial.
P. Otra cuestión que preocupa es la remuneración a esos servicios de esas actividades. ¿Eso está incluido dentro de la actividad habitual del farmacéutico, o es una cuestión aparte?
R. Es una cuestión aparte, y nosotros estamos empeñados en que así lo sea. Hay una serie de actividades que están incluidas en la actividad de la dispensación, de la indicación farmacéutica. Pero otras, como por ejemplo el seguimiento farmacoterapéutico, estamos convencidos de que debe ser un servicio con una remuneración propia. Estamos absolutamente convencidos, y así estamos trabajando para conseguirlo.
P. Lo están haciendo junto con los colegios, porque serán ellos los que tengan que negociar finalmente en cada comunidad autónoma, y hay comunidades que ya van más adelantadas que otras en ese campo.
R. Empezamos conSIGUE en el año 2009 para obtener todos aquellos datos necesarios para demostrar que el seguimiento farmacoterapéutico es un servicio es rentable, para la administración, porque ahorra en medicamentos, mejora la calidad de los pacientes. Porque tiene una serie de ventajas que al final se van a traducir en una ahorro para el sistema, en una mejor efectividad de todos los tratamientos. Con todos estos datos que estamos aportando lo que buscamos es que estos servicios se incluyan dentro de los conciertos y conseguir que se remunere como un servicio más dentro de la prestación farmacéutica. Lo que hacemos es dar herramientas a los presidentes que tienen que negociar con sus comunidades autónomas.
P. También en los últimos tiempos, el consejo ha hecho hincapié en la actividad de la farmacia, en cuanto a cribado, seguimiento, control… Un ejemplo es, todo el tema del cáncer de colon.
R. Nosotros hemos apostado siempre, precisamente por la labor sanitaria de la farmacia. Efectivamente, dentro de lo que es la prevención de la enfermedad, englobamos nuestros proyectos del cuidado de cáncer de colon. Nuestra actuación ya se inició, con el tema del VIH, con los programas de intercambio de jeringuillas, y el de dispensación de metadona, dentro de los ámbitos de la salud pública. La verdad es que es un trabajo que ha quedado para mantenerse en tiempo. Son proyectos que se iniciaron con pilotajes, y hoy son realidades. Eso también demuestra que todos estos servicios por los que estamos apostando, podrán ser una realidad en el futuro, y van a estar implicados, pero sí que necesitamos que tengan su reconocimiento, y en el caso del seguimiento farmacoterapéutico, su remuneración. Porque en caso contrario, va a ser muy difícil que sean sostenibles.
P. Además de esas acciones reales de actuación con un paciente, están dando un paso más en información. Hace unos días, el consejo mandó una nota, pues que habían formado a los farmacéuticos sobre todo el tema del virus Zika, para que puedan trasladar una información objetiva.
R. Efectivamente, nosotros intentamos mantener, precisamente, la información absolutamente actualizada, y de acuerdo con las necesidades del momento, sabemos que en este momento hay bastante demanda de información, concretamente con todas aquellas personas que están pensando viajar al extranjero, o que acaban de llegar, y de lo que pueda pasar. Y bueno, información sobre el virus Zika, se ha elaborado rápidamente, se ha distribuido a todos los colegios, para que a su vez se lo hagan llegar a todos los farmacéuticos, y tengan lo último en relación con su actuación profesional, de cara a esas demandas. En el día del cáncer de colon también hemos considerado que deben de tener la información, por si ocurre algo en cualquier momento. Pues ahí queremos estar, de acuerdo con los tiempos, con las necesidades del momento, las necesidades de la población, de formación e información.
P. Es aprovechar la red de farmacias para trasladar la información a la demanda del paciente, ¿no?
R. Sí, efectivamente estamos insistiendo en que nosotros tenemos una red de farmacias magnífica. Son 21.458 farmacias perfectamente distribuidas y cada una de ellas es un foco de información, de educación sanitaria, de prevención de enfermedades, de formación de la salud, de todos los medicamentos. El potencial es brutal. El potencial es una realidad hoy por hoy, pero que se puede multiplicar y se puede aprovechar mucho mejor, no me cabe la menor duda.
P. ¿Y qué hace falta para que se aproveche?
R. Nosotros insistimos muchísimo. Hoy por hoy, la preocupación de todos los gobiernos, es precisamente el crecimiento de la población y la aparición una cronificicación de una enfermedad. Todas las comunidades autónomas, desarrollan planes de cronicidad en los cuales, todos los profesionales sanitarios, allí donde puedan aportar, pues deben de tener solución, y deben de estar reflejados con sus funciones. Cada uno sabe exactamente qué es lo que tiene que hacer, de acuerdo con sus competencias, y trabajando de una forma coordinada, para aportar para que el paciente reciba los cuidados más adecuados. Estamos luchando, y peleando por este reconocimiento y por tener este papel activo como se ve en todos los conciertos de prestación farmacéutica que están en vigor con cada una de las comunidades autónomas.
P. ¿Pero cree que las comunidades autónomas, el sistema sanitario, los sistemas de salud, tiran poco de las farmacias para determinadas cuestiones que serían más eficientes, y tendrían un mejor resultado, si se implicara de otro modo la farmacia?
R. Siempre se puede hacer mucho más. Es cierto que normalmente las relaciones entre los colegios, las farmacias y las administraciones, es muy fructífera, y si no, no se estaría trabajando en el día a día con la administración. Pero hay ciertos campos en los cuales sí que nos gustaría vernos reflejados ahí. No solamente en lo que es la prestación farmacéutica, que es absolutamente imprescindible. Hay muchos más campos donde el farmacéutico tiene mucho que aportar, desarrollando una función de acuerdo con sus capacidades, con su formación y, siempre, en coordinación con el resto de los profesionales.
P. Porque una cuestión que hay que desterrar desde el principio es la que el farmacéutico no quiere hacer de médico...
R. Claro, ahí está. Yo no sé qué miedos hay, porque es cierto que el farmacéutico no quiere ni diagnosticar, ni quiere prescribir. El farmacéutico, tiene el campo muy definido, cada uno tiene sus competencias, y nadie quiere pisar el terreno de nadie. El farmacéutico sabe perfectamente lo que tiene que hacer, y lo que puede aportar. En ese sentido, lo tenemos bastante claro, muy claro.
P. Entonces, ¿los siguientes pasos para lograr esa farmacia asistencial del futuro?
R. Estamos convencidos de la necesidad de que el farmacéutico se lo crea. De que finalmente se implique a fondo y que estas apuestas de farmacia asistencial, no caigan en saco roto. Hemos trazado ese plan con la Declaración de Córdoba, que es una hoja de ruta perfecta. En diez puntos está recogiendo todas las actuaciones que debemos de emprender para conseguir ese objetivo de la farmacia asistencial. Si esa hoja de ruta, esos diez puntos, los llevamos a cabo, y de una forma perfectamente estructurada, y en el tiempo, y cada uno con sus acciones, estamos convencidos de que llegaremos a ese objetivo. Y es lo que estamos haciendo precisamente desde el acuerdo marco que hemos firmado con el Ministerio de Sanidad, para dar a conocer a la administración, trabajar conjuntamente. Lo del seguimiento farmacoterapéutico, las comunicaciones, las nuevas tecnologías, los medicamentos que pedimos que sean accesibles, y por lo tanto deben estar en la farmacia, lo que está pasando ahora con los medicamentos que están pasando a uso hospitalario.
P. ¿La declaración de Córdoba es la guía?
R. Efectivamente. Es lo que nos va a trazar que esa farmacia sea, verdaderamente reconocida como buen establecimiento sanitario, como un farmacéutico como un profesional de primer orden al frente, que es capaz de resolver problemas, que es capaz de aportar, que es capaz de ahorrar al sistema. Tenemos ahí un potencial tremendo, que estamos tan convencidos de que este es el único camino a seguir, que la verdad es que estamos muy contentos y muy motivados para trabajar en ello y tirar para adelante.
P. Un ámbito importante será también la formación universitaria, ¿no?
R. Estamos trabajando precisamente para intentar que los programas de formación del farmacéutico se vayan adaptando a ese objetivo, a la farmacia asistencial. Sabemos que hay más salidas, por supuesto que sí, es que todo cabe. Pero que tienen que dar un giro para acercarse más a ese objetivo, porque es que si no, la farmacias si la vaciamos de contenido, si no centramos en que el farmacéutico. debe tener un enorme contenido asistencial, incluso la propia profesión de farmacéutico se va a ver como un poco devaluada. Entendemos que los programas hay que modernizarlos, en algunos casos si que sabemos los esfuerzos que hicieron muchas facultades para hacerlo, y que se han adaptado. Pero en otros casos, van muy retrasados, muy muy retrasados. Tenemos especial interés en hablarlo con la conferencia nacional de decanos.