El tratamiento con medicamentos biológicos debe ser siempre participado por los clínicos, puesto que “la organización no puede ser quien tome las decisiones sobre pacientes individuales”. Así lo explicó el presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme), Fernando Carballo, durante su ponencia “Biológicos: Prescripción, sustitución, intercambiabilidad, y continuidad de los tratamientos”, que tuvo lugar en el marco del Foro Biológicos: Innovación y Salud organizado por IESE y MSD.
Carballo estuvo acompañado por Julio Sánchez Fierro, director del ciclo, experto en Derecho Farmacéutico, socio director en el Área de Derecho Farmacéutico de De Lorenzo Abogados, quien puso el foco “en los resultados en salud y las garantías y derechos”. Por ese motivo, Sánchez Fierro consideró que en los tratamientos con biológicos, “lo fundamental es el caso por caso”.
El presidente de Facme consideró que el título de su ponencia detalla claramente “el terreno del debate de los biológicos y biosimilares”. Para Carballo, está claro que al médico individual “le preocupa su paciente, pero no está tan claro que a las instituciones también o que solo se fijen en los números”. Por ese motivo, expuso que “la toma de decisiones sobre un paciente no puede ser sin que haya una auténtica deliberación clínica entre médico y paciente”.
En lo que se refiere a los biosimilares, Carballo se queja de falta de información por parte de las autoridades regulatorias. Según él “los temas de la intercambiabilidad y sustitución no son de los clínicos”. En este sentido, apunta que “si se nos dice que no son lo mismo, nos tienen que aclarar y tienen que profundizar y asumir la responsabilidad de hasta qué punto un medicamento puede o no ser intercambiable o sustituido en función de criterios objetivos”. A este respecto, considera “infame” la sustitución en tratamientos que están siendo efectivos.
Por su parte, Sánchez Fierro aseguró que en este ámbito “el problema es la adecuación del tratamiento a un paciente determinado en un momento y circunstancia clínica determinada”. Por ese motivo, según él “la última palabra la tiene el paciente”. “Esto no es una teoría ni doctrina genérica; lo dice la ley de autonomía del paciente” y, por ello, aseguró que cuando se olvida esta ley se está realizando una “lectura sesgada y sospechosamente incompleta” de la normativa.
Este abogado también quiso relativizar la importancia que tiene la cuestión económica a la hora de tomar decisiones para un paciente individual. “Si en la relación médico paciente emerge el tema de los precios puede ocurrir que nos carguemos los principios básicos de la relación médico paciente”, explicó. De este modo, según Sánchez Fierro, “en la defensa de la sostenibilidad algunos han creído que valía todo”.
Este experto también puso el foco en algunas cuestiones regulatorias que no se están cumpliendo en nuestro país. En este sentido explicó que, según la directiva europea, los medicamentos biológicos se deben prescribir por marca, algo que no se realiza en nuestro país. También criticó la existencia de prescripciones consensuadas o validadas, ya que “la Ley de garantías no recoge entre las funciones del médico que comparta la responsabilidad de prescribir con otros profesionales” ni “tampoco se encuentran entre las responsabilidades del farmacéutico de hospital la validación de las prescripciones”. Según, explicó, en la Ley de Garantías se dice que la prescripción se debe hacer en beneficio del paciente y pensando en la sostenibilidad del sistema. “No se pone por delante la sostenibilidad” ya que “el fin último del sistema no es generar ahorros es generar salud”.
En relación a la intercambiabilidad aseguró que se trata de una práctica médica, no de una propiedad del medicamento, hecho por el que “en nuestro ordenamiento jurídico no hay medicamentos intercambiables”. No obstante, lo que sí reclamó Sánchez Fierro es cumplir con el desarrollo exigido en la Ley de Garantías de establecer las reglas de intercambiabilidad. Según él “no se trata de algo extenso, sino de algo claro”, como en Francia, que hace menos de un año “estableció reglas específicas de sustitución e intercambiabilidad”.
En este sentido, el presidente de Facme explicó que “han trasladado a los clínicos un problema que no es de ellos, como la gestión de la insuficiencia financiera del sistema”. Por ese motivo, aseguró que todos los profesionales deben “exigir a la administración que no esté tan cómoda dejando las cosas a medio regular. Y si tiene que tomar decisiones de restringir la cartera de servicios, que las tomen y las expliquen”.