Las organizaciones que representan a todos los sectores de la industria farmacéutica comunitaria y británica (Efpia, Europa Bio, Medicines for Europe, Aesgp, ABPI, BGMA, BIA y PAGB) han remitido una carta a Michael Barnier y Hon David Davis, responsables de coordinar el Brexit por parte de la Unión Europea y el Reino Unido respectivamente, en la que reclaman que el acuerdo que se alcance para la salida del Reino Unido "no interfiera en el acceso de los ciudadanos europeos a medicamentos seguros y eficaces y no impacte negativamente, de esa forma, en la salud pública".
En la carta, que también ha sido respaldada públicamente por la patronal española, Farmaindustria, se destaca la importancia de mantener la cooperación tras el Brexit, y pide expresamente que este asunto forme parte de las negociaciones para la salida del Reino Unido de la UE, prevista para el 29 de marzo de 2019.
"Nuestro sector está ampliamente integrado en toda Europa y sometido a la normativa comunitaria, lo que se traduce en un sofisticado sistema de disposiciones legales y reglamentarias vigentes en las instituciones de la UE, los Estados miembros y las autoridades nacionales competentes. Por tanto, es importante que exista tanta certeza como sea posible, y lo antes posible, para asegurar que la industria biofarmacéutica realice una transición sin problemas al nuevo escenario, asegurando que no se produzcan interrupciones en el acceso de los pacientes a los medicamentos", reza el escrito, en el que se identifica como uno de los puntos clave el mantenimiento de la vigencia de las autorizaciones europeas de comercialización previamente concedidas tanto en el Reino Unido como en la UE, así como y la cooperación continua entre las autoridades nacionales competentes.
"Cualquier cambio en las relaciones comerciales entre la UE y el Reino Unido no debería afectar negativamente a la investigación, el desarrollo, la fabricación y el suministro de medicamentos en toda Europa, incluidos los ensayos clínicos", prosiguen. En este sentido, destacan la contribución de la Agencia de Medicamentos británica (MHRA) al trabajo de la red europea de entidades de regulación, y opinan que se retirada de la misma "supondría una pérdida de capacidad y conocimientos técnicos para la revisión de medicamentos, así como de la capacidad europea para la supervisión de la seguridad de los productos".
Periodo de adaptación para garantizar el abastecimiento
También se refieren a los posibles obstáculos que podrían encontrar los productos que circulan entre la UE y el Reino Unido, tanto debido a controles fronterizos como a pruebas de reevaluación, lo cual podría suponer "una seria interrupción de la mayoría de las cadenas de suministro de las empresas, que conduciría a su vez a interrupciones potenciales del suministro de medicamentos que salvan vidas". Por ello, ven necesario un periodo de adaptación para evitar consecuencias no deseadas sobre la disponibilidad de medicamentos, ya que las solicitudes de transferencia de autorización de comercialización para productos específicos, el traslado de lotes o de personal del Reino Unido a la UE "requeriría mucho tiempo”, como lo requerirá la adaptación de las autoridades nacionales para contar con los recursos adecuados para ejecutar los procedimientos y las actividades de mantenimiento en el nuevo marco posterior al Brexit.
Así, para conseguir una desconexión ordenada y sin efectos adversos, los representantes de los distintos sectores de la industria farmacéutica europea y británica han mostrado su disposición a dialogar de forma continua con los responsables de gestionar el Brexit, así como a aportar su experiencia en las negociaciones, para asegurar que los pacientes puedan seguir teniendo acceso a los medicamentos como hasta ahora.