Terapéutica

Piden una justificación del precio de dos innovaciones de Gilead y Novartis

La campaña 'No es sano' ha enviado una carta a las filiales españolas de Novartis y Gilead con preguntas relacionadas con Kymriah y Yescarta, dos innumoterapias para leucemia aprobadas por la FDA.

Los representantes de la campaña 'No es Sano', que engloba a las organizaciones Salud por Derecho, Médicos del Mundo, la Organización de Consumidores y Usuarios, y la Organización Médica Colegial, entre otros, ha enviado una carta esta semana a los responsables de Novartis y Gilead en España, para pedir respuesta a algunas preguntas relacionadas con el coste de Kymriah y Yescarta, dos inmunoterapias CAR-T para el tratamiento de la leucemia que han sido aprobadas recientemente por la FDA y se asocian a precios de 475.000 y 375.000 dólares, respectivamente.

Las organizaciones firmantes arrancan el escrito felicitando a ambas compañías, así como a las universidades y centros públicos que han trabajado y siguen haciéndolo en el desarrollo de estas moléculas, "por el gran avance" conseguido con estas nuevas terapias, que dicen, "abren un camino muy prometedor en la lucha contra la enfermedad del cáncer". De hecho, definen los tratamientos de células T con receptores de antígenos quiméricos, las conocidas terapias CAR-T, como "un ejemplo de innovación". No obstante, consideran preocupantes "los precios que pueden alcanzar estas nuevas líneas de tratamiento".

En este sentido, consideran que el hecho de que haya "centros públicos de todo el mundo, financiados con impuestos" hace más relevante, si cabe, el conocer en qué se basan las compañías para determinar dichos costes. Así, en primer lugar, preguntan por los criterios en los que se asienta el precio de estas terapias, teniendo en cuenta "que los ensayos clínicos apenas superan el centenar de pacientes, de acuerdo con la información publicada".

I+D propia o adquisición

También han solicitado información sobre la cuantía invertida en I+D propia, y apuntan a los datos de inversión de las instituciones públicas de Estados Unidos, que habrían gastado más de 200 millones de dólares desde 1993 sólo en esta área, así como en la adquisición de licencias y patentes a instituciones públicas. "De acuerdo con las informaciones publicadas, Novartis pagó 20 millones de dólares por la licencia exclusiva de CTL-0191, mientras que Kite-Pharma, la compañía que ha comprado Gilead para desarrollar estos tratamientos ha aprovechado la investigación realizada sustancialmente en Instituto Nacional del Cáncer de los EEUU", indican.

Finalmente, en un comunicado enviado a los medios, se preguntan cuál será el impacto de estos precios fijados en Estados Unidos para estos productos a su llegada al resto de países, y señalan que aquellos son "habitualmente tomados como referencia a la hora de comercializarlos en Europa y, por tanto, también en España". Ya pensando en los países en vías de desarrollo, opinan que el registro de la patente en ellos los haría "inasequibles", por lo que han preguntado la política que seguirán en este sentido.

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