Terapéutica

Varias organizaciones denuncian el alto precio de fármacos desarrollados, en parte, con fondos públicos

La plataforma 'No es sano', que aglutina a varias organizaciones como la OMC, la OCU o Médicos del Mundo, ha hecho público un informe con cuatro casos de medicamentos desarrollados, en parte, con fondos públicos, y que presentan altos precios.
Imagen de una concentración de 'No es Sano' frente al Congreso de los Diputados.

'No es Sano', la campaña promovida por Salud por Derecho, Médicos del Mundo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y la Organización Médica Colegial (OMC), entre otros, ha hecho público un informe, titulado 'Los medicamentos para el cáncer: altos precios y desigualdad' y basado en el análisis de cuatro medicamentos desarrollados por compañías farmacéuticas en el área de cáncer, que sirve de base para su queja de que, pese a haber sido desarrollados, en parte, con fondos públicos, estos fármacos presentan un alto coste para los sistemas sanitarios.  

Concretamente, se analizan los casos de trastuzumab, alemtuzumab y bevacizumab, así como las terapias a base de células CAR-T. En todos los casos, aseguran que la investigación fue "apoyada en gran parte por filántropos y fundaciones" y que varios de los ensayos clínicos en los que se basó su aprobación "se realizaron con presupuesto de universidades, centros de investigación y fundaciones sin ánimo de lucro".  

En cuanto a los precios, afirman que, en el caso de las terapias CAR-T (Kymriah y Yescarta son los últimos ejemplos), están siendo lanzadas en Estados Unidos con precios de salida que superan los 475.000 dólares en el primer caso y 373.000 en el segundo. En los casos de alemtuzumab y bevacizumab se habrían seguido, explican, "estrategias comerciales para maximizar beneficios". Así, el informe indica que el primero de ellos multiplicó su precio por 15 en un año gracias a la empresa solicitó su retirada del mercado para tratar un tipo de leucemia y lo lanzó de nuevo para la esclerosis múltiple, un mercado, dicen, "cuyos medicamentos son más caros".

En lo que respecta a bevacizumab, las ventas ya superarían, desde que se lanzó en 2004, los 61.000 millones de euros. "Este medicamento demostró también su efectividad en el tratamiento de un tipo de ceguera. La compañía Genentech/Roche, en vez de solicitar la inclusión de esta enfermedad en el listado de indicaciones del medicamento, decidió crear uno nuevo a partir de bevacizumab, con similares resultados, pero con otro nombre y un precio 100 veces mayor", señalan.

El origen de la situación, según 'No es Sano'

Para los promotores de 'No es Sano', esta situación se debe a un "sistema de propiedad intelectual que deja en manos de las compañías farmacéuticas la fijación de los precios y a un marco regulatorio poco transparente que beneficia a la industria en detrimento del interés público". "Esta falta de transparencia da lugar a que la industria fije los precios de los fármacos arbitrariamente, en función de la capacidad del mercado de cada país", se quejan.

En el caso de España, opinan, "este secretismo llega a provocar que los ya altos precios sean además diferentes entre regiones e, incluso, entre hospitales, poniendo en peligro los recursos finitos del sistema sanitario y obligando a recortar de otras partidas muy necesarias, como la contratación de personal médico, el cuidado y la atención a los pacientes o los equipos para diagnosticar enfermedades".

Por eso, para poder corregir esta situación los promotores de la campaña proponen "que los precios de los medicamentos se fijen a partir de los costes reales de investigación y producción, no con criterios arbitrarios; conocer el precio real de los medicamentos que estamos pagando a través del sistema sanitario y transparencia en las negociaciones con la industria farmacéutica; más financiación pública para la investigación en cáncer, con datos abiertos y accesibles que estén al servicio de otras investigaciones; más control de los precios de los medicamentos en los que se han invertido fondos públicos y cambios en el modelo de gestión de la propiedad intelectual para que las patentes no sean el único incentivo, así como regulaciones que controlen y sancionen los abusos de competencia, como volver a patentar fármacos antiguos, evergreening o el bloqueo a la entrada en el mercado de medicamentos genéricos y biosimilares". 

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