La Consejería de Salud de Navarra ha hecho balance del primer año desde la incorporación de una farmacéutica (FH), Amaia Egüés, a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), concretamente, en el equipo de Medicina Intensiva. Trabaja en él, de forma colaborativa, con la vista puesta en realizar una adecuada revisión de los tratamientos farmacológicos prescritos para poder prevenir, identificar y resolver los problemas relacionados y así asegurar el mejor tratamiento en términos de eficacia y seguridad.
Según indican desde Salud, esta incorporación de esta especialista en Farmacia Hospitalaria ha supuesto mejoras, "tanto en los resultados de actividad, como en la salud de las y los pacientes críticos". Así, destacan que, durante los primeros ocho meses de 2018, Egüés habría realizado 2.273 intervenciones farmacéuticas sobre el total de las prescripciones farmacológicas (8,5 por paciente). La mayoría de ellas, el 22%, debidas a la sustitución del medicamento por otro más adecuado, según la vía de administración o según su disponibilidad en el hospital; otro 19% tuvo lugar por cuestiones relacionadas con la posología; un 7% tuvieron que ver con cambios de prescripción a un medicamento más coste-efectivo o a uno más adecuado teniendo en cuenta la situación del paciente, y otro 7% correspondió a casos de conciliación para adaptar la medicación habitual a su nueva situación y tratamiento.
Además, un 17,4% de las intervenciones se efectuaron sobre fármacos antiinfecciosos, permitiendo una reducción global en su consumo, así como un aumento en el uso de terapias antiinfecciosas consideradas como de primera opción. El índice utilizado para medir la cantidad consumida de estos medicamentos, ha descendido de 269 DDD (dosis diaria definida) por 100 estancias en los primeros 8 meses de 2017, a 190 en 2018. Dentro de este descenso global de uso de antiinfecciosos cabe destacar el de determinados antibióticos de uso restringido, así como de aquellos relacionados con el aumento de resistencias bacterianas (antibióticos con acción anti-MARSA, fluorquinolonas y cefalosporinas de 3º y 4º generación). También disminuyó el consumo de los que están indicados para infecciones por hongos o fúngicas.
Otro dato reseñable tiene que ver con los ingresos, ya que, según la Dirección del CHN, entre enero y agosto de 2018 se han registrado 567 ingresos y, si bien la estancia media es muy similar a la de 2017, 8,7 días frente a 8,4, se ha visto notablemente reducido el índice de ocupación, que ha disminuido del 83,4 al 80,8%.
Finalmente, se refieren a los cálculos de ahorros como consecuencia de la incorporación de esta figura en la UCI, que habría redundado, aseguran, en una reducción del 21% del gasto en medicamentos en estos los primeros ocho meses del año, pasando de 435.800 euros en 2017 a 344.000 en 2018.
Aplicación de la farmacocinética
Por si fuera poco, esta farmacéutica integrada en la UCI ha colaborado, explican, en la puesta en marcha de un proyecto para la aplicación de la farmacocinética en el ajuste de dosis de determinados medicamentos con estrecho margen terapéutico, como son aminoglucósidos y glucopéptidos. Incluye un protocolo de extracción de muestras y el diseño de un algoritmo de dosificación con base en los niveles de fármaco obtenidos. La intención es aplicar este mismo modelo de intervención para el ajuste de dosificación de antibióticos en pacientes que están sometidos a técnicas continuas de depuración extrarrenal (TCRR).
Igualmente, y en colaboración con la unidad de Enfermería, la farmacéutica clínica ha participado en la elaboración de un nuevo protocolo de insulina endovenosa, así como en otro de administración de medicamentos por sonda nasogástrica.
Entre los proyectos de futuro, avanzan que Egüés participará próximamente en la elaboración de una tabla de compatibilidades de medicamentos para su administración intravenosa, el ya mencionado de dosificación de antibióticos en pacientes en TCRR, así como la extensión de la actividad a la sección del servicio de UCI del antiguo Virgen del Camino.
Sobre el valor de los FH en esta Unidad
Para concluir, la Consejería reconoce que los pacientes críticos exhiben retos farmacológicos únicos, ya que presentan disfunciones orgánicas que ocasionan determinados cambios de comportamiento de los medicamentos en el organismo, pudiendo alterar su absorción, distribución, metabolismo, eliminación y acción terapéutica.
Por eso, atendiendo a estudios publicados, la mayoría realizados en hospitales norteamericanos, abogan por la integración del farmacéutico en el equipo clínico de UCI como herramienta para reducir los efectos adversos y los errores de medicación en este subgrupo de pacientes. También se refieren a otros trabajos que habrían demostrado el impacto positivo de la participación del farmacéutico en UCI a nivel clínico, tanto en la reducción de estancias en UCI y como en mortalidad intrahospitalaria, a lo que hay que sumar su contribución al ahorro económico.