La Sociedad Española de Farmacia de Atención Primaria (Sefap) ha emitido un comunicado en el que pone de manifiesto el auge del papel clínico y asistencial de los farmacéuticos que trabajan en los centros de salud, poniendo como ejemplo lo ocurrido en la Comunidad de Madrid, donde revisaron la medicación de más de 2.000 pacientes y realizaron más de 16.000 recomendaciones a los médicos y enfermeras en 2018. Reivindican, no obstante, la extensión del modelo gallego, con farmacéuticos de AP que tienen sus propias consultas en los centros de salud, para optimizar su aportación al buen uso de los medicamentos.
Estas recomendaciones, de las que se aceptó un 75%, según esta sociedad científica, estuvieron orientadas, fundamentalmente, "a disminuir el riesgo de reacciones adversas, de posibles interacciones, de efectos indeseados en los fármacos por dosis o pautas posológicas inadecuadas, y al fomento de la adherencia terapéutica".
María de los Ángeles Cruz, vicepresidenta de Sefap, considera que tal nivel de aceptación debe ser considerado como "un éxito", sobre todo teniendo en cuenta que en el Servicio Madrileño de Salud los FAP realizan las revisiones de medicación "sin tener al paciente delante", lo que implica que "no conocen determinadas circunstancias que no están en la historia clínica" y que ya han sido valoradas previamente por otros compañeros.
Para mejorar esta situación, Sefap reivindica el modelo gallego, "donde los farmacéuticos de Atención Primaria tienen su consulta en el centro de salud, de forma que atienden directamente y en persona al paciente que se les deriva cuando otros profesionales sanitarios consideran necesario que revisen la medicación u ofrezcan instrucciones sobre la misma". En el caso de Madrid, señalan, son aún minoría los médicos que solicitan las revisiones de medicación a los farmacéuticos de atención primaria.
"Los centros de salud deben consolidarse como el lugar natural donde los farmacéuticos de Atención Primaria realicen atención farmacéutica dirigida a los pacientes y cooperen en la optimización de la farmacoterapia junto con el resto del equipo asistencial", argumenta la vicepresidenta de SEFAP.
En esta línea, hace referencia a la realidad que se vive en países como Reino Unido, Canadá o Australia, que, según Sefap, han realizado grandes inversiones económicas y de recursos humanos para acercar a los farmacéuticos de AP a los centros de salud y para reforzar su función clínica y asistencial.
Para Cruz, este refuerzo es "imparable" por los cambios que se están produciendo en la pirámide de población, con una ciudadanía cada vez más envejecida, pluripatológica y polimedicada, lo que requiere de una atención particular en la que estos profesionales pueden jugar "un papel clave para potenciar el uso seguro de los medicamentos detectando o evitando errores, efectos adversos, interacciones o contraindicaciones con los medicamentos". "Nuestra prioridad son los pacientes más vulnerables, es decir, los mayores y polimedicados”, afirma Cruz, que explica que cada vez reciben más peticiones de revisión sobre pacientes de residencias geriátricas (el 25% de las peticiones atendidas por los farmacéuticos de Atención Primaria madrileños estuvieron relacionadas con pacientes institucionalizados en residencias).
Nicolas Gonzalez Casares: