Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), ha presentado los resultados del ‘Estudio SEOM sobre acceso a fármacos y biomarcadores en Oncología 2019', en el que han participado 85 hospitales de las 17 comunidades autónomas y del que se extrae una alta variabilidad en cuanto a la disponibilidad de medicamentos y biomarcadores en los distintos territorios del Estado.
En relación con los fármacos (se han estudiado un total de 11, con indicaciones en cáncer de pulmón, mama, ovario y melanoma), SEOM ha visto "una gran heterogeneidad entre CCAA y en la toma de decisiones vinculantes en relación al acceso".
El presidente de la Sociedad ha reconocido, no obstante, que "hay tendencia a la centralización" de decisiones en las CCAA, con "ámbitos de decisión que no están tan dispersos". Los datos del estudio dicen que el 42% de las decisiones se tomaron a nivel CCAA (el 58% restante fueron a nivel hospitalario), una cifra que en la anterior oleada (hace cuatro años) fue del 27%.
Especialmente preocupado se mostró "con la disparidad de tiempos que transcurren hasta que el oncólogo puede prescribir y el paciente puede acceder al tratamiento". Así, subrayó que el tiempo que pasó desde la aprobación de precio hasta que los fármacos estuvieron disponibles para su prescripción fue de los 0 a los 36 meses. Si se toma como referencia el tiempo que pasa desde la autorización de comercialización hasta que el producto está disponible en el hospital, hay casos extremos que alcanzan los 48 meses. "Para un paciente, en un momento dado, no disponer de una innovación con eficacia demostrada puede ser una pérdida de oportunidad", remarcó, señalando también que la heterogeneidad se traduce, en este caso, en falta de equidad.
Rodríguez-Lescure aclaró que, pese a las limitaciones de acceso existentes, los oncólogos se mueven en red y comparten información sobre programas de ensayos clínicos abiertos, para que esos pacientes puedan acceder a los tratamientos. También está la vía de la derivación a otros centros, que, dijo, "suele ser más sencillo cuando hablamos de dos centros de la misma CCAA". No obstante, se quejó de que esto no son más que "atajos y triquiñuelas para poder paliar las inequidades", y aseguró, además, que "no siempre se consigue".
En relación con los argumentos empleados por las autoridades, que justifican habitualmente los retrasos en la incorporación de los fármacos con la incertidumbre asociada, el presidente de SEOM aceptó el argumento a medias. "Algunos fármacos suponen impacto importantes en curso natural, otros menos y otros no aportan nada. Eso es una realidad cuya gestión es responsabilidad de la Administración, pero también de otros. De hecho, pienso que hace falta un contrato social sobre lo que queremos financiar y lo que no. Pero el tiempo no obedece a necesidades de seguridad, y mucho menos la diversidad que existe, y que hace que en algunos hospitales la espera sea mínima y en otros, que se prolongue meses", argumentó.
Además, se refirió a las trabas con las que se encuentran los oncólogos (el 42% reconoció la existencia de barreras) para, una vez que se ha decidido incorporar un fármaco, poder proceder a su utilización. Aquí hizo referencia, recogiendo los resultados del estudio, a la "exigencia de informes justificativos, criterios excesivamente estrictos y la no disponibilidad en ese centro concreto", entre otras.
Por todo lo dicho, SEOM se ha lanzado a realizar algunas propuestas, que pasan por "reducir la demora, que es inaceptable", sobre todo en el tiempo que pasa entre la autorización de comercialización y la disponibilidad para su prescripción. Entre otras medidas, subrayan la importancia de "eliminar trabas burocráticas" y "suprimir todas las evaluaciones que vayan más allá del IPT y los informes que realizan las sociedades científicas". También la necesidad "de medir resultados en salud". A este respecto, acogió como una buena noticia la puesta en marcha de Valtermed.
La realidad que afecta a los biomarcadores
El estudio ha incluido, en esta ocasión, un análisis de la situación que afecta al acceso a biomarcadores, donde, concluyen, se ha detectado la ausencia de "un proceso estandarizado y un marco regulatorio para ordene su implementación y su financiación". Eso redunda, explicó su presidente, en que "no existen biomarcadores en la cartera de servicios", siendo la industria la que se hace cargo de su financiación en la actualidad.
Desde SEOM, se propone, precisamente, "que se establezca una cartera de biomarcadores", que se fije "un procedimiento estándar para su financiación y para su incorporación", y, en caso de que no sea posible su extensión a todos los centros, que se determinen "hospitales de referencia".