Política

La farmacia andaluza y el SAS coinciden en el buen trabajo realizado durante la pandemia del covid-19

Diariofarma organiza un debate en el que queda claro que los agentes del sector y el propio SAS coinciden en que las subastas son imposibles tras la pandemia del covid-19 a consecuencia de la dependencia excesiva de producción farmacéutica de países asiáticos que mantendría un modelo de este tipo.
Captura de un momento del debate virtual mantenido en Diariofarma.

Con la covid-19 estamos aprendiendo a delimitar nuestro marco vital de manera diferente. La llamada “nueva normalidad” nos permitirá oficialmente comparar la vida antes y después de la pandemia. Y prácticamente cualquier aspecto va a ser (lo está siendo ya) analizado desde estas perspectivas. También la farmacia. Ese ha sido el objetivo del coloquio 'Las claves que afectarán a la farmacia' que Diariofarma, junto a Teva y Ratiopharm, organizó el pasado 17 de junio para revisar algunas de las cuestiones clave que afectan a la oficina de farmacia en Andalucía. Para ello hemos contado con la participación de Carlos García, subdirector general de Farmacia del Servicio Andaluz de Salud (SAS); Antonio Mingorance, presidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cacof); Antonio Pérez Ostos, presidente de Bidafarma y Rafael Borrás, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Teva.

La farmacia comunitaria ha dado muestras durante la pandemia de ser una institución sanitaria de primer nivel que ha sabido tener la agilidad, flexibilidad y fortaleza necesaria para dar respuesta a las necesidades de la población y que ningún paciente se quedara sin su tratamiento. En este sentido se han habilitado en Andalucía mecanismos especiales de dispensación que han servido para dar servicio a los pacientes, en los que la farmacia ha desempeñado un papel “fundamental”, como ha querido resaltar Carlos García, destacando también dos actuaciones concretas: la dispensación de cloroquina e hidroxicloroquina (intervenidas por la Agencia Española del Medicamento) para evitar el desabastecimiento en los pacientes que ya las utilizaban antes de la pandemia, y el abastecimiento de medicamentos a pacientes frágiles en su domicilio gracias a una Orden de la Consejería de Salud y Familias del pasado 24 de marzo. “Este servicio se ha puesto en marcha en las provincias de Cádiz, Sevilla, Huelva, Jaén y recientemente en Granada, sin ningún coste para los hospitales, y ofrece todas las garantías ya que la distribución asegura la cadena de frío y la entrega final la realizan los profesionales del medicamento, que son los farmacéuticos. Desde el inicio de la pandemia hemos realizado más de 8.000 dispensaciones, pero antes en Andalucía ya se habían iniciado procesos de dispensación de medicamentos de uso hospitalario”, añade García.

Antonio Mingorance ha querido recordar que “los farmacéuticos han sido durante la pandemia los únicos profesionales sanitarios accesibles para cualquier ciudadano y en cualquier momento”. Su labor ha sido primordial tanto en la entrega de medicamentos “con la calidad, seguridad y eficacia” de siempre, como en la asistencia a domicilio y en la renovación de tratamientos. “Todo esto ha sido posible porque los farmacéuticos andaluces logramos hace 20 años sacar adelante la receta electrónica, que en la pandemia ha jugado un papel clave”.

Como clave también ha sido el papel de la distribución, que desde el principio potenció la seguridad tanto de sus almacenes como de sus empleados para asegurar el suministro de medicamentos, aumentando por otra parte su capacidad operativa. Ahora lo que reclama Antonio Pérez, presidente de Bidafarma, es “integrar más en el sistema sanitario tanto a la farmacia como a la distribución”. En este sentido Rafael Borrás, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Teva, ha destacado también que “las compañías farmacéuticas hemos podido asegurar en momentos muy complejos, como el cierre de fronteras, que los pacientes tuvieran su medicación. Para ello ha sido fundamental la respuesta conjunta de la administración, distribución, farmacia y la industria”.

Ante la posibilidad de abordar cambios legislativos que permitan la consolidación de estos servicios de dispensación de medicamentos tan recurrentes durante la pandemia, Mingorance lo tiene claro: “hay que darle normalidad en la ley a lo que ya es normal en la calle por la situación de emergencia que hemos vivido, la prestación farmacéutica debe tener todas las garantías jurídicas necesarias”. “Pero esto va a ser un proceso largo”, añade Borrás, “por eso hemos de buscar los circuitos adecuados: distribución farmacéutica-oficina de farmacia, y en coordinación con el farmacéutico de hospital. Hay que consolidar un modelo eficiente y seguro”. Precisamente la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía está actualmente evaluando los distintos procedimientos que se han estado aplicando durante la pandemia para consensuar el modelo más eficiente, pero sin duda la experiencia piloto de acercar la medicación de los hospitales a las oficinas de farmacia habituales del paciente ha sido beneficioso para todos. Para García, “ahora mismo el mejor modelo es la dispensación de medicamentos a través de la oficina de farmacia”, y recuerda también que “ya en Andalucía en el año 2015 se distribuían medicamentos a través de los distritos sanitarios y sistemas de home delivery en los hospitales, si bien a una parte minoritaria de pacientes”.

Con la declaración del estado de alarma, la atención farmacéutica domiciliaria ha demostrado también que la teleasistencia ha llegado para quedarse. Desde el Servicio Andaluz de Salud se confirma que 75.000 pacientes se han beneficiado de la dispensación domiciliaría de medicamentos. “La farmacia ha demostrado su flexibilidad a pesar de esta situación sobrevenida”, reivindica Mingorance, pero la distribución también quiere incidir en su potencial, entre otros tecnológico, y ponerlo al servicio de la farmacia y la administración en la atención domiciliaria. El presidente de Bidafarma cree que la distribución “saldrá reforzada porque ha sido un bien para el paciente, pero es el regulador el que te dice si cuenta contigo o no”.

¿Subastas en la era post covid-19?

El último de los asuntos abordados en el debate, y que suele ser un clásico cada vez que se habla de farmacia en Andalucía, ha sido las subastas de medicamentos. El compromiso del gobierno andaluz de acabar con este sistema es firme; de hecho, en 2020 finalizan las tres convocatorias aún vigentes y no se convocarán de nuevo, tal y como confirmó el representante del SAS.

A este respecto, Antonio Mingorance lanzaba una reflexión que complemeta todo lo que se ha dicho históricamente sobre las subastas, pero que ahora tras sufrir el covid-19 surgen nuevos y muy relevantes condicionantes: ¿qué hubiera pasado si todo el mercado en España hubiese estado en subasta durante la pandemia y hubiésemos dependido de laboratorios de fuera de nuestras fronteras? “Las subastas ya no son posibles”, según Mingorance, que explica que “a partir de ahora sería una irresponsabilidad ponerlas”, concluyó. Su visión fue complementada por Borrás que explicó que “esta situación de pandemia ha eliminado cualquier posibilidad de que las subastas sean recuperables, y además ha demostrado que si ha habido un desabastecimiento controlado ha sido por la complementariedad con la que hemos trabajado todas las compañías farmacéuticas”. Borrás ha puesto de manifiesto que la pandemia ha tensionado muchísimo la producción y las exportaciones de medicamentos, por lo que la situación vivida sería “inimaginable” para Borrás en caso de una existencia de subastas.

Además, el representante de Teva puso de manifiesto la colaboración de distintas compañías, que han trabajando conjuntamente para hacer posible que el mercado nacional haya estado abastecido en todo momento. Para él, es “una lección a aprender de la pandemia” por parte de todos.

Por su parte Carlos García opina que de la situación vivida tenemos que aprender también que “no podemos depender de los medicamentos fabricados en China”. Por ello, considera necesario tener claro que “el ahorro importante en los servicios sanitarios no está en buscar el céntimo en los medicamentos, sino en su uso racional y moderado”.

Esta es otra de las lecciones aprendidas, que no se puede depender tanto de la producción de material sanitario y medicamentos tan centralizada en países asiáticos. Pero ¿podría regresar la producción a Europa y, concretamente, a España? Todos los ponentes coinciden en que lo primordial es buscar la sostenibilidad y eficiencia. Para incrementar la producción de medicamentos en nuestro país es necesario revisar la política de precios, incrementar la inversión en I+D+i, captar talento. En definitiva, mejorar el tejido productivo. “Hay que apostar por el futuro y no solo mirar el presente, plantearnos qué queremos de la prestación farmacéutica de aquí a cinco años y tomar medidas más allá de reducir los precios de los medicamentos”, concluye Pérez.


Texto: Celia Ruiz

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