Opinión

Nuevas subastas: grave error del Gobierno andaluz por el 0,37% de su presupuesto

Artículo de opinión de José María López Alemany, director de Diariofarma, sobre las subastas de medicamentos de Andalucía y los errores que suponen.

Artículo de opinión de José María López Alemany, director de Diariofarma.

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Se equivoca el Gobierno andaluz al promover un nuevo sistema de subastas de medicamentos en lugar de acabar con ellas. Y se equivoca tanto desde el punto de vista electoral o político, como sanitario, así como industrial y económico.

La primera derivada que tendrá la aprobación del nuevo sistema de subastas, aunque el portavoz del Ejecutivo lo quiera denominar “modelo de accesibilidad a los medicamentos” es la crítica política a la falta de cumplimiento en una de las promesas electorales más repetidas durante los últimos años por Partido Popular y Ciudadanos. Presente incluso en el acuerdo del Gobierno de coalición, así como en el de investidura con Vox. La promesa era acabar con las subastas no cambiarle el nombre o introducir algunos cambios que podrán, o no, ser mejoras de las mismas.

Tras dos años de eliminación paulatina de las subastas al no convocar de nuevo las que iban caducando, ahora han faltado a su promesa. Y lo hacen a cambio de la obtención de unos ahorros que, como mucho, alcanzarán los 150 millones al año, según sus propias previsiones. Y ya será menos ya que el nuevo modelo necesitará un rodaje. El presupuesto que está en tramitación parlamentaria actualmente asciende a casi 40.200 millones de euros. Es decir, que el Ejecutivo de Juan Manuel Moreno ha faltado a su promesa por el equivalente a menos del 0,37% de su presupuesto. ¿No había otros lugares menos sensibles social y electoralmente de donde sacar un 0,37% del presupuesto?

Pero, es más, ¿es que es de recibo perjudicar así a un sector que lo ha dado todo a lo largo de la pandemia por ahorrar el 0,37% del presupuesto? Cabe recordar que, en los peores meses de la covid-19, la cruz de la farmacia se ha mantenido siempre encendida, las furgonetas de la distribución han seguido circulando por las calles de las ciudades y llegando al más pequeño de los pueblos. Mismo mérito hay que reconocerle a los laboratorios, que  han trabajado más que nunca para asegurar que los medicamentos que ya no llegaban de China o India siguieran estando a disposición de los pacientes. Una labor titánica, en muchos casos de reconversión de las fábricas y en otros logística, especialmente en aquellos medicamentos para tratar a los pacientes con covid, pero también a todos los pacientes crónicos.

En segundo lugar, está la cuestión sanitaria. El nuevo modelo presenta una serie de modificaciones que sobre el papel podrían suponer una ventaja sobre el modelo previo. Pero todo va a depender de que las previsiones de concurrencia que estima el Gobierno regional se cumplan. ¿Y si no es así? Entonces los pacientes seguirán sufriendo cambios en sus medicamentos y estarán sometidos a los vaivenes de suministro de esas compañías que seguro que regresan a Andalucía. De este modo, los pacientes andaluces no tendrán, como ha ocurrido en los últimos años, la misma prestación farmacéutica que el resto. Además, lo que no está confirmado es que se presenten a las nuevas subastas las empresas nacionales que están siempre y las multinacionales que han mostrado su apoyo al modelo y al sistema español.

Y esta situación nos lleva al tercero de los aspectos. Apretar económicamente a las farmacias y a los laboratorios solo puede suponer la vuelta a las desinversiones y la reducción del empleo total del sector en la comunidad andaluza, con las repercusiones económicas e industriales que ello tendrá. Unos efectos que serán tanto de forma directa en forma de despidos y reducción de las inversiones, como indirecta por la pérdida de credibilidad del Ejecutivo. Repito: ¿de verdad que no hay otro sitio en todo el presupuesto de la Junta de Andalucía de donde rascar un 0,37%?

El daño está hecho en el ámbito político y electoral. El Gobierno de Juan Manuel Moreno perderá a partir de ahora parte de la credibilidad que había ganado. Pese a ello, aún está en su mano evitar hacer daño en el ámbito sanitario y económico. El nuevo modelo de subastas se ha diseñado de forma que las convocatorias no son obligatorias. Por ello, sería muy importante para los pacientes, las farmacias y los laboratorios que no se pongan en marcha las convocatorias de selección de medicamentos.

Espero y deseo que el Ejecutivo valore los efectos de la medida planteada y que finalmente no convoque ninguna subasta. Será signo, más allá de pensar en el bien de los pacientes, de que escucha a un sector que solo demanda el cumplimiento de una promesa y el reconocimiento a su labor.


José María López Alemany es director de Diariofarma.

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