La Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC) considera una medida positiva el anuncio que ha realizado la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en su comparecencia en la sesión de control del Congreso de los Diputados, en la que ha señalado que las farmacias comunitarias podrán dispensar al público de manera temporal test de antígenos de uso profesional para la detección de la COVID-19, después de que así lo haya autorizado la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
Esta decisión puede paliar las dificultades de acceso que en estos momentos existen a los test de autodiagnóstico, como consecuencia de los problemas de abastecimiento y del incremento de la demanda por el recrudecimiento de la pandemia en España y en el resto del mundo provocada por el avance de la variante Ómicron. Para SEFAC esta autorización temporal es también una oportunidad para aprovechar mucho más y mejor el potencial de los farmacéuticos comunitarios como agentes sanitarios que, desde el inicio de la pandemia, están en primera línea en la atención a los pacientes y la población. Por ello, la dispensación de estos test debería acompañarse con una regulación que permita su realización por el farmacéutico comunitario, ya que son de uso profesional y no tendría sentido que puedan hacerse por parte de la población y no por profesionales sanitarios como los farmacéuticos. De hecho, es una incongruencia y una discriminación sanitaria sin precedentes autorizar que las farmacias dispensen test de antígenos de uso profesional para la población general y no se regule su realización en la farmacia comunitaria por los farmacéuticos ni de estos ni de los de autodiagnóstico.
De igual forma, resulta llamativo y sorprendente que durante los meses de máxima alerta y necesidad de detección precoz del año pasado se pusieran por parte de las autoridades sanitarias todo tipo de barreras para la realización de estos test (necesidad de prescripción médica para test de anticuerpos, recomendaciones en el seno del Consejo Interterritorial para no prescribir esos mismos test, restringirlos solo a asintomáticos y en zonas de elevada incidencia, etc.), a pesar, incluso, de las recomendaciones que en su día hizo la Unión Europea para usar este tipo de pruebas rápidas. Estas dificultades no beneficiaron ni a la ciudadanía ni al control de la pandemia y cabe preguntarse, una vez más, a quién o quiénes benefició esa postura y por qué hace meses hubo tantas trabas y ahora no, hasta el extremo de que la población pueda llegar a adquirir esos test sin receta y hacerse la prueba en su domicilio. Para SEFAC, hasta la fecha, en la realización de este tipo de pruebas rápidas, han prevalecido intereses económicos, corporativos y políticos sobre los propios de la salud pública.
SEFAC también considera, al ser la COVID-19 una enfermedad de declaración obligatoria y tener unas implicaciones muy relevantes sobre la salud pública y otros aspectos sociales (económicos, laborales, etc.), que es imprescindible que los resultados de las pruebas de detección rápida sean comunicados a las autoridades competentes para garantizar la trazabilidad, el seguimiento, el control y la interpretación de esos resultados con vistas a tomar las decisiones sanitarias correspondientes en cada caso. Las farmacias comunitarias ya se encuentran conectadas en red a las administraciones sanitarias de las comunidades autónomas, lo que facilitaría la trasmisión de los resultados obtenidos.
Por lo anteriormente expuesto, SEFAC opina que sería conveniente llevar a cabo cuanto antes un plan de cribado en farmacias para la detección, a través de este tipo de test, de pacientes con Covid-19. Asimismo, SEFAC se ratifica en que es imprescindible que los resultados de las pruebas de detección rápida sean comunicados a las autoridades competentes en materia de salud pública, como ya se está realizando en algunas comunidades autónomas, dentro de un plan de cribado en las farmacias coordinado con la Administración.
Por otro lado, SEFAC quiere aprovechar también para hacer un llamamiento a que se haga un uso adecuado de los test de autodiagnóstico por parte de la población, para que no se haga un acopio excesivo en personas asintomáticas o sin contacto estrecho con personas positivas en COVID-19, de modo que las personas que realmente necesiten estos test puedan conseguirlos en las farmacias. A este respecto, la Sociedad ha publicado un documento con información práctica para el uso racional de los test de autodiagnóstico.
SEFAC lleva meses ofreciendo su colaboración a las autoridades sanitarias para que el potencial sanitario de los farmacéuticos comunitarios se emplee en frenar la pandemia, bien sea a través de la realización de pruebas de cribado (como sucedió en la Comunidad de Madrid) o mediante la colaboración en las labores de vacunación frente a la Covid-19, tal y como sucede en otros países. Además, durante la pandemia, y a pesar de no contar siempre con el respaldo explícito y generalizado de las autoridades, los farmacéuticos comunitarios han llevado a cabo acciones de gran importancia para la población en la atención domiciliaria, la dispensación de medicamentos de ámbito hospitalario, la prevención y el tratamiento de síntomas menores vinculados con la Covid-19. Del mismo modo, las farmacias comunitarias han sido un establecimiento sanitario que ha permanecido abierto al público y ha prestado atención a muchos pacientes vulnerables y crónicos que, por sus características y por las dificultades de acceso a los centros de salud y hospitales, no han podido ser atendidos con la frecuencia prevista y solo han tenido a la farmacia como referencia.