La Jornada Oncología y bioinformática: la importancia de los datos en la aplicación clínica, celebrada por el Aula Roche-Universidad Politécnica de Valencia (UPV), ha puesto de manifiesto la necesidad de incorporar nuevos perfiles profesionales a los sistemas sanitarios y la importancia de reorganizar la atención sanitaria
En el transcurso de la jornada, presentada y conducida por el director del Aula Roche-UPV, José María Sempere, se han dado a conocer algunas líneas de investigación en genómica y bioinformática que se están desarrollando en el ámbito del cáncer, y los retos y demandas que se plantean desde el ámbito clínico.
Bartomeu Massuti, del jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital General de Alicante, ha explicado cómo la medicina de precisión “cambia de tal manera el escenario de la práctica clínica que no solo es necesario una reorganización de la atención, sino un replanteamiento en nuestro sistema de aprobación de fármacos. Es necesario que, con resultados en fase I demostrados y fiables, podamos contar con aprobaciones condicionadas a datos de la vida real”.
Massuti asegura que, para que esto sea una realidad, es necesario contar con estudios que contengan un mayor número de datos. “Los datos existen, hay registros, estudios y ensayos. El problema es que no están conectados entre sí. Sería ideal contar con programas informáticos que aúnen todos estos datos de forma automatizada, sistemas homogéneos e integrados a nivel nacional, fiables, con controles de calidad y que permitan realizar extracciones de datos de manera automatizada”.
En opinión de este experto, la medicina de precisión está a caballo entre la genómica y el análisis de los datos, un aspecto en el que coincide la doctora Valentina Gambardella, investigadora del Instituto de Investigación Biomédica (INCLIVA), quien ha subrayado que la mejor manera de poner en marcha una atención sanitaria excelente, eficiente y efectiva es incorporando al sistema sanitario la medicina de precisión como herramienta de primera línea. “Estas terapias pueden hacer que cambie el desarrollo del tumor; la medicina de precisión no tiene que reservarse únicamente a pacientes que ya hayan agotado el resto de las vías de tratamiento, ha de ser la opción de primera línea”, asegura.
Según Gambardella, todas las enfermedades deberían ser tratadas como raras, puesto que “esto significaría que estamos aplicando todo el conocimiento que la medicina de precisión está generando”. La experta ha destacado innumerables modelos de investigación en cáncer centrados en aspectos que van más allá del órgano afectado o del tipo de tumor.
“Los ensayos Umbrella o Basket permiten analizar mutaciones que pueden abrir importantes líneas de investigación. Si solo analizamos aquello que conocemos, y lo hacemos siempre de la misma manera, no enriqueceremos la investigación. Además, si nos centramos únicamente en determinadas alteraciones para las que ya tenemos aprobación, perdemos capacidad a la hora de ofrecer una alternativa terapéutica de uso compasivo”.
En relación con la importancia de incrementar el número de datos que se recogen y explotar las posibilidades de combinarlos, la doctora Nuria López-Bigas, investigadora del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona, asegura que “aunque existen algunas decenas de miles de genomas disponibles para investigación, la mayoría de datos se están generando actualmente en entornos clínicos y no están disponibles para investigación. Con datos de mutaciones en miles de tumores hemos demostrado que podemos aprender modelos de inteligencia artificial que nos indican qué mutaciones son las causantes del cáncer”.
La experta asegura que el objetivo ha de ser “diseñar un modelo de inteligencia artificial que permita simular el proceso que se da en las mutaciones que derivan en cáncer y, a partir de ahí, hacer nuevas combinaciones que ayuden a prever cuál pudiera ser la evolución.” Sin embargo, coindice de nuevo en subrayar que “tanto el volumen de datos, como la realización de un complejo y completo ejercicio de interpretación y análisis de los mismos, es fundamental para poder convertir estos programas en herramientas reales que ayuden a los clínicos en la toma de decisiones”.
Durante su intervención, el doctor Fernando Martín, profesor de investigación del Instituto de Salud Carlos III, ha matizado que para que estos análisis de datos puedan tener un uso eficiente en materia de salud deberían incluir también datos geográficos, medioambientales, familiares, etcétera. “Para convertir el uso de la medicina personalizada en una realidad, será necesario disponer de datos en función de dos criterios: equidad y diversidad”, ha asegurado. De momento, según ha explicado este experto, existen pioneros y prometedores proyectos, tanto en Estados Unidos como en Europa, que han conseguido superar muy diversos retos, entre los que se encuentran historias médicas diversas, sistemas informáticos no homogéneos, o abordajes muy dispares. “El uso de aplicaciones, dispositivos wearables, relojes inteligentes, etcétera, forma ya parte de los ensayos y proyectos más relevantes de recogida de datos”, explica el doctor Martín. “La tecnología en todas sus expresiones forma parte de la práctica de la medicina, y por ello es importante que en nuestro país comience a desarrollarse una formación reglada para este tipo de profesionales, como ya está sucediendo en otros países”, asegura.