El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Manuel Martínez del Peral, ha participado este miércoles en el encuentro titulado La farmacia del siglo XXI, que ha contado también con la intervención de la directora general de Inspección y Ordenación Sanitaria de la Comunidad de Madrid, Elena Mantilla.
Organizado por la Asociación de Empresarios Gallegos de Madrid (Aegama), con el patrocinio de Novo Nordisk y Sandoz, la jornada ha permitido profundizar en el contenido y las novedades del nuevo proyecto de Ley de Farmacia de la Comunidad de Madrid que tramita la Asamblea de Madrid.
Martínez del Peral ha incidido en la necesidad de dotar al sistema de salud de una mayor coordinación y cooperación asistencial. En este sentido, ha remarcado la importancia de la comunicación directa entre médico y farmacéutico. “Es una reivindicación de hace años del Colegio. Creemos que la comunicación directa ofrece soluciones al paciente, aumenta la seguridad ante dudas en la medicación y genera una atención integral de la salud”, ha asegurado en el transcurso de una mesa redonda que ha contado con la moderación de Elvira Velasco, portavoz de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, y las intervenciones del doctor Julio Ancoechea y de Carlos Parry, director de la Fundación AstraZeneca.
El presidente del COFM ha abogado por promover un mayor entendimiento entre la farmacia comunitaria y la hospitalaria, con el fin de desarrollar nuevos proyectos, entre otros, abrir la dispensación de los medicamentos de Diagnóstico Hospitalario de Dispensación Hospitalaria (DHDH) a las oficinas de farmacia. “El foco de la ley es el paciente; hay ciertos medicamentos que no tiene sentido que se sigan dispensando únicamente en el hospital. Con un trabajo conjunto podemos tener protocolos para dispensar en la farmacia comunitaria en colaboración con la farmacia hospitalaria y que el paciente perciba una mejora en el acceso al medicamento sin perder la garantía sanitaria”, ha señalado.
Asimismo, ha instado a trabajar en la adherencia a los tratamientos “contando con los farmacéuticos, a través de los Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD) y junto a la atención farmacéutica domiciliaria, sin intermediarios, potenciando que todas las farmacias, por equidad en el acceso a los servicios, tengamos esos SPD y hagamos un seguimiento riguroso”, un objetivo que, según ha precisado, requiere que la farmacia disponga de la información adecuada para saber si se cumplen los tratamientos y evitar problemas con la medicación.
El máximo representante de los farmacéuticos madrileños también ha resaltado la necesidad de mirar al futuro “para trabajar en la digitalización de proximidad al paciente” y de ampliar las funciones del farmacéutico avanzando en ámbitos como la indicación farmacéutica en síntomas menores. “Es un buen momento para asentar todo el trabajo desplegado en la pandemia y asegurar que, en un futuro próximo, esa labor asistencial que tanta importancia ha tenido se traslade a un escenario donde tengamos seguridad jurídica en nuestras actuaciones”.
Por último, ha recalcado que “el medicamento no es un bien de consumo cualquiera, por lo que una de las claves de nuestros planteamientos es que no se puede separar la dispensación de la entrega del medicamento”.
Ley de Madrid
Presentada por el director general de Gestión Económico-Financiera y Farmacia de la Comunidad de Madrid, Pedro Irigoyen, Elena Mantilla ha abordado los principales puntos de una norma en la que “la presidenta Ayuso tiene mucho interés en que salga para beneficiar a los ciudadanos madrileños”, según ha reconocido. La directora general considera que la norma “potencia el papel de las farmacias en el ámbito de la salud y lo acomoda a la realidad en la que se ha transformado el rol del farmacéutico”.
Igualmente, ha defendido el proyecto porque, en su opinión, da respuesta a las demandas de los ciudadanos destacando el papel del farmacéutico en el cuidado de la salud y preservando la farmacia en municipios de menos de 2.000 habitantes.
Otro de los objetivos de la Ley es flexibilizar los horarios y eliminar los módulos actuales para adaptarlos a las necesidades de cada oficina de farmacia, agilizar los trámites burocráticos y reducir las cargas administrativas. “La Ley quiere establecer el marco jurídico para integrar a la farmacia en los dispositivos de emergencia y garantizar la viabilidad de las farmacias”, ha resumido.
Mantilla ha subrayado que “lo que la Ley no quiere es romper con el modelo mediterráneo de farmacia, no quiere abrir la puerta a otros agentes y, por eso, cerramos por completo la posibilidad del delivery, reforzando el papel inequívoco del farmacéutico y preservando el papel único de las oficinas de farmacia”.
Finalmente, ha ofrecido su mano tendida a todos los grupos parlamentarios para aprobar la Ley.