Terapéutica

Colaboración público-privada en la pandemia: una historia de éxito

Expertos en derecho de la propiedad intelectual y la innovación coinciden en apreciar el valor de los esfuerzos colaborativos para superar la crisis sanitaria desencadenada por la pandemia.

En un reciente debate sobre la propiedad intelectual (IP) en el mundo de los medicamentos en situaciones de emergencia sanitaria, organizado por la estadounidense Asociación Nacional de la Prensa (NPF, por sus siglas en inglés), los participantes han coincidido en que el espíritu de colaboración entre organizaciones públicas y privadas ha sido determinante para el control de la crisis sanitaria, y apuntan que esta será una tendencia cada vez más habitual en el futuro.

Jennifer Brant, fundadora de la consultora Innovation Insights, una consultora con sede en Ginebra (Suiza), ha afirmado que el secreto industrial -un derecho sin registrar y que en realidad es solamente uno de los elementos que forman parte de la propiedad intelectual- ha sido clave en las iniciativas de colaboración público-privada que desembocaron en el desarrollo de las vacunas covid. “Sobre todo, los secretos industriales fueron clave para permitir a los colaboradores en los procesos de fabricación trabajar con agilidad y garantizando seguridad y calidad en los procesos”.

Brant y su equipo de la consultora han analizado en tres fases el proceso innovador en el contexto de la pandemia. La primera de ellas incluye propiedad intelectual, desarrollo de tecnologías y conocimiento. En la segunda fase han contemplado las colaboraciones y alianzas que han permitido desarrollar vacunas, garantizar su aprobación y hacerlas accesibles al público. La tercera ha sido un estudio sobre cómo se establecieron redes de fabricación ágiles integrando nuevos actores en el proceso.

Según ha dicho Brant en el encuentro, en todas estas etapas, "lo que la propiedad intelectual ha permitido, tanto desde el punto de vista de las patentes como de los secretos industriales, es que se compartieran conocimiento y tecnología sin que se perdiera el control sobre ninguno de los dos".

Ruth L. Okediji, profesora de derecho en la Universidad de Harvard, se preguntaba "si vamos a crear -o no- un entorno en el cual el acceso a medicamentos que salvan vidas incluye tantas barreras que estamos salvando menos vidas de las que podríamos".

Para ella, cuando se habla de acceso a medicamentos y, de forma específica, acceso a vacunas, se habla de múltiples formas de propiedad intelectual que se solapan. El envasado puede estar protegido por una marca, los manuales que indican cómo rellenar y empaquetar pueden estar protegidos por derechos de autor. En consecuencia, "incluso si uno consigue una exención a la protección de una patente, todavía sigues teniendo un problema de derechos de autor".

Okediji ha dicho en el debate, organizado en colaboración con la Fundación Hinrich, que para solventar esta cuestión hay que ejercer presión sobre todos los implicados, logrando que se unan y colaboren.

En cuanto a la reciente discusión sobre la exención de las patentes ella ve una voluntad política clara cuando la crisis es suficientemente grave y afecta tanto a países ricos como a pobres. En esas circunstancias "los gobiernos están dispuestos a ejercer sus prerrogativas y poner la tecnología en un lugar en el cual la ciudadanía puede acceder a ella".

Okediji también ha asegurado que "estamos en un punto en el cual las compañías están empezando a pensar cómo pueden contribuir de una manera sostenible y significativa a la sociedad a la vez que protegen la innovación".

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