Opinión

¿Se hará ‘benchmarking’ alguna vez?

Artículo de opinión de José María López Alemany, director de Diariofarma, sobre el distinto nivel de gasto de las comunidades autónomas en medicamentos hospitalarios, medicamentos y productos sanitarios de receta y productos sanitarios sin receta.

Artículo de opinión de José María López Alemany, director de Diariofarma.

Mucho se ha hablado siempre de la diferente inversión sanitaria per cápita que realizan las distintas comunidades autónomas. Diferencias que, más allá de deberse a cubrir necesidades de una población con unas determinadas características, también pueden mostrar la existencia de modelos distintos, con prioridades diferentes e incluso niveles desiguales de eficiencia en el gasto.

No obstante, no ha sido habitual bajar un nivel o, mejor dicho, dos, en el análisis de ese gasto. Sí que se ha puesto de manifiesto el mayor menor gasto per cápita en atención primaria o especializada, o incluso el gasto en medicamentos, casi nunca la comparación entre el gasto en medicamentos, productos sanitarios y tecnología tanto del ámbito hospitalario como de receta.

Diariofarma ha realizado un análisis de la distribución del gasto en estas tecnologías sanitarias por comunidades autónomas a lo largo del tiempo, desde 2014, a partir de los datos publicados por el Ministerio de Hacienda.

La primera conclusión es que las comunidades autónomas presentan importantes diferencias en el gasto per cápita en materia tanto de medicamentos hospitalarios; como de fármacos y productos sanitarios de receta, de venta en farmacias, o de tecnología sanitaria del ámbito hospitalario.

También se registran significativas diferencias en el reparto de la inversión que las regiones realizan en cada una de estas tres partidas. Tanta diferencia hay entre unas y otras que tengo dudas acerca de que la explicación pueda ser debida a condicionantes sociodemográficos como el envejecimiento y más allá de elementos como la dispersión, que sí podría afectar, creo que el modelo, la política sanitaria, es la que marca de verdad esas diferencias.

Diariofarma ha realizado un análisis tomando los datos de gasto entre 2014 y 2022 en los conceptos de medicamentos hospitalarios; medicamentos y productos sanitarios con receta y productos sanitarios con receta. El análisis se ha realizado tanto en términos de gasto monetario anual per cápita como en el reparto porcentual que en cada comunidad autónoma se realiza del gasto de estas tres partidas.


Hay regiones que apuestan más que otras por los medicamentos hospitalarios y, por tanto, es de suponer por una introducción más acelerada de la innovación farmacéutica. Otras apuestan por la tecnología y productos sanitarios sin receta. En términos monetarios, la inversión promedio entre 2014 y 2022 de Asturias se situó en 167 euros per cápita, mientras que en Cataluña fue de solo 84,9 euros, casi la mitad. En lo que se refiere al peso del gasto total, la diferencia también es muy relevante entre el 27,4% de inversión en el País Vasco y el 17,4% de la Comunidad Valenciana, un 36% menos.

Igualmente, llega a haber hasta 10 puntos porcentuales de diferencia entre comunidades por el peso en el gasto que tienen los medicamentos de receta

A la vista de estas cifras, considero que sería importante analizar los resultados en salud alcanzados por cada una de las estrategias para tratar de determinar si hay alguna que en unas circunstancias determinadas ofrece mejor calidad asistencial.

Esta debería ser una de las ventajas de tener un sistema descentralizado. Disponer escenarios reales donde se puedan seguir políticas diferentes, pero realizando también análisis y comparación de los resultados en función de las medidas puestas en marcha y las inversiones realizadas. No obstante, mucho me temo que esto no está pasando.

Creo que se debería analizar, teniendo en cuenta las implicaciones sociodemográficas de cada región, si una mayor inversión a nivel de los medicamentos de receta ofrece mejores o peores resultados que incrementar el gasto en hospital o si una gran inversión en equipos y tecnología es la vía para conseguir mejores resultados o no. Igualmente, los diferentes modelos, con mayor o menor implicaciones en la Atención Primaria, así como distintos aspectos organizativos, también deberían ser evaluados.

¿Se hará alguna vez? Lo dudo ya que a nadie le gustaría que le dijeran que cambiando lo que ha estado haciendo habría obtenido un mejor resultado. En cualquier caso, si no se analiza el impacto de estas diferencias no serán más que eso, inequidades en el sistema sanitario bien en materia de acceso a innovación o a determinados recursos asistenciales, bien en el uso eficiente de los recursos. Por ese motivo, responder a qué se deben debería ser una prioridad. Prefiero no perder la esperanza en que alguna vez se haga.


José María López Alemany es director de Diariofarma.

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