Las espondiloartritis son un conjunto de enfermedades reumáticas que engloban patologías como la espondilitis anquilosante, la artritis psoriásica, las espondilartropatías asociadas a enfermedad inflamatoria intestinal o las artritis reactivas. Se estima que su prevalencia podría superar el 1,2% de la población, lo que equivale aproximadamente a medio millón de afectados en España.
Se trata en su práctica totalidad de pacientes crónicos a los que es preciso dotar de una atención cercana y eficaz al objeto de ordenar de la mejor manera posible la prestación. Precisamente con ese objetivo, dentro de la iniciativa PROMueve impulsada por Novartis, el Hospital de Elche ha desarrollado un proyecto de innovación para que, a través de la interactuación de los servicios que atienden a estos pacientes, fundamentalmente Reumatología y Farmacia Hospitalaria, puedan proporcionar el servicio más adecuados a estos pacientes.
Ana García Monsalve, responsable de la unidad de Pacientes Externos del servicio de Farmacia Hospitalaria del centro levantino explica que, aunque desde este servicio se realiza este tipo de atención también a otros pacientes, en el caso de las enfermedades relacionadas tanto con la espondiloartritis y la artritis psoriásica comenzó a desarrollarse hace poco más de un año. “Se trata de pacientes crónicos, con tratamientos de medicamentos biológicos”, que tienen que ser vistos tanto por Reumatología y Farmacia Hospitalaria. En total, en el último año se han atendido desde Farmacia a 369 pacientes que han generado 1993 visitas.
“Primeramente, lo que hicimos fue utilizar una metodología LEAN ; hacer unas cuantas reuniones, primero viendo cada uno de los miembros del equipo asistencial que atiende al paciente, valorando qué es lo que hacía, o qué es lo que había hecho hasta el momento y como nos coordinábamos. Analizábamos los tiempos que pasaban, las demoras que generaba la repetición innecesaria de procesos. De alguna forma se trataba de ver cómo funcionaba el sistema y cómo se podía mejorar”, explica García.
Con ello, ambos servicios conseguimos coordinarnos y eliminar “las cosas que no aportaban valor y optimizar los tiempos de respuesta para que mejorara el tratamiento de estos pacientes”. Así nació el mapa de proceso, que es la base la optimización de los tiempos de atención”.
El proyecto, en lo que se refiere a metodología y mapa de procesos comenzó hace un año y ahora en el hospital “estamos atendiendo ya de forma rutinaria el proceso que nos marcamos”, asegura la farmacéutica. En el proyecto participan “Reumatología, Enfermería de Reuma, Farmacia y el departamento de Calidad del hospital” y el servicio se presta a todos los pacientes que acuden. Son dos o tres diagnósticos por paciente.
Previamente a cualquier inicio o cambio de tratamiento hay un comité conjunto de Farmacia y Reumatología, que valoran caso por caso la idoneidad el cambio de medicación y luego ya “cuando el paciente tiene el tratamiento desde farmacia le damos una cita para iniciar ese tratamiento en ese momento hacemos una consulta de atención farmacéutica en la consulta para ver si el paciente tiene alguna contraindicación, la seguridad del fármaco e información directa al paciente”.