Los ministerio de Transición Ecológica (Teresa Ribera), Sanidad (Mónica García) e Innovación (Diana Morant) han dado a conocer este jueves en el Instituto de Salud Carlos III el nuevo Observatorio de Salud y Cambio Climática, una iniciativa que el Gobierno aprobó el pasado verano y cuyo objetivo es “apoyar el análisis, diagnóstico, evaluación y seguimiento de los efectos que tiene la emergencia climática en la salud, ofreciendo también apoyo científico- técnico al resto de administraciones públicas”.
La ministra de Sanidad ha señalado que la crisis climática es una crisis de salud”. Según explica los cambios que dañan “la salud del planeta están conectados con la personas”. Un problema, según señala que “implica mayores riesgos para la población más vulnerable”.
Según explican desde el ministerio de Sanidad, el nuevo organismo “nace de la necesidad de abordar transversalmente el impacto que el cambio climático tiene sobre la salud y con el objetivo de coordinar de manera óptima el trabajo de seguimiento, anticipación y valoración de las medidas que se toman”.
“Los trabajos conjuntos de este Observatorio de Salud y Cambio Climático tienen un valor añadido evidente en ámbitos críticos para el progreso de nuestro país: para el avance de la investigación científica, para la mejora de la capacidad de respuesta de nuestro sistema de salud pública y para la gestión anticipatoria de los impactos del cambio climático”, ha señalado la vicepresidenta Teresa Ribera en su intervención.
Las principales funciones del Observatorio serán la revisión y actualización de los indicadores existentes en materia de salud y cambio climático, para reforzar su valor informativo y recoger el amplio espectro de riesgos para la salud que se asocia al cambio del clima.
También creará un sistema integrado de avisos y alertas, que permita considerar de forma conjunta diversas amenazas a la salud originadas por la existencia de riesgos compuestos y en cascada asociados al cambio climático.
Y finalmente abordará la promoción de una cultura de la autoprotección, especialmente necesaria en el caso de las comunidades y grupos más vulnerables, que incremente la conciencia de los riesgos y capacite para evitarlos o reducirlos.