Artículo de opinión de José María López Alemany, director de Diariofarma
La Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) lo ha podido decir más alto pero no más claro. Hay excesiva discrecionalidad en los procedimientos de precio y reembolso de los medicamentos. La CNMC ha puesto el dedo en la llaga en el grave problema que tiene nuestro país en relación a esta materia. El mercadeo al que se ve sometido el proceso no tiene ningún tipo de predictibilidad ni transparencia. En este sentido, la propia CNMC indica que se desconocen los criterios que se aplican y denuncia la falta de información de los acuerdos de la Comisión interministerial de Precios de los Medicamentos. Algo que yo ya he denunciado en diversas ocasiones desde tribunas similares a esta.
Esta denuncia, que no ilumina nada a quienes están dentro del sector, debería ser muy tenida muy en cuenta por parte de los dirigentes del Ministerio de Sanidad a la hora de elaborar el Real Decreto de precios y financiación que, en teoría, no sé yo, está en su fase final. No es de recibo que se hagan leyes que se dicten reales decretos y que cuando el Gobierno turno no lo considera oportuno se hagan las cosas sin tener en cuenta en esa ley ni ese real decreto.
Uno de los últimos cambios que se pusieron en marcha para la financiación de medicamentos fue la obligatoriedad de establecer para aquellos productos que se decidiera el Informe de Posicionamiento Terapéutico (IPT). Ese informe, en teoría, era preceptivo para la decisión de financiación y precio de los medicamentos, pero en su corta existencia, hemos visto como cuando interesa, su obligatoriedad se obvia, como en el caso de algunos de los medicamentos para la hepatitis C.
Lo que dice la CNMC en relación la fijación de precios de los medicamentos tiene tanto sentido común, que espero que sea recogido en la próxima regulación de precios de los medicamentos para dar, de una vez, transparencia y predictibilidad en los precios. Pero no solo en la cuestión de los criterios hay que dar transparencia y predictibilidad. El incumplimiento de los plazos y la discrecionalidad de los retrasos son otra de las graves lacras de nuestro 'sistema' de precios. Esperemos que por poco tiempo.