Artículo de opinión de Juan Miguel Díaz García, autor del libro “Medicamentos biológicos y biosimilares: claves para su conocimiento por los profesionales sanitarios”.
Recientemente se ha celebrado en Madrid una interesante jornada de biosimilares organizada por Biosim (recordar en estas líneas que los biosimilares son los medicamentos biológicos que se autorizan una vez que ha caducado el periodo de exclusividad comercial del medicamento biológico original; con todas las salvedades y, simplemente para entendernos, serían los ‘genéricos de los medicamentos biológicos’). Un aforo totalmente lleno y, curiosamente, (muy) pocos farmacéuticos comunitarios presentes. Se puede argumentar que todavía hay pocos biosimilares disponibles en las farmacias, pero, en el fondo, da la impresión de que hasta el momento el tema de los biosimilares no está en la parte alta de la agenda de los farmacéuticos comunitarios. Sin embargo, lo más preocupante del asunto es que parece que lo que los farmacéuticos no abordamos de forma decidida es el tema de los medicamentos biológicos en general.
En la actualidad, en la farmacia se dispensan algunos medicamentos biológicos (insulinas y agonistas de GLP-1, heparinas de bajo peso molecular, teriparatida, denosumab). No se dispensan medicamentos que antiguamente sí se dispensaban (interferón, hormona de crecimiento) y, lo que es más serio, no se dispensan prácticamente ninguna de las innovaciones de medicamentos biológicos, entre las que destacan los anticuerpos monoclonales. Muchos de estos últimos se utilizan para tratar a pacientes en el medio hospitalario pero otro número importante se utiliza para tratar a pacientes con patologías como diversos tipos de artritis, psoriasis, hipercolesterolemia (y, seguramente, en un futuro muy próximo migraña, asma, enfermedad de Parkinson, …), enfermedades que son tratadas habitualmente en la farmacia y que corremos el riesgo de que, si seguimos así, sean tratadas con medicamentos dispensados en el hospital.
En muchos casos, la administración de estos fármacos se realiza por vía subcutánea (exactamente igual que insulina o las heparinas de bajo peso molecular) y son administradas por el propio paciente. Por otra parte, hay muchos otros medicamentos de síntesis química (no biológicos) que se administran por vía oral y también sin motivo aparente, se dispensan en hospital a pacientes externos (antivirales para VIH, por ejemplo).
La farmacia comunitaria se está quedando al margen
Los farmacéuticos (y los médicos de AP, no se olvide) estamos quedando al margen del conocimiento de un número importante de medicamentos que tienen la consideración de dispensación hospitalaria sin cupón precinto sin ninguna razón sanitaria que lo justifique. Sin embargo, en la experiencia de quien escribe, hay muchos pacientes que vienen a consultar dudas a la farmacia comunitaria acerca de medicamentos dispensados una vez al mes en el hospital.
Evidentemente, la razón principal (¿única?) por la que estos medicamentos están siendo dispensados en el hospital es simplemente económica. Se trata de medicamentos caros (lo cual, no es tan determinante por la influencia que tiene el Real Decreto 1193/2011 en la facturación de medicamentos caros en la oficina de farmacia) y, especialmente, que tienen un sistema de compra en los hospitales que, al parecer (no conozco datos fiables al respecto), hacen que el precio de adquisición sea menor en comparación el precio de dispensación en la farmacia.
Creo que ha llegado ya el momento de que los farmacéuticos comunitarios nos tomemos muy en serio este problema. Que este tipo de medicamentos se dispensen en la farmacia, salvo que existan razones sanitarias para no hacerlo, es una cuestión de carácter profesional, en línea, además, con el objetivo loable de trasladar la mayor parte de la atención sanitaria al domicilio del paciente en lugar de en los hospitales. Los aspectos económicos relacionados con la dispensación de estos medicamentos son muy importantes, pero todavía lo son más los aspectos profesionales que el hecho de no dispensarlos se nos niegan a los farmacéuticos comunitarios. De no hacerlo, vamos a estar al margen de la innovación farmacológica y, por desgracia, seremos menos útiles a los ciudadanos. Y ese sí que sería un problema muy serio.
Creo que es muy importante que todos nosotros y nuestras instituciones (colegios y distribución, especialmente) se pongan a trabajar concienzudamente en el tema. En lo que a mí respecta, toda mi disposición a colaborar.
Juan Miguel Díaz García. Autor del libro “Medicamentos biológicos y biosimilares: claves para su conocimiento por los profesionales sanitarios”. Expresidente de Nafarco. www.farmaciadiazgarcia.com
Cómo paciente. Prefiero que los medicamentos, tanto innovadores cómo otros que se suministran en el hospital a pacientes externos nos los suministre nuestro farmacéutico.
CUESTIONARIO MEDICAMENTOS INNOVADORES. Se pretende conocer la opinión de los pacientes sobre el acceso a los medicamentos innovadores, destinado a pacientes que recogen medicamentos en el hospital. Gracias por su participación. https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLScd8Y8kW8deU0-9towGWMiUz1tFYbHeR60cEczLyxoysTYRzg/viewform
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